Redacción El País
Que a una persona le guste ser grabada durante sus relaciones íntimas es una preferencia sexual más común de lo que se cree. Según la psicología, los motivos son diversos y no necesariamente indican un problema. Estudios señalan que esta práctica puede ir desde el placer de sentirse deseado hasta intereses vinculados al voyeurismo o la exhibición consensuada.
Sin embargo, los expertos también advierten sobre riesgos reales: la difusión no consentida puede causar un severo daño psicológico y conllevar consecuencias legales.
¿Por qué resulta excitante?
Las razones por las que esta práctica puede potenciar la excitación son múltiples:p
- Aumenta la confianza y la sensación de ser deseado.
- Añade novedad a la vida sexual en pareja.
- Funciona como un estímulo visual para encuentros futuros.
- En parejas estables, se consolida como una práctica íntima más.
Desde una mirada clínica, este interés se relaciona con el voyeurismo y el exhibicionismo cuando implican observar o ser observado. La clave está en que sean prácticas consensuadas dentro de una relación y que no generen malestar, conductas compulsivas o la vulneración de terceros.
Investigación y efectos psicológicos: Resultados mixtos
Los estudios sobre sexting y la producción de material íntimo son claros: el consentimiento marca la diferencia.
- Práctica consensuada: Cuando es voluntaria y hay comunicación, se reporta como una forma placentera y creativa de intimidad.
- Difusión no consentida: Está vinculada a un mayor riesgo de ansiedad, depresión, ideación suicida y problemas sociales. Esto se conoce como "revenge porn".
Riesgos concretos
El mayor peligro no es grabar, sino que el video salga de tu control.
- Daños: La distribución no consentida causa daños emocionales y reputacionales graves.
- Consecuencias legales: Muchos países tienen sanciones penales y civiles para este delito.
- Tecnología: Las copias en la nube, capturas de pantalla y los deepfakes hacen que sea casi imposible garantizar la exclusividad del material.
¿Cuándo consultar a un psicólogo?
Buscá orientación psicológica si:
- La necesidad de grabarte es la única forma de excitarte.
- Genera culpa intensa, conflictos de pareja o ansiedad.
- Ha habido filtraciones o amenazas.
- Sentís que tu pareja te presiona para grabarlo.
- Sentís que el control sobre el material se ha perdido.
Minimizá los riesgos y protegeé tu privacidad con estas precauciones:
1. Consentimiento explícito: Habla con tu pareja y acuerden qué grabar, quién guarda el archivo, por cuánto tiempo y qué pasa si la relación termina.
2. Protegé tu identidad: Evita mostrar rostros, tatuajes distintivos o fondos que delaten tu ubicación.
3. Almacenamiento seguro: Desactivá las copias automáticas en la nube, usa dispositivos de confianza y eliminá los archivos según lo pactado.
4. No cedas a presiones: La grabación debe ser 100% voluntaria. Si hay incomodidad, la decisión correcta es no hacerlo.
¿Cómo hablar con tu pareja sobre grabaciones íntimas?
La comunicación es fundamental.
- Explicá qué te atrae de la idea (curiosidad, sentirte deseado, etc.).
- Escuchá las preocupaciones y reticencias de tu pareja sin juzgar.
- Acuerden límites prácticos sobre el acceso y la eliminación del material.
Si surgen tensiones, considerar terapia de pareja puede ayudar a establecer acuerdos sanos.