La Nación / GDA
El pilates es una de las disciplinas preferidas en los últimos años para mantener una buena salud física y también mental. Entre sus múltiples beneficios está su aporte a evitar la pérdida de fuerza y elasticidad y dentro de los ejercicios que lo componen, hay uno en especial que es destacado por quienes buscan cuidar la columna vertebral y aplanar el abdomen: la sierra.
Según la Federación Española de Actividades Dirigidas y Fitness (FEDA), practicarlo puede ayudarte a mejorar la estabilidad y la movilidad de tu columna.
Joseph Hubertus Pilates fue el creador de este método de entrenamiento físico y además mental, a fines del siglo XX. Se basó en conocimientos sobre yoga, traumatología y gimnasia.
Cómo se practica “la sierra” en pilates
- La sierra (the saw en inglés) consiste en realizar una torsión con flexión de espalda hacia adelante, desde una posición sentada.
- Para comenzar el movimiento hay que sentarse sobre los isquiones (huesos de la pelvis), con la espalda neutra, las piernas extendidas y abiertas un poco más de ancho de hombros.
- Como segundo paso se deben extender los brazos en cruz (a las 10 y a las 2), con palmas hacia abajo, los hombros relajados y las escápulas activas. En este punto, las rodillas deben estar estiradas y los pies en flex.
- Cuando comenzamos el movimiento hay que inhalar y buscar una máxima torsión sin que se levanten los huesos de la pelvis de la colchoneta que hayamos puesto en el piso. Al exhalar, se debe flexionar con espalda redondeada y proyectando la tapa de la cabeza hacia delante y el ombligo hacia adentro y arriba, siempre vaciando los pulmones.
- Una mano busca el pie contrario y se sitúa en el tobillo como intentando cortarlo con una sierra, mientras que el brazo contrario busca alargar hacia atrás, con el dedo meñique mirando hacia arriba.
- Finalmente, se vuelve al inicio y se cambia la dirección de lo realizado anteriormente. Se recomienda repetir este ejercicio 3 veces de cada lado.
Los beneficios de practicar la sierra en pilates
Entre los tantos aspectos positivos que tiene este ejercicio se destaca no solo el hecho de que mejora considerablemente nuestra postura corporal, dado que se fortalecen los erectores de la columna y el core, sino que también ayuda ganar flexibilidad y estabilidad pélvica.
Claro que, como todo, este tipo de ejercicio tiene sus reparos. Es recomendado para todos aquellos que no sufran una patología o condición tal en la que su ejecución resulte contraindicada, por ejemplo si la persona tiene hernias de disco, falta de movilidad lumopélvica, problemas con los flexores de la cadera o embarazo.
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