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Se extiende seguro de vida en tarjetas y abre polémica

Las emisoras se alinean a la estrategia de la inclusión de un seguro para evitarse deudas impagas en caso de muerte del titular; los detractores critican el precio y obligatoriedad

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Por: Gabriela Rocha |

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Que la persona fallezca y no deje ningún "muerto" es el objetivo de los seguros de vida sobre saldo deudor que por estos meses varios bancos se apresuran a ofrecer a sus usuarios de tarjetas de crédito. De acuerdo a sus compras, la persona paga un monto mensual para que, en caso de morir o quedar imposibilitado de pagar, el seguro cubra los consumos del mes y las cuotas no vencidas.

Lo que las emisoras presentan como un beneficio para el usuario es duramente cuestionado por sus detractores, los corredores de seguros y algunos legisladores que arguyen que en muchos casos es una imposición y que el precio de la prima es demasiado alto, entre otros puntos. El proyecto de ley que regula las tarjetas de crédito en estudio por el Parlamento tiene un apartado sobre el tema.

"Estos seguros vienen con un importante crecimiento", confirmó Manuel Rodríguez, gerente de Mapfre Vida. "Si bien existen desde hace muchos años, eran pocos los que lo ofrecían", agregó. Es así que el volumen de seguros colectivos para préstamos hipotecarios, saldos de tarjetas y otros créditos, creció 125% entre 2008 y 2011 para esta firma, que hoy trabaja para cinco bancos y diez financieras.

Es que existen "muchos préstamos para los que la única garantía del acreedor es la propia persona", consideró el socio del estudio Ferrere, Diego Rodríguez. Y hay casos en que "la única garantía que permite cobrarlo es el seguro de vida, por eso se ha extendido tanto", analizó el experto.

"Le hemos incluido un seguro". El polémico producto es un seguro colectivo que las instituciones contratan para la totalidad de sus usuarios de créditos, hasta cierto tope de edad (unos 75 años). Itaú comenzó a incluirlo obligatorio para sus tarjetas a fines de 2009 al igual que Santander a comienzos de este año y que Banco Comercial, pero desde que nació. Los emisores notifican al cliente a través de una carta con su estado de cuenta, teniendo éstos la opción de dar de baja esa tarjeta o, en el caso de OCA -que por estos días comenzó a incluirlo en cada cuenta-, pueden llamar para cancelar el seguro.

Este carácter compulsivo del producto es de las principales críticas que se le hacen. El proyecto de ley que los diputados Gonzalo Mujica (MPP) y Daniel Peña (Alianza Nacional) presentaron a fines del año pasado detalla que "se prohibe el cobro de todo lo que sea extra crédito". "Muchas tarjetas no te consultan, te lo ponen en el precio y chau", explicó Peña a El Empresario. Carlos Galati, director de la Agrupación de Profesionales Asesores de Seguros, agregó que tampoco se le da la opción al titular de elegir la aseguradora ni de asesorarse con un profesional, además de que los bancos no deberían comercializar seguros, según establece la legislación vigente.

Lo que paga el usuario es otra de las fuentes de polémica. Mientras que Banco Itaú cobra una prima del dos por mil sobre saldo deudor, Santander cobra tres por cada mil. En tanto, en el caso de OCA "se calcula aplicando una tasa de 0,4% sobre el total de la deuda", dice la carta que la empresa envió a sus clientes. Y agrega: "Tiene un costo mínimo de 4 UI, lo que equivale aproximadamenta a $ 9 y un máximo de 18 UI, es decir, aproximadamente $ 38".

En el caso del Comercial es el seis por mil, el tope establecido por la circular 2019 del Banco Central del Uruguay (de diciembre 2010). Pese a que ésta quiso proteger al usuario, hay quienes aún consideran que es un monto excesivo. "Estamos hablando de que en un mes financiaste $ 4.000 y tenés que pagar $ 20 por el seguro. Si sumás $ 20 por un millón de usuarios es mucho dinero", disparó Galati. "Tomando un extracto de edad medio alto, la prima debería ser de 0.70 por mil como muy alto", agregó.

El empresario sumó otro elemento a la discusión y es que en general los tomadores de crédito que ya cuentan con un seguro no pueden ceder esos derechos a la institución financiera. "Duplica un costo que ya tenía asumido al haber contratado un seguro individual", arguyó. En efecto, la carta de OCA establece que este es "independiente de otros seguros que pueda tener contratados". No es así para el Banco Comercial; según reveló el gerente de tarjetas de crédito, Gerardo Sansberro, si la persona comprueba que ya tiene un seguro, lo debe ceder para que sea el banco quien cobre en caso de ser necesario.

Se desentienden de las sucesiones. Dependiendo del cristal con que se mire, el producto es bueno para usuarios, para las empresas o para ambos. Sansberro opinó que "es un seguro de muy bajo costo para que todos durmamos tranquilos". Fernando Lorenzo, responsable de Banca Seguros de Santander, consideró que "ayuda a despreocuparse de resolver problemas económicos cuando la familia está procesando una situación de duelo". Diego Rodríguez, de Ferrere, apuntó que "todo depende de la situación en la que esté cada persona. Para los que tienen algo que heredar sí es un beneficio".

Esté en la situación que esté ese individuo, lo cierto es que los bancos tomaron cartas en el asunto para no quedarse con deudas impagas o tener que ir tras los sucesores de la herencia, en caso de que la haya. Para no llegar a esos extremos, algunas instituciones preveían la existencia de fiadores solidarios (se puede solicitar según el nivel de riesgo de la persona) o que los adicionales se hicieran cargo de las deudas de los titulares, como aún lo hace OCA.

No era el caso de las tarjetas de banco Santander antes de que se cobrara el seguro. "Se hacía una gestión ante los familiares del fallecido y en última instancia la deuda pasaba a formar parte de la sucesión", contó Lorenzo. Igual que en Itaú; su subgerente general, Carlos Ham, recordó que "al producirse un fallecimiento, la deuda era cubierta por los familiares, o simplemente quedaba impaga".

Luis Lapique, socio de Lapique & Santeugini Abogados, explicó por qué esas deudas podían quedar sin cobrarse: "La sucesión es de bienes y deudas; si los familiares la aceptan, quedan con los pasivos. Pero pueden no aceptarla o aceptarla bajo beneficio de inventario, si recibo 100, asumo hasta 100 de deuda". Y analizó la decisión de los bancos de incluir este seguro: "El negocio del banco no es salir a cobrar, es que le paguen y cobrar los intereses. Por un préstamo de US$ 10.000 no va a ir a averiguar quiénes son los herederos... Mucho menos por una tarjeta de crédito".

Así las cosas, las emisoras de tarjetas que no incluían el producto poco a poco lo van haciendo. "A mí no me sirve de nada, pero no me voy a ir a pelear con el banco por medio dólar al mes. Molestarme me molesta", protestó un usuario que se sorprendió con este nuevo ítem en su estado de cuenta hace un par de meses. Lorenzo minimizó el impacto: "Se han recibido consultas sobre las condiciones y las coberturas; la incidencia de quejas o bajas de tarjetas de crédito son realmente insignificantes".

Mayoría de créditos lo incluyen

El seguro de vida sobre saldo deudor, al que las tarjetas de crédito se vienen sumando los últimos años, se utiliza típicamente en el sistema financiero para los diferentes créditos que ofrecen. Las empresas prestamistas, que vienen creciendo exponencialmente, en su mayoría lo incluyen y se lo cobran al cliente a través de la cuota. Antonio Martínez, director de Microfin, contó que en dos oportunidades el seguro tuvo que hacerse cargo del saldo deudor, por fallecimiento de los titulares del préstamo.

En el caso de Pronto! no se cobra, aunque no descartan hacerlo en el futuro, confirmó a El Empresario el gerente general adjunto, Álvaro Hargain. "Las administradoras de crédito si hay algo de lo que saben es de riesgo", aseguró el ejecutivo. "Nuestro negocio no son las sucesiones", agregó. "No es el momento de ir a cobrar una deuda cuando una persona muere. El día después para nosotros es darlo a pérdida", continuó el especialista.

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