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Murdoch en twitter

El magnate de las comunicaciones, aún envuelto en escándalos, ahora usa las redes sociales para atacar a los que se entrometen en sus negocios.

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Luis Prats

El último día de 2011, Rupert Murdoch estrenó Twitter con el entusiasmo de un converso y el poder de la espada más filosa. Un arma más para el magnate de las comunicaciones, que pese a las heridas recibidas últimamente sigue lanzando estocadas. Todavía bajo investigación por las escuchas de sus tabloides británicos, su megaempresa News Corporation sale a conquistar el mercado de la televisión hispana en Estados Unidos.

Que Murdoch tenga cuenta de Twitter es toda una novedad para un empresario de 81 años, que siempre afirmó no usar computadora personal y rara vez concede entrevistas.

"Es la gran oportunidad para el resto del mundo de saber lo que hay en la cabeza del hombre que controla vastos sectores de la conversación global", comentó con ironía el columnista de The New York Times, David Carr. "Murdoch descubrió Twitter porque estaba aburrido en su yate de 184 pies", bromeó el sitio businessinside.com (184 pies son unos 56 metros, no es un simple bote).

¿Y qué hay en la cabeza de Murdoch? Por ahora, bombas, sapos y culebras contra todo lo que se mete con sus negocios. "Puede ser que los británicos tengan demasiadas vacaciones para un país en quiebra", fue uno de sus primeros tuits. Al rato respondieron cientos de mensajes furiosos. Lo menos que le dijeron fue que él no es nadie para meterse con Gran Bretaña (nació en Australia y tiene ciudadanía estadounidense). Claro que también se metió con su patria de adopción, tajante y sin reparar en la sintaxis: "Estados Unidos está en su mayor crisis absoluta. No leer, no escribir, no trabajos". Tampoco esconde sus opiniones políticas, siempre ultraconservadoras.

Luego puso en su mira la piratería en Internet, que afecta muchos de sus intereses, como los estudios de cine 20th Century Fox.

En ese campo es ferviente defensor del proyecto de ley SOPA, que pretende controlar los contenidos de la web. Pero su alegato fue polémico, pues comparó la decisión de bajar una película con las escuchas telefónicas que hicieron sus diarios: "No hay excusas para la escucha ilegal. No hay argumento. ¡No hay excusas tampoco para el robo de copyright, pero está lleno de argumentos ignorantes!".

Murdoch criticó después a Google, acusando a la empresa de ser "el líder de los piratas ya que permite ver películas gratis y vende publicidad con ellos". "No sería extraño que haya puesto millones en lobby", agregó.

Y fue más lejos al tuitear: "Obama se reunió con los jefes del Silicon Valley que amenazan con piratear y robar simple y llanamente a todos los creadores de software". A los tres días del estreno de su cuenta, ya tenía 45 mil seguidores. Un mes más tarde, supera los 165 mil. Todos esperan el próximo exabrupto del magnate sin pelos en la lengua.

ESCÁNDALO. La verborrea tecnológica de Murdoch se produce cuando muchos lo creían en decadencia irremediable, tras las revelaciones sobre las prácticas de sus medios, especialmente el semanario News of the World, que conseguía sus primicias sobre celebridades pinchándoles los teléfonos. El colmo fue la intervención del celular de una adolescente desaparecida, que luego se descubrió había sido asesinada.

Murdoch tuvo que cerrar el periódico y declarar ante una comisión parlamentaria. Incluso allí zafó por poco de recibir un tortazo en la cara lanzado por un desconocido. "Nunca me sentí tan humillado", afirmó, aunque no se supo si se refería al tortazo o a las incisivas preguntas que le formularon los parlamentarios.

Hace pocos días, News Corporation tuvo que pagar indemnizaciones a 37 personas que fueron víctimas de ese espionaje telefónico.

El actor Jude Law, por ejemplo, recibió 130 mil libras (unos 200 mil dólares) tras un acuerdo extrajudicial. También hubo arreglos con exministros, deportistas y la madre de la chica asesinada, pero quedan casi 30 casos más por solucionar.

News Corporation tuvo que admitir que entre 2003 y 2006 había publicado 16 notas sobre Law basadas en escuchas telefónicas.

"Cambié mis teléfonos, hice revisar mi casa para ver si había micrófonos, pero la información seguía publicándose", se quejó el actor, quien confesó que incluso había llegado a desconfiar de gente cercana porque los diarios de Murdoch continuaban publicando sus intimidades.

Murdoch se lavó las manos ante los parlamentarios, dijo que él no había ordenado nada de eso y acusó a sus subalternos, aunque se sabe bien que en sus empresas no debería ocurrir nada que él no conozca.

