Comedia de la nada

| La serie que lleva su nombre es considerada "la mejor de la historia". Hoy millonario, Seinfeld sigue haciendo humor de pie.

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GABRIELA VAZ

No cualquiera puede darse lujo de contar, en su anecdotario laboral, con el rechazo a una oferta de cinco millones de dólares semanales por seguir trabajando en un proyecto que lleva, nunca más literal, nombre propio. O mejor aún: el propio nombre. Pero Jerry Seinfeld suma ese a otros muchos lujos profesionales.

Para empezar, porque fue el protagonista y co-creador de la serie de comedia hoy catalogada como la mejor en la historia de la televisión norteamericana. Seinfeld, emitida entre 1989 y 1998 -una sit-com "sobre la nada", según la definieron sus propios padres creativos- tardó en obtener el reconocimiento de las masas, pero cuando lo hizo, lo llevó al summum: el capítulo final fue visto por 76 millones de personas solo en Estados Unidos, mientras varios países sudamericanos transmitieron el episodio en simultáneo y sin subtítulos, algo insólito para la época, pero que daba cuenta del fenómeno cultural que estaba aconteciendo.

Y para seguir, porque hoy es un multimillonario que se dedica a lo mismo que hacía cuando apenas arrancó: stand-up. Claro que de los clubes de comedia con algunas decenas de personas de público, a teatros de porte internacional con entradas que se reservan con meses de anticipación, hubo un largo trecho.

MAMÁ EQUIVOCADA. Jerome Allen Seinfeld, quien cumple 58 años este 29 de abril, fue el segundo hijo del matrimonio judío compuesto por Kalman Seinfeld (descendiente de húngaros) y por Betty (de linaje sirio), quienes ya tenían una niña de dos años, Carolyn. En ese entonces la familia vivía en Brooklyn, Nueva York, pero vaivenes económicos los sacaron de la Gran Manzana para residir en Massapequa, donde el joven Jerry cursó la Secundaria.

A los 16 años, decidió presentarse como voluntario para ayudar a Israel y vivió varios meses en un kibutz. Regresó, con más automatismo que entusiasmo, para estudiar Teatro y Comunicación en el Queens College, dependiente de la Universidad de Nueva York. Fue con el título en la mano, y 22 años de edad, que empezó a interesarse en el stand-up. Así, sin hacer demasiado caso a mamá Betty, que le decía que él no era gracioso, probó suerte en una "noche de micrófono abierto" del club Catch a Rising Star, conocido por impulsar la carrera de muchos comediantes. Y entonces confirmó que mamá Betty no tenía razón.

Esas apariciones le reportaron una invitación al programa que el humorista Rodney Dangerfield realizó en HBO. La buena actuación allí hizo que participara de algunos otros ciclos. Pero la primera serie que lo tuvo entre sus filas fue Benson, en 1979, donde interpretaba a un cartero que quería convertirse en comediante pero nadie quería escucharlo ya que contaba chistes muy malos. Fue sacado abruptamente del show por, según se dijo, "diferencias creativas". Seinfeld contó años más tarde que no supo que estaba despedido hasta que se presentó para un ensayo y leyendo el guión notó que su personaje ya no estaba incluido.

En 1981 apareció en The Tonight Show, con Johnny Carson, impresionando tanto al conductor como a la audiencia, por lo que empezó a participar con más frecuencia en ese y otros envíos, como Late Night with David Letterman. Seinfeld se había vuelto cada vez más solvente frente al público y empezaba a ser medianamente conocido. En ese escenario, dos ejecutivos de la cadena de televisión NBC le propusieron "hacer algo". Jerry aceptó y para cranear la sit-com llamó a su amigo, también comediante pero menos afamado, Larry David. Corría el año 1989 y comenzaba a gestarse una serie que haría historia.

LA NADA QUE DICE MUCHO. "¿Ves? Esto debería ser el show". "¿Qué?" "Esto, sólo hablar". "Sí, claro...". "Hablo en serio. Creo que es una buena idea". "¿Sólo hablar? ¿Sobre qué es el show?" "Sobre nada".

Si Jerry Seinfeld y Larry David no mantuvieron ese exacto diálogo mientras ideaban la temática de la serie que pensaban proponer, pega en el palo. Ellos mismos recrearon aquel encuentro en el guión del episodio The Pitch (El Piloto), cuando la sit-com ya corría en su cuarta temporada, al poner esas palabras en boca de dos de los protagonistas.

Es que, en Seinfeld, el personaje principal es Jerry Seinfeld, un comediante judío de stand up que vive en Nueva York... sí: Seinfeld hace de Seinfeld. Y Larry quedó detrás de cámara pero con su alter ego al frente: George Costanza (interpretado por el actor Jason Alexander). Las dos figuras que completan el cuarteto protagónico, Elaine Benes (Julia Louis-Dreyfus) y Cosmo Kramer (Michael Richards), también se basan en personas reales; ella, en una ex novia de Seinfeld y él, en un vecino de David. A partir de ahí, los guiños entre ficción y realidad se repiten una y otra vez, llegando al paroxismo en El Piloto, cuando al Seinfeld personaje se le acercan dos ejecutivos de la NBC para pedirle que piense en "hacer algo", para lo cual Jerry llama a su amigo George, con quien decide crear una serie "sobre la nada".

Es verdad que en Seinfeld no hay trama; son cuatro amigos a los que la mayoría de las veces no les suceden cosas más interesantes que a cualquier mortal. Pero la serie posa una mirada burlona y cínica en hechos y detalles cotidianos que -de familiares, absurdos o tan reales como una cachetada- terminan resultando hilarantes.

Los primeros años, la sit-com no contó con demasiados seguidores, pero tenía el rating suficiente para mantenerse en el aire. A partir de la cuarta temporada, con un cambio de horario mediante, explotó. El 14 de mayo de 1998, ya en su noveno año, el último episodio se convirtió en uno de los tres programas más vistos en la historia de la televisión estadounidense y se coló en los anales publicitarios de ese entonces por facturar un millón de dólares cada 30 segundos de