9 hábitos antes de dormir que mejoran el ánimo y ayudan a despertar con más energía

Redacción El País
Despertar con energía, buen humor y ganas de encarar el día puede parecer un lujo, pero en realidad está más cerca de lo que parece. La calidad del sueño tiene un impacto directo sobre la salud física, mental y emocional, y modificar ciertos hábitos nocturnos puede marcar una gran diferencia.

Aunque los trastornos del sueño son cada vez más comunes, los especialistas en descanso coinciden en que el problema no siempre es cuánto dormimos, sino cómo lo hacemos. A través de algunos ajustes simples y sostenidos, es posible mejorar la forma en que dormimos y, como consecuencia, la forma en que nos sentimos al despertar.

A continuación, nueve hábitos que ayudan a descansar mejor y empezar el día con otra actitud.

1. Preparar la noche con intención
No alcanza con apagar la luz y esperar dormir bien. Para lograr un descanso real, conviene ir bajando las revoluciones con tiempo. Cenar liviano, evitar pantallas y reservar un rato para relajarse antes de acostarse son gestos que ayudan a preparar cuerpo y mente para el sueño.

2. Cuidar el ambiente del dormitorio
El entorno donde se duerme es tan importante como el descanso mismo. Una habitación fresca, sin ruidos y sin luz favorece un sueño más profundo. Cortinas oscuras, ventilación adecuada y una cama confortable pueden marcar una gran diferencia en cómo se duerme y en cómo se despierta.

3. Usar la cama solo para dormir
Acostarse con el celular, ver series o quedarse pensando en temas pendientes afecta la calidad del descanso. Lo ideal es asociar la cama exclusivamente con dormir. Si el sueño no llega, conviene levantarse un rato, hacer algo tranquilo y volver solo cuando el cuerpo esté listo para descansar.

4. Establecer una rutina relajante
Tener una rutina nocturna que ayude a desconectarse es clave. Puede incluir leer, estiramientos suaves, una ducha caliente o simplemente sentarse en silencio. No hace falta que sea perfecta, sino que funcione para indicar al cuerpo que llegó la hora de apagar motores.

Foto: Freepik.

5. Mantener horarios estables
Dormir y despertarse siempre a la misma hora ayuda a regular el ritmo interno del cuerpo. Incluso después de una noche de mal descanso, conviene levantarse a la hora habitual para no alterar el ciclo y favorecer una mejor noche siguiente.

6. Hacer ajustes en el estilo de vida
Ciertas conductas interfieren con el sueño: entrenar muy tarde, consumir cafeína de noche, cenar pesado o usar dispositivos con mucha luz antes de acostarse. Evitarlas en las horas previas al descanso puede ayudar al cuerpo a prepararse mejor para dormir.

7. Usar sonidos relajantes
La exposición a pantallas y estímulos visuales puede dificultar el sueño. En cambio, escuchar sonidos suaves —como música tranquila o paisajes sonoros— ayuda a crear un ambiente propicio para descansar, sin sobrecargar los sentidos.

8. Liberar la mente antes de dormir
Irse a la cama con preocupaciones o listas mentales pendientes puede dificultar el descanso. Una estrategia útil es anotar en un cuaderno las ideas o preocupaciones del día. Hacer este “descargo” unas horas antes de dormir libera espacio mental y reduce los pensamientos intrusivos.

9. Ser amable con uno mismo
No todas las noches van a ser perfectas. En lugar de enojarse por no dormir bien, es mejor tener una actitud comprensiva. La autocompasión, lejos de ser una excusa, permite sostener hábitos saludables sin entrar en un círculo de frustración que empeora aún más el descanso.

Dormir bien no es solo una cuestión de cantidad, sino de calidad. Incorporar estos hábitos de forma gradual puede mejorar la manera en que se duerme y, sobre todo, cómo se vive cada nuevo día. No se trata de lograr la rutina ideal, sino de encontrar lo que funciona y hacerlo parte de un estilo de vida más saludable.