El escándalo llevó al primer ministro británico, David Cameron, a ordenar una investigación, llevada adelante por el juez Brian Leveson, sobre las prácticas y la ética de los medios de comunicación británicos. Hasta ahora, los políticos británicos temían el poder de los medios de Murdoch, pues cualquier revelación de sus intimidades podía terminar con sus carreras. Pese a sus títulos descomunales, siempre referidos a escándalos, sus tabloides terminaron marcando la agenda política del Reino Unido.

IMPERIO. Como ocurría con el rey Felipe II de España, en los dominios de Murdoch no se pone el sol: tiene intereses en los medios de comunicación de todo el mundo, especialmente Australia, Gran Bretaña y Estados Unidos. Según la revista Forbes, ocupa el puesto 117 entre los más ricos del mundo, con una fortuna personal de 6.700 millones de dólares. Entre las empresas que controla figuran:

-Los diarios The Times y The Sun de Londres; uno, el más tradicional, el otro el más vendido.

-The Wall Street Journal, título de referencia para el mundo de los negocios.

-La señal satelital europea Sky Television, que tiene los derechos de las principales ligas de fútbol del continente.

-El estudio cinematográfico 20th Century Fox, que incluye algunas de las franquicias más rentables de la industria, como La Guerra de las Galaxias, Alien, Duro de matar y Avatar. También produce series de enorme impacto, como Los Simpson.

-La cadena de Tv estadounidense Fox y sus derivadas. Entre otras, Fox Sport Latinoamérica, que tiene los derechos de la Copa Libertadores de América.

-Los Angeles Dodgers, uno de los equipos de béisbol más populares.

CONFLICTOS. Murdoch siempre estuvo identificado con los tabloides y se asegura que él también los considera su hábitat. Sin embargo, en 2007 quiso darse un baño de prestigio y compró The Wall Street Journal. Los periodistas del diario trataron de oponerse, hubo renuncias entre los editores, pero los 6.500 millones de dólares que puso sobre la mesa convencieron a los dueños, la familia Bancroft.

Con las redes sociales, en tanto, no le ha ido bien hasta ahora. En 2005 compró el sitio MySpace por 420 millones de dólares y seis años después lo vendió por apenas 27 millones.

"La jodimos, metimos completamente la pata y aprendimos unas lecciones muy caras", admitió Murdoch, siempre por Twitter.

Sucede que MySpace pasó en estos años de ser la red social más visitada en el mundo a la número 91 en seguidores.

Ningún conflicto fue tan grave como el de las escuchas clandestinas, pues puso en tela de juicio todos sus procedimientos. Sin embargo, y aún tocado, el magnate no descuidó sus batallas en el campo de los negocios. Con el año nuevo 2012 incorporó Mundo Fox, una cadena de televisión en español que competirá con Telemundo y Univisión por el mercado hispano de Estados Unidos, de 50 millones de espectadores y en constante crecimiento.

La cadena se apoyará en los canales en inglés del propio Murdoch, empezando por Fox, y en un acuerdo con la colombiana RCN, que aportará parte de los contenidos. La salida al aire está prevista para el otoño estadounidense. Ya lo leeremos en @rupertmurdoch.

Su vida familiar es un culebrón

Una serie televisiva al estilo de las antiguas Dallas o Dinastía, es decir, un culebrón de ricachones, retrataría a la perfección la vida familiar de Rupert Murdoch, con la esposa joven y ambiciosa, excónyuges e hijos de diferentes madres que se pelean por la futura herencia. Murdoch se casó tres veces y tiene seis hijos. De su matrimonio con Patricia Booker, su primera mujer, nació Prudence, una hija a la cual rara vez menciona y que está alejada del imperio. En 1962 se divorció de Patricia y se casó con Anna María Torv, con quien tuvo tres hijos: Elisabeth, Lachlan y James. El menor es ahora la mano derecha de Rupert en News Corporation y supuestamente lo sucederá cuando muera o se retire, aunque no es tan sencillo: al jefe del clan parece gustarle que sus hijos compitan entre sí.

Además, en 1999, el magnate se casó con su exempleada Wendi Deng (en la foto), de origen chino y 37 años menor, con quien tiene dos niñas (Grace y Chloe). Wendi ejerce gran influencia sobre Murdoch y según algunas crónicas, quiere asegurar el futuro de sus hijas colocándolas en la junta directiva de News Corporation, aunque hoy la mayor tiene apenas 11 años. Al mismo tiempo, se lleva bien sólo con uno de sus hijastros, James. Anna, la segunda esposa, ejerce todavía una fuerte influencia sobre sus hijos. Y como si fueran pocos, está la abuela: la madre de Rupert, Elisabeth Murdoch (conocida como Dame Elisabeth), tiene más de 100 años de edad y sigue haciendo saber sus opiniones, a menudo contrarias a las de su hijo.

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