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El precio de ser hincha

| La asistencia perfecta al Campeonato Uruguayo, presenciar aquí cuatro partidos internacionales, adquirir una camiseta oficial y el abono al deporte en la televisión cable, totalizan un mínimo de 500 dólares por año. El fútbol nacional es de los más accesibles del mundo.

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Camiseta de Peñarol, ¿tenés?". La voz de Sebastián Abreu, al otro lado del teléfono, hace una pausa de extrañeza, reaccionando igual que si la pregunta hubiera indagado si acaso respira todos los días: "Claro". Repregunta: "¿La oficial?". Otra vez, el tono, ahora apurado, es de respuesta obvia: "Sí, sí...¡claro!".

Calma. Lo claro es que este Sebastián Abreu no es el Sebastián Abreu en el que usted debe estar pensando. Lejos del "loco" jugador de la Selección, hincha rabioso de Nacional, está este homónimo fanático de Peñarol de 31 años, quien charla con Domingo para tratar de descifrar cuánto le cuesta este amor. Sebastián, socio del equipo aurinegro desde hace 17 años, no se pierde un solo partido de su cuadro en el Campeonato Uruguayo, y en esta Libertadores, por ejemplo, lo ha acompañado en cuatro viajes al exterior. Es verdad que trabajar en una agencia de viajes le facilita las cosas, pero no se salva del desembolso. En un cálculo rápido, lleva gastados más de 1.000 dólares solo para esos partidos de visitante. Sin embargo, él no tiene los números tan claros y se nota que poco le importa. A la pregunta de cuánto cree que destina por mes a Peñarol, contesta: "Está difícil esa cuenta. No sé cuánto llevaré gastado... Además, como soy socio, a los partidos de locatario entro gratis... La verdad que no sé".

Algunas semanas atrás, entrevistada por un medio de prensa, la senadora Lucía Topolansky dijo que los uruguayos "se gastan la plata en fútbol". Alguna razón tiene. Lo cierto es que ser hincha de un equipo no es gratis. Literalmente. A menos que para usted el sustantivo sea meramente ornamental, alentar a un cuadro, seguirlo, acompañarlo -disfrutarlo- le puede restar a su cuenta financiera personal desde 5.000 pesos hasta algunos miles de dólares cada año.

Todo dependerá del grado de compromiso con el equipo y de ahí la cantidad de partidos a los que se disponga asistir o si lo acompaña en viajes al exterior por copas regionales. A ello también puede agregarle la cuota social, el abono a la televisión por cable para ver los partidos del fútbol uruguayo, equipamiento oficial y merchandising.

uruguayo. Un cálculo conservador arroja, como ya se apuntó, la cifra de 5.000 pesos anuales destinados solo al campeonato local, si se toman como parámetro a los socios de Nacional y Peñarol, los dos equipos que venden más entradas. ¿Cómo surge ese número? La cuota social anual ($ 2.700 los albos, $ 2.600 los manyas: en ambos casos para hombres que vivan en Montevideo y siempre que se pague todo el año junto; las mujeres, los menores y los residentes del interior abonan menos) permite al titular ingresar gratis a todos los partidos de locatario de su equipo; es decir en 15 de los 30 partidos que se disputan en total en el actual Campeonato Uruguayo. En los restantes 15 encuentros, los socios deben abonar la entrada. En promedio, las localidades para el torneo local cuestan $ 100. El número sube un poco para los partidos de los "grandes": $ 124 de media en los match de Nacional y $ 129 para los de Peñarol (si se divide la recaudación total por la cantidad de entradas vendidas el Apertura 2010/ 2011). En otras palabras, a su cuota social correspondiente, los bolsos debieron añadir al menos $ 1.860 más, y los manyas, $ 1.935. Los totales parciales, en ambos casos, rondan los $ 4.500.

Parciales porque el número no incluye el transporte para llegar a las canchas -vale apuntar que en el actual campeonato sólo juega un equipo del interior, Tacuarembó-, y tampoco la consumición del café, el refresco, la cerveza o el choripán que amenizan los entretiempos. Por eso, el estimado es tan solo una base, la imprescindible, pero puede duplicarse fácilmente, sobre todo en el caso de asistir a las tribunas más costosas.

