Agostina Olguín/El Tiempo GDA
Conciliar el sueño no siempre es fácil. El ritmo de vida acelerado, las responsabilidades laborales y familiares pueden afectar nuestro descanso.
Aunque muchos optan por remedios clásicos como el té de manzanilla o la leche caliente, hay un alimento menos popular que podría ayudarte a dormir mejor: las semillas de calabaza.
Sus propiedades las convierten en una opción natural y efectiva para mejorar la calidad del sueño.
Estas semillas, también llamadas semillas de zapallo, son una fuente natural de nutrientes esenciales que pueden mejorar la calidad del descanso nocturno. Su efectividad radica principalmente en tres componentes: triptófano, magnesio y zinc. Según Cuerpo y Mente, estos elementos “participan activamente en la producción de serotonina y melatonina, dos sustancias claves para regular el sueño y mejorar el descanso nocturno”.
Beneficios para el sueño
El consumo regular de semillas de calabaza puede contribuir de las siguientes maneras:
Regulación del sueño: ayudan a estabilizar el ciclo circadiano, promoviendo un sueño más profundo y continuo.
Reducción del estrés y la ansiedad: gracias al magnesio y al zinc, estos nutrientes actúan sobre el sistema nervioso, reduciendo los niveles de estrés y ansiedad que muchas veces interfieren con el descanso.
Prevención del insomnio: su aporte de triptófano favorece la producción natural de melatonina, la hormona encargada de inducir el sueño, lo que puede prevenir episodios de insomnio.
Más allá del descanso: otros beneficios
Además de su impacto positivo en el sueño, las semillas de zapallo ofrecen diversos beneficios para la salud general. Entre ellos se destacan:
Mejora del tránsito intestinal: su contenido en fibra ayuda a regular el sistema digestivo y prevenir el estreñimiento.
Prevención de enfermedades cardiovasculares: la combinación de fibra y ácidos grasos insaturados contribuye a reducir el colesterol LDL, favoreciendo una mejor salud del corazón.
Fortalecimiento del sistema inmunológico: su riqueza en zinc también potencia las defensas naturales del organismo.
Acción antioxidante: diversos compuestos presentes en estas semillas ayudan a proteger las células del cuerpo contra el estrés oxidativo, lo que puede reducir el riesgo de enfermedades crónicas.
¿Cómo incorporarlas a la alimentación diaria?
De acuerdo con el portal Túa Saúde, las semillas de calabaza pueden ser incorporadas en la dieta de manera práctica y versátil. Algunas de las formas más comunes son:
Semillas secas y tostadas: pueden consumirse con o sin cáscara, agregadas a ensaladas, sopas o como merienda, espolvoreadas con sal y jengibre molido.
Semillas trituradas: se recomienda añadir una cucharada (aproximadamente 30 gramos) de semillas trituradas a cereales, yogures o jugos de frutas.
Aceite de semillas de calabaza: disponible en tiendas especializadas y supermercados, este aceite puede utilizarse como aderezo para ensaladas o sopas.