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Costa de concreto

Si se construye, el puerto de aguas profundas no estará pronto antes de 2018. Pero Aratirí operará antes, en 2015. En La Pedrera y Cabo Polonio ya se preparan para dar la batalla contra la obra.

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SEBASTIÁN CABRERA

No es una idea nueva. Hace más 120 años, en la década de 1880, ya se hablaba de un puerto de aguas profundas en Rocha. En el medio pasaron más de 30 presidentes y el proyecto de una terminal marítima en aguas oceánicas -donde hay una profundidad natural de 20 metros muy cerca de la costa, lo que permite el ingreso de grandes buques sin necesidad de canales ni dragados- sigue ahí. Cada poco tiempo se reflota y luego se frustra.

Ahora el gobierno de José Mujica vuelve a impulsar aquel proyecto, pero en un nuevo enclave geográfico. Y ya encuentra el rechazo de vecinos y ambientalistas, algunos de los cuales ven casi con horror cómo a escasos nueve kilómetros de Punta Rubia, 10 de La Pedrera y 26 de Cabo Polonio podrán llegar barcos a buscar hierro y granos. Traerán y llevarán contenedores y quizás moverán petróleo o gas.

Cuentan que en la década de 1880 un hermano del ex presidente argentino Julio A. Roca propuso al gobierno de Máximo Santos construir un ferrocarril desde Corrientes hasta la Fortaleza de Santa Teresa, donde se haría un puerto. El proyecto nunca se concretó. Y en 1892, según relató hace un par de años el ex director de Hidrografía Edi Juri en una conferencia, la idea se reflotó con un proyecto que presentó una empresa llamada Eduardo Cooper y Cia. Se proponía un puerto de aguas profundas en La Coronilla, a donde llegaría un tren desde Bella Unión.

El puerto fue aprobado por el Parlamento y se empezó a construir, según relata el profesor de Historia Walter Viera, oriundo de La Coronilla. Pero un ingeniero murió en un accidente en aquellas obras y, al final, todo se suspendió debido a la crisis económica de 1913.

El resto de la historia es más conocida. Desde el regreso a la democracia hubo varios intentos por hacer un gran puerto en La Paloma y hasta más de un llamado a licitación. Pero, en parte por la oposición de vecinos del balneario y en parte porque las propuestas de empresas constructoras no eran atractivas, ese puerto tampoco se construyó.

Ahora le toca el turno a El Palenque, uno de esos balnearios "fantasma" (está en los papeles pero nunca se ha desarrollado) entre La Pedrera y Cabo Polonio. Allí hay una gran faja de playa virgen, a la que no llega el turismo. Es la zona de la costa rochense donde hay mayor profundidad natural: los famosos 20 metros. En el puerto de Montevideo, en cambio, se puede llegar a un máximo de 14 metros con dragado, pero la profundidad natural no supera los cinco metros.

Tras aprobar la construcción del puerto de aguas profundas, Mujica resolvió la expropiación "por causas de utilidad pública" de 458 padrones entre los kilómetros 236,5 y 242 de la ruta 10. Y envió un proyecto de ley para que el Parlamento también apruebe el puerto.

Eso implica que se proyecta una única intervención marítima en la costa de Rocha. La minera Aratirí quería sacar hierro por La Angostura, muy cerca de Punta del Diablo, y ahora lo deberá hacer por El Palenque, si confirma esa inversión.

Pero esa imposición, que fue aceptada por la minera, obliga al gobierno a apurar los plazos. El subsecretario del Ministerio de Transporte y Obras Públicas, Pablo Genta, quien integra la comisión interministerial que asesora al presidente, dice a Qué Pasa que "los tiempos de desarrollo del puerto de aguas profundas y los tiempos de explotación de Aratirí (que sería un usuario más) son muy distintos".

Así, la terminal de la minera se desarrollará primero (estaría pronta en 2015 para que pueda exportar hierro) y el resto del puerto varios años después. En una visión "realista", según sus palabras, el presidente de la Administración Nacional de Puertos (ANP), Alberto Díaz, dice que es imposible que toda la obra esté pronta antes de 2018.

Hay quienes creen que, si se cae lo de Aratirí, se caerá todo el resto del proyecto. El subsecretario de Industria, Edgardo Ortuño, también integra la comisión interministerial y admite que muchos piensan que la iniciativa está pensada para Aratirí "cuando en realidad la trasciende largamente".

Desde mediados de junio empezó a correr un plazo de 20 meses para cerrar, antes que termine este período de gobierno, un contrato con las empresas que realizarían las obras y que luego se encargarían de la gestión y explotación de la terminal. Este año se elaborará un plan maestro y se negociará la incorporación de Aratirí. En unos cuatro meses se haría el llamado a interesados a participar del llamado "diálogo competitivo con el Estado". Será "el primer gran proyecto en el que se aplique la ley de Participación Público Privada (PPP)", dice Ortuño.

