Juicios por extras desvelan a empresas

Se ofrecen como incentivo en momentos de zafra pero suelen terminar en reclamos cuantiosos

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Finalizada una relación laboral, las empresas se exponen, muchas veces, a la demanda de un exempleado que aduce el no pago de horas extra. El reclamo es más frecuente de lo que las empresas desearían: la causa «horas extra» abarcó 394 casos que llegaron a la Justicia el año pasado y a otros 412 en 2011, según datos de la Base de Jurisprudencia Nacional Pública del Poder Judicial.

El de las extras impagas es «un rubro con alta frecuencia de reclamo a nivel judicial», afirmó Nelson Larrañaga, director del departamento laboral y de seguridad social de Ferrere abogados.

«Registren en forma sistemática o no las horas extra, en cualquier caso, las empresas que recurren en forma constante a esta modalidad son objeto de reclamo, incrementando los costos finales», analizó, en reserva, el director de una consultora local.

Asociada con la zafra, especialmente en la rama industrial, la hora extra puede ser un incentivo planteado al momento de la captación o contratación del empleado como parte de una oferta salarial más atractiva. Empero, el recurso revela «una situación `cortoplacista` de estímulo salarial», así como una tendencia a «generar compromisos, inequidades y un mecanismo que a modo de círculo vicioso, retroalimenta la ineficiencia en la organización del trabajo», sostuvo el consultor.

Desde la óptica de los trabajadores, el incumplimiento en el pago de horas extra no es un vicio extendido, al menos últimamente, gracias a un escenario económico positivo y de pleno empleo -2012 cerró con un 6,1% de desocupación-, señaló Milton Castellano, director del Instituto Cuesta Duarte, que asesora al Pit-Cnt.

En un escenario favorable la lógica es que «cuando una empresa está trabajando bien, pague las horas extras y no se compre un problema», afirmó el experto.

DEMANDAS ONEROSAS

Las empresas que se enfrentan a un reclamo ante la Justicia por horas extra pueden terminar pagando un costo altísimo.

Al neto por las horas extra -un reclamo que puede retrotraerse hasta cinco años al momento de finalizado el vínculo contractual, según la ley de prescripción de los créditos laborales-, se suma el monto por los beneficios que se calculan sobre las horas trabajadas como la licencia, el salario vacacional, el aguinaldo y el despido.

Si el empresario difirió el pago en el tiempo deberá pagar además un correctivo por inflación, un ajuste legal del 6% anual e incluso una multa de 10% por incumplir el plazo legal. A su vez, el demandante puede reclamar por daños y perjuicios lo que habilita a un recargo de hasta 50%, cuando el trabajador tiene familia a cargo.

«Sale bastante oneroso un juicio en el caso de que el empleado pruebe la realización de las horas extras», sentenció Castellano.

Por otra parte, el mayor peso de las pruebas recae en la parte demandada, analizó Larrañaga.

El criterio en la Justicia es que mientras el trabajador tiene que probar haber realizado las extras (bastándole incluso el testimonio de terceros), el empleador deberá exhibir pruebas que constaten el horario de trabajo y las extras realizadas. En caso contrario, «la sentencia condena a pagar la cantidad de horas extras reclamadas», más allá de que se suele aplicar un prorrateo, explicó el profesional.

Como en el ajedrez, las empresas están tratando de adelantarse a la jugada asociada a los reclamos. «Debido a esta posición de la jurisprudencia, las empresas se ven obligadas a establecer un mecanismo de registro de horario en resguardo de que en un juicio donde se reclamen horas extra inexistentes, haya un documento de soporte», remató Larrañaga.

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Casos por horas extra se trataron en la Justicia en 2012, según datos de la Base de Jurisprudencia Nacional.

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