No obstante, entre todos los hinchas consultados, ninguno considera que el gasto para asistir al Campeonato Uruguayo sea excesivo, ni que comprometa el presupuesto familiar. "Nosotros vamos con frecuencia y claramente no es un costo importante", opina Álvaro Amoretti, quien es socio aurinegro al igual que sus hijos de nueve y 17 años. Por su trabajo, él está en contacto frecuente con extranjeros y nota cómo se sorprenden por los precios locales. "En Uruguay, el fútbol es accesible y popular. A veces cuando viene gente del exterior te pide para ir a ver un partido y lo llevamos a localidades preferenciales, en el Centenario o el Parque Central, y quedan asombrados porque los costos no están en relación con lo que ellos conocen. Por ejemplo en Inglaterra, como combate a la violencia, el fútbol se convirtió en un espectáculo caro, para alejar a alguna gente. Y no hace falta ir tan lejos: incluso en Argentina es bastante más costoso", razona.

te sigo a todas partes. Pero el presupuesto sube considerablemente si el equipo participa en un torneo internacional, y más todavía si la campaña es exitosa. Los hinchas de Peñarol lo saben bien.

Como finalista de la Copa Libertadores, para el 22 de junio el equipo aurinegro habrá totalizado 14 partidos, todos los posibles: siete en el pasto del Centenario, siete en tierras extranjeras. Para asistir a todos los encuentros jugados en Montevideo, el mínimo de desembolso para un socio será de $ 780 (esto es si compró el abono más barato que se vendía para los tres partidos de primera fase y luego, para los cuatro restantes, adquirió siempre las localidades más económicas). A un hincha no socio, la versión menos costosa (también si adquirió el abono) le totalizará $ 1.140. En el otro extremo, quien optó por las mejores ubicaciones y no está asociado al club, terminará gastando $ 2.640 en cinco meses de competencia.

Mientras tanto, calcular el costo de haber seguido al equipo en sus siete partidos del exterior, en esta primera mitad del año, es más difícil, ya que las alternativas se multiplican. El cuadro dirigido por Diego Aguirre viajó en estos meses a Buenos Aires (dos veces), Mendoza, Quito, Santiago de Chile, Porto Alegre y este miércoles 22 jugará en San Pablo. Groso modo, un hincha con tiempo y dinero para acompañarlos en todas las instancias terminará desembolsando no menos de 3.000 dólares.

Ignacio Stirling, socio aurinegro de 53 años, integra un grupo de 50 hinchas de Peñarol con una peculiaridad: se establecen todos los partidos en la tribuna Olímpica, pero siempre "recostados" hacia el lado que ataque su oncena favorita, un tiempo en la esquina de la Amsterdam, el otro sobre el margen de la Colombes. Su hijo viajó hasta Avellaneda para presenciar el match contra Independiente; él se sumó para la semifinal contra Vélez Sarsfield, adonde concurrieron 30 del grupo caminador de los entretiempos. Al hablar sobre gastos, Ignacio aclara: "Cada decisión la pienso muy bien. A San Pablo, de hecho, no voy a ir porque es otro costo. El viaje a Buenos Aires tenía el ingrediente de que era un grupo muy grande y quería ir con mi hijo. Valía la pena, no solo por el partido sino por vivir la experiencia".

El razonamiento es similar en el caso de Amoretti. "Hasta el momento solo he estado en dos partidos de Peñarol en el exterior: el de Vélez, al que fui con mis hijos, y el año pasado fui con el mayor a España para el encuentro contra el Real Madrid. El partido fue una excusa para quedarse allá una semana y conocer. Pero fueron eventos extraordinarios", aclara. También explica que, por una razón económica, no viajarán a San Pablo. "Teníamos claro que había una elección: o la semifinal, o la final en caso de clasificar".

trapitos al sol. Y en estos tiempos que corren, un hincha no termina de ser hincha sin el merchandising apropiado. Los niños son los que más consumen en este campo, desde sábanas hasta tazas, cartucheras, gorros, todo con el escudo y los colores del corazón. Aunque las insignias imprescindibles para un hincha de ley solo son dos: camiseta y bandera. "Trapos" hay de todo precio: desde cientos hasta miles de pesos, de acuerdo al tamaño y material. Por $ 500 es posible conseguir una que aguante varias batallas. En cuanto a las camisetas, dependerá si se adquiere la oficial o una "trucha". Actualmente, la más costosa es la de Nacional, que se vende a $ 1.900. La de Peñarol cuesta $ 1.690 y la de Uruguay $ 1.890. Sin marca, los precios suelen reducirse a la mitad.

Es cierto que, para muchos, el ansia por tener "la última" casaca de su equipo es un antojo moderno. "Yo nunca tuve una camiseta y es algo que mi hijo no puede creer -cuenta Amoretti-. Pero la verdad es que antes no se te ocurría pedirla. Él, claro, tiene la oficial".