RANKING. En el último año el puerto de Montevideo movió 12.900.000 toneladas y 508.000 contenedores, según las cifras de la ANP. El tonelaje de Nueva Palmira es similar (moverá más de 11 millones de toneladas en 2012), pero el aporte al PBI es muy diferente: es una décima parte del puerto capitalino, según información que maneja el Centro de Navegación.

Desde el gobierno se afirma que, al menos al principio, el puerto de Montevideo seguirá siendo el más importante y que, más adelante, Montevideo y Rocha serían complementarios. En cambio, algunos operadores portuarios piensan que, a partir de 2020, Montevideo quedaría como un puerto complementario y el de aguas profundas sería el principal.

La oficina de Díaz, el presidente de la ANP, mira al puerto montevideano y desde su ventana se puede ver el incesante movimiento de grúas y de contenedores. Igual, el jerarca dice que la realidad es que la terminal montevideana "quedó encerrada en la ciudad" y además no puede recibir barcos de gran calado que vendrán en poco tiempo a la región.

Y mucho menos puede hacerlo Nueva Palmira, que -según el presidente de ANP- "es el puerto que puede recibir mayores impactos" porque la terminal de El Palenque moverá principalmente granos, que es a lo que se dedica el puerto coloniense. "Puede haber una reducción de actividad de Nueva Palmira", dice Díaz, "pero el país puede ganar en mejores condiciones de mercado para colocar su producto, por el ahorro de flete".

El diputado blanco Luis Lacalle Pou, que se ha opuesto a la inversión de Aratirí, dice que el puerto rochense debería ser de cargas limpias. "Pero una carga limpia no es petróleo y no es un puerto minero".

¿Y qué se moverá, entonces, en El Palenque? "Estará orientado principalmente a graneles, como la soja y los minerales", dice Ortuño. Pero el puerto será multipropósito y no se limitará solo a eso. El gobierno prevé un movimiento total superior a los 55 millones de toneladas al año: 16 millones de toneladas de hierro de Aratirí y 17 millones de hierro proveniente de Brasil, 18 millones de granos (sobre todo soja) de la región, tres millones de minerales desde Bolivia y casi dos millones de granos de Uruguay. A eso habría que sumarle la producción de una posible planta de celulosa en Cerro Largo o Treinta y Tres y, tal vez, petróleo y gas, si aparecen en territorio o mar uruguayo.

Estudios del gobierno dicen que en los primeros años no habría demanda de movimiento de contenedores para este puerto, porque la estrategia de los armadores no será -por ahora- ir hacia un mayor calado en el Río de la Plata. "Si no hay un crecimiento exponencial de los contenedores, demorará mucho en que vengan barcos más grandes", dice el presidente de la ANP.

Y el subsecretario de Transporte agrega que el nuevo puerto no tendrá a priori la posibilidad de transbordar contenedores ni tampoco la conectividad terrestre, por lo que "a las empresas les costará más llegar al destino final".

No dicen lo mismo en el Centro de Navegación, que agrupa a 80 empresas, entre agentes marítimos, operadores portuarios, terminales de contenedores y depósitos de carga.

Su presidente, Mario Baubeta, opina que no hay que pensar un puerto de aguas profundas "solo para graneles o minerales". Y afirma que grandes buques portacontenedores arribarán a partir de la próxima década a la zona y el puerto de Montevideo no podrá recibirlos. Por eso, cree que el puerto también debe ser para movimiento de contenedores. Si eso no se tiene en cuenta, "no hay visión de futuro".

Baubeta cita un estudio de Cepal que dice que los buques de mayor porte en la actualidad (13.000 TEUs) arribarán a la región entre 2018 y 2020 y que hoy ya se proyectan de 18.000 TEUs, con 16 metros de calado. Pero a Montevideo no pueden entrar buques de más de 13.000 TEUs.

CAPITAL. La inversión del puerto variará entre 650 y 750 millones de dólares, según prevé el gobierno. Pero resta conocer la opinión de los privados. Para Baubeta, la construcción será muy costosa debido a que hay que hacer estructuras piramidales a 20 metros de profundidad. A cambio de eso, no habrá costos de dragado porque la profundidad es natural. El costo total, de acuerdo a su estimación, podría rondar los 2.000 millones de dólares.

El tema es quién pondrá el capital. Ese es un problema, dice Baubeta, porque nadie puede financiar "sin tener una certeza de lo que se moverá ahí". Lo peor, explica el presidente del Centro de Navegación, sería anunciar el puerto y no concretarlo porque alentará a que Argentina y Brasil también piensen en construir sus puertos de aguas profundas. Últimamente, Mujica sabe bastante de anuncios que luego no se concretan.

Sin embargo, el presidente dijo que el tema fue tratado con el primer ministro chino, Wen Jiabao, de visita en Montevideo hace unos días. Y que China participará. Ortuño dice que también hay interés concreto de actores privados en participar de la inversión, ya que tienen estudios de rentabilidad. Y cita al grupo Christophersen, grupos españoles, holandeses y también empresas regionales.

Todos coinciden en que se necesitarán accesos viales y un corredor ferroviario, que se generará una nueva urbanización y un polo de desarrollo. Algunos hablan de un aeropuerto.

EL VIENTO DEL POLONIO. Los operadores turísticos de La Pedrera ven el panorama con cierta cautela y hasta algo de optimismo. Pero muchos vecinos están realmente alarmados.

Joselo Luna es uno de ellos: tiene 85 años, su familia fundó el pueblo y dice que hoy es "el segundo más viejo" del lugar. Luna es escribano, pero su experiencia como vecino (la primera vez que tocó la arena del lugar tenía seis meses) le lleva a decir que esto será "un desastre" para el balneario.

"El viento del Polonio, como le decimos nosotros, es una virazón desde el noreste que revuelve la bahía", dice Luna, "y ese viento traerá toda la mugre del puerto; La Pedrera cambiará totalmente". Y Luis Tantessio, representante de la unión de vecinos de La Paloma, dice que el gobierno habla de un puerto de enormes dimensiones pero "lo único que se puede sacar desde Rocha por ahora es madera". Lo de Aratirí "es un proyecto nada más".

En cambio, Estrella Franco -dueña de la pizzería 7 y 3 de La Pedrera y edil del Frente Amplio- dice que el puerto es positivo porque ayuda al desarrollo del departamento. "Hoy Rocha trabaja dos meses. El resto del año es light", se queja

En una línea similar, el arquitecto Miguel Arrospide, director de la inmobiliaria La Pedrera, dice que -si no se afecta la calidad de agua y el transito por la ruta 10- no habrá mayores problemas para el balneario. "No percibiremos el puerto de manera tan encimada porque, por la curvatura de la playa, no veremos las instalaciones portuarias que afean cualquier paisaje ni tampoco nos afectará la polución sonora, humos o vapores".

Pero sí advierte que la Dinama deberá controlar la calidad del agua, "de manera que el vertido de líquidos no afecte la transparencia, el color, el olor o la limpieza en las playas". En cuanto al tránsito, el empresario sugiere un acceso directo desde la ruta 9 al puerto, para evitar el pasaje de camiones por la ruta 10, que quedaría para la comunicación entre balnearios.

Otros prevén costos ambientales y dicen que se afectará a las ballenas. En Cabo Polonio temen que se perjudicará el turismo en el lugar (ver recuadro).

Está claro que habrá un impacto y por eso el constructor deberá presentar el proyecto ante la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama). Baubeta admite que "se usará una zona balnearia para un emprendimiento industrial", con todo el movimiento que suele tener un puerto. Pero también dice que solo se afectan siete kilómetros.

Varios expertos marítimos cuentan que hay sobrados ejemplos en el mundo de megapuertos pegados a concurridas playas. Díaz, el presidente de la ANP, menciona los casos de Barcelona en España y Busan en Corea. Y dice que no se puede comparar con Montevideo, cuyo puerto es una bahía cerrada con esa agua amarronada tan típica del Río de la Plata.

El tiempo dirá si, en unos pocos años, veraneantes y pobladores de La Pedrera y del Cabo Polonio verán o no los grandes barcos desde la playa. O si todo termina en un proyecto que, como aquel primero de fines del siglo XIX, muere antes de arrancar.

DE 2.000 A 200 PUESTOS DE TRABAJO

No se sabe aún cuánta gente trabajaría en el puerto, pero está claro que habrá un impacto inicial durante la construcción. Si el puerto incluye actividad de contenedores podría genera más de 2.000 puestos de trabajo directos, estima el presidente del Centro de Navegación, Mario Baubeta. Pero si es solo granelero-minero, con todo automatizado y bajo nivel de mano de obra, será menos del 10 %.

Los seis lugares posibles

La comisión interministerial que asesor al presidente José Mujica, inicialmente estudió seis enclaves para el puerto, de los cuales descartó rápido tres de ellos (La Paloma y dos en Maldonado) por razones de "afectación turística e impactos no deseados", dice una fuente oficial.

Así, quedaron tres opciones: El Palenque (en torno al kilómetro 238 de la ruta 10), Puerta del Sol (kilómetro 248 de esa misma ruta) y La Angostura, a unos siete kilómetros de Punta del Diablo. Se estudiaron las fortalezas y debilidades de cada sitio.

La cercanía de Punta del Diablo le jugó en contra a La Angostura, donde quería instalar su terminal la minera Aratirí. Además, está a 10 kilómetros de la Laguna Negra, zona de vulnerabilidad ambiental, y a 21 kilómetros de Cerro Verde, en Santa Teresa.

Puerta del Sol tenía como debilidad que está a 17,5 kilómetros de un área protegida como Cabo Polonio y a solo 4 kilómetros de una zona de bañados.

En el caso de El Palenque, el enclave finalmente elegido, se valoró que está algo más alejado de Cabo Polonio (26 kilómetros) y que tiene mejor acceso vial a la ruta 9 que los otros dos lugares. Su debilidad es la cercanía a los balnearios Punta Rubia (nueve kilómetros) y La Pedrera (10 kilómetros), donde muchos vecinos pueden oponerse al puerto.

LOS EFECTOS AMBIENTALES

"¿Imaginate que se escape petróleo?"

Si el puerto se construye en El Palenque, habrá impactos a corto y largo plazo sobre especies marinas y terrestres, adelanta el biólogo Rodrigo García, coordinador de la Organización para la Conservación de los Cetáceos de Uruguay. García dice que, si bien aún no se conocen las características del proyecto, es claro que se afectará la diversidad biológica costera, además del valor paisajístico que posee la zona, "imposibles de cuantificar por el PBI".

Entre agosto y noviembre de cada año llegan a la zona ballenas, que son un atractivo para turistas. Los cetáceos, animales sumamente sensibles al sonido y salud marina, "podrán ser seriamente afectados durante la construcción de espigones". El sonido viaja hasta 12 veces más rápido en el agua y el sistema auditivo es el principal sentido de estos animales.

Es probable que las ballenas francas "eviten estas zonas y prefieran otras". Su reproducción también se puede afectar ya que las madres precisan ambientes no contaminados. Además, dice García, las colisiones con barcos son muy comunes. Su propia organización registró que entre 2003 y 2007 siete ballenas francas australes recibieron heridas por colisiones con grandes barcos, especialmente con sus hélices.

En tanto, el director de la ONG Karumbé, Andrés Estrades, dijo al semanario Búsqueda que con esta obra se violarían "todas las convenciones firmadas por Uruguay en torno a la conservación de la naturaleza". La obra también afectaría al "sapito de Darwin", que está en extinción y solo está presente en zonas puntuales de Rocha, como la franja costera donde se construirá el puerto, según el semanario.

En Cabo Polonio hay preocupación e inquietud. Gonzalo Núñez, delegado de los pobladores permanentes del lugar, dice que se arriesga demasiado al afectar el turismo dedicado a la ecología y la naturaleza. "¿Imaginate que a un barco se le escape un poquito de petróleo? La gente se irá a buscar otras playas en Brasil", vaticina. "No hay que poner en riesgo esta industria sin chimenea que es el turismo y le da a Uruguay 1.200 millones de dólares al año". Núñez especula que sería mejor proyectar el puerto cerca del Chuy, donde no hay tanto desarrollo turístico.

El puerto, dice, también traerá prostitución "y toda una cantidad de gente que vendrá de los barcos" a una zona que hoy es tranquila.

12

millones de toneladas movió el último año el puerto de Montevideo, según la ANP.

11

millones de toneladas moverá este año Nueva Palmira, según afirman en ese puerto.

750

millones de dólares costará construir el puerto de El Palenque, según estimaciones oficiales.

2.000

millones de dólares costará el puerto de aguas profundas, según estiman operadores privados.

APUNTE

LA PEDRERA

Puerto o playa

SEBASTIÁN CABRERA

En enero el Desplayado es un enjambre de gente. Es la playa familiar de La Pedrera y, desde la arena, hay una preciosa vista de la punta rocosa. Desde hace ya unos cuantos años voy casi todos los veranos a este balneario rochense y, como no me gusta esa costumbre tan argentina de estar casi espalda contra espalda en la playa, suelo caminar un par de cuadras hacia el este en busca de algún lugar más tranquilo.

Y entonces pienso cómo será esa misma playa en unos años, cuando 10 kilómetros hacia Cabo Polonio haya un puerto de aguas profundas.

Dicen que, por la curvatura de la costa, no se verán los galpones ni las grúas desde La Pedrera. Pero imagino que sí veremos pasar enormes barcos y el agua ya no estará tan limpia ni cristalina como ahora. Que difícilmente sigamos viendo las toninas saltar en el mar. Y que en primavera no vendrán las ballenas. Que el movimiento de camiones trastocará la tranquilidad de la zona y, ni hablar, de los posibles efectos ambientales de una obra así.

Parece difícil que el Uruguay natural y turístico sea compatible con un destino portuario e industrial. Pero también es verdad que toda la costa rochense está desierta durante 10 meses al año y quizás para el país y para la gente de allí sea mejor tener un gran puerto que un paraíso natural. Aunque a mí me arruinen los 20 días de vacaciones.

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