En la madrugada continuaba el motín con heridos en el Centro Metropolitano de Rehabilitación Femenina. Las autoridades carcelarias y el comisionado Álvaro Garcé seguían negociando con unas 20 reclusas intentando que depusieran su actitud.
Bancos y mesas quemados, tubos luz arrancados de cuajo, ventanales rotos, destrozos en general resumen los daños materiales del motín en el centro, que estalló poco antes de las 17 horas de ayer y continuaba entrada esta madrugada.
Dos policías heridas y un bombero agredido fue el resultado del episodio que involucró a 90 de las 370 reclusas alojadas en el local del camino Carlos A. López próximo a la avenida Garzón, en la zona de Colón.
Esta vez, la protesta tuvo por finalidad reclamar el traslado de los 500 reclusos del Comcar que estaban en uno de los patios internos del establecimiento, después que el miércoles pasado destrozaron los pabellones 4 y 5.
La estrategia de negociación desarrollada por el comisionado parlamentario del Sistema Carcelario, Alvaro Garcé, fue apoyada por el director del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR), Alcides Caballero, y el titular del centro, Rodolfo Machado, quienes dialogaron con las reclusas grupo a grupo, primero con las del piso tercero, que son las más conflictivas, y luego con otras de distintas áreas del penal.
Una celda resultó dañada por el motín, en tanto la mayor parte de los daños se produjo en el cuarto piso, en el área común del comedor. Allí fue que sobre las 17 horas estalló el motín. Las reclusas comenzaron a destrozar el mobiliario y luego quemaron colchones y papeles diversos.
Quince minutos antes de las 20 horas, el comisionado Garcé ingresó al establecimiento, en tanto ya se encontraban dentro el director del INR Caballero y Machado.
La jueza Gabriela Merialdo le informó a los negociadores poco antes que había dado la orden de que si no lograban sus propósitos, intervendría la policía para sofocar a las amotinadas. Dos tandas de efectivos de la Guardia Republicana ingresaron al Centro durante las negociaciones.
La gravedad de los acontecimientos -fue el segundo motín en el centro femenino de reclusión en una semana- determinó la inmediata movilización de los equipos especializados de la Policía, que montaron un operativo en el predio de la cárcel y su entorno, así como se requirió la participación de unidades de la Dirección Nacional de Bomberos, que debieron actuar con rapidez para sofocar los focos de fuego que las reclusas habían generado en varios sectores del edificio.
Varios de los focos eran visibles desde el exterior de la cárcel. Asimismo, las reclusas encendieron unas "antorchas" en algunas de las ventanas.
La eficaz labor de los efectivos de Bomberos, que lograron ingresar al edificio y acceder al piso donde estaban los focos de fuego, permitió ir extinguiendo los mismos hasta que la situación, en ese sentido, quedó controlada.
Las reclusas aparecían con frecuencia en los ventanales y expresaban sus reclamos a los gritos.
Si bien las amotinadas, en ningún momento, tomaron como rehenes a funcionarias que se desempeñan en el establecimiento carcelario, las acciones violentas que llevaron a cabo derivaron en heridas leves que sufrieron dos funcionarias policiales y uno de los bomberos. Los tres fueron atendidos en el lugar.
La situación de tensión, con los periodos de acciones violentas, se prolongó hasta entrada la madrugada de hoy.
Las negociaciones tuvieron que extenderse hasta la madrugada, debido a que un grupo de unas 20 reclusas, entre las que estaban las tres líderes de la revuelta, se negaban a deponer su actitud y persistían en sus reclamos.
Hasta el cierre de la presente edición no se había producido una definición.
TRASLADO. La acción de las reclusas fue en apoyo de los 500 presos del Comcar, cuyo traslado a otras cárceles está en vías de organización por parte de las autoridades, después de la emergencia provocada por el motín ocurrido el jueves último, en el que fue destrozada la mitad del establecimiento penitenciario.
Se reanudarán hoy los traslados de reclusos del Comcar hacia cárceles del interior.
Ayer, un familiar de un recluso del Comcar dijo a Subrayado que allí algunos de los 500 reclusos que aún no fueron trasladados, y que hasta ayer estaban agrupados en el patio del módulo 8, habían iniciado una huelga de hambre, lo cual más tarde sería desmentido por autoridades penitenciarias.
Los familiares de los reclusos del Comcar se concentraron a media tarde de ayer en la ruta, cerca del ingreso del penal, y volvieron a pedir el realojo de los presos, algo que fue suspendido durante el fin de semana debido al mal tiempo.
Los familiares anunciaron anoche que se encadenarían frente a la cárcel, medida que finalmente no tomaron porque las autoridades carcelarias decidieron llevar a un galpón a los presos que se encontraban en el patio.
El primero fue hace una semana
El domingo 22 la cancelación de las visitas en cárceles por decisión sindical tras lo ocurrido la semana anterior en el Penal de Libertad -donde dos policías fueron heridos de bala por un recluso, y uno de ellos de extrema gravedad- provocó una violenta revuelta en la cárcel de mujeres.
Aquel día las presas rechazaron la medida de restricción de visitas y comenzaron una protesta que se generalizó, rompiendo camas y vidrios.
Las presas prendieron fuego dos colchones en el patio, por lo que también tuvo que intervenir personal del Cuerpo de Bomberos, informaron fuentes del Centro Nacional de Rehabilitación.
Las visitas se cancelaron por pedido de la Unión de Sindicatos Policiales.
Ese día se manejó que las visitas volverían a realizarse el martes, lo cual destrabó el conflicto, informaron a El País fuentes del establecimiento penitenciario. A su vez, las internas se comprometieron a limpiar lo que quedó de los destrozos.
El Centro Nacional de Rehabilitación, ubicado en el exhospital Musto (Camino Carlos A. López y Pororó), cuenta con 368 reclusas distribuidas en tres pisos.
Los incidentes de aquel día se concentraron el tercer piso, donde están las presas consideradas más peligrosas.