Otro gasto clásico que conocen bien aquellos con hijos chicos a quienes les legaron el amor por el cuadro es el álbum de figuritas. Llenarlos dependerá no solo de los sobres adquiridos, sino también de las repetidas y las que logran intercambiarse, pero suele superar los $ 1.000. El último a la venta es el de la Copa América 2011, que tiene lugar para 348 figuritas; cada sobre de cinco cuesta $ 10.

una ganga. A quienes no van a la cancha pero quieren seguir los partidos tienen una opción -la televisión- con diversas variantes. Los paquetes de fútbol uruguayo rondan los $ 160 por mes ($ 1.920 anuales), que se agregan al abono regular de televisión por cable. De lo contrario, mirar un partido le costará el equivalente a una cerveza, una muzzarella o etcéteras correspondientes en un bar.

Si a la asistencia perfecta al Campeonato Uruguayo se le suman apenas cuatro partidos internacionales de local, un solo viaje al exterior, una bandera, una camiseta y el abono televisivo, el total anual mínimo promediaría los 700 dólares.

Pero lo cierto es que el fútbol uruguayo es uno de los más accesibles del mundo. En el otro extremo se encuentra, por ejemplo, la liga española, considerada la mejor del planeta. De acuerdo a un estudio realizado por economistas de ese país, abonarse solo a todos los partidos de local del Barcelona tiene un costo de 1.066 euros, y para el Real Madrid, 1.469.

Para los hinchas, bien que lo vale. Tal como dice Stirling, "es el momento de esparcimiento, de encuentro con amigos, también de sufrimiento, pero es un gasto que vale la pena. Te saca de la cotidianidad y está bueno".

Las cifras

4.500 Es el mínimo anual, en pesos, que desembolsa un socio de Nacional o Peñarol si asiste a todos sus partidos del Uruguayo.

2.600 Es la cuota anual para ser socio de Peñarol en Montevideo. La de Nacional es $ 2.700. Mujeres, menores y del Interior pagan menos.

780 Es el mínimo que pagarán los socios para ver los siete partidos de local de Peñarol en la Libertadores. No socios: $ 1.140.

1.900 Es el precio de la camiseta oficial de Nacional. La de Peñarol tiene un costo de $ 1.690 y la de la selección uruguaya, $ 1.890.

Copa América: 2.000 pesos a 2.000 dólares

Solo faltan 20 días para que, al igual que el año pasado, este invierno resignifique al color celeste. Pero, esta vez, acompañar a la selección uruguaya no resultará prohibitivo. La cercanía con el país anfitrión del torneo continental multiplica las opciones para ver los encuentros en vivo y el desembolso podrá oscilar desde los 2.000 pesos hasta los 2.000 dólares, dependiendo de la cantidad de partidos a los que asista y las formas de acceder a ellos. Aquí, algunos tips.

La Copa América 2011 se jugará en Argentina del 1° al 24 de julio. Los tres partidos de primera fase de Uruguay son: contra Perú, el lunes 4 en San Juan; contra Chile, el viernes 8 en Mendoza; y contra México, el martes 12 en La Plata.

Las localidades para los dos primeros encuentros (así como para los tres partidos de primera fase de la selección argentina y para la final del 24 de julio) están agotadas, según indica el portal de Ticketek (www.ticketek.com.ar), agente oficial de venta de entradas. Eso no quiere decir que se quedó sin la posibilidad de conseguir una, ya que las agencias de viaje que venden paquetes para el torneo siempre incluyen localidades que han adquirido previamente.

Hay excursiones para asistir a los tres encuentros de Uruguay por vía aérea (traslados, paseos, hoteles, entradas) desde 1.500 dólares. Solo ir a los dos primeros -a unos 140 kilómetros de distancia entre sí-, por avión, tienen un costo cercano a 1.200 billetes verdes. Pluna cuenta con vuelos charter directos a Mendoza (sin pasar por Buenos Aires): el paquete para los dos primeros partidos cuesta US$ 1.595. En tanto, concurrir a los tres partidos viajando en ómnibus (siempre incluyendo hoteles, traslados, paseos y entradas), se ubica alrededor de 1.000 dólares, según la agencia elegida, y los encuentros contra Perú y Chile, en excursión de 9 días: US$ 770.

Pero el partido más accesible de la primera fase será el de La Plata (a 45 minutos de Buenos Aires por tierra), para el que aún se consiguen entradas de 40, 60 y 250 pesos argentinos (200, 300 y 1.250 uruguayos, aproximadamente). Por eso, si va por las suyas y adquiere la más económica, puede totalizar un viaje de $ 2.000 ($ 200 de entrada, $ 1.000 de pasaje y el resto para gastos, si vuelve en el día). Las excursiones, con noche de hotel, están desde US$ 450 (avión) y US$ 250 (bus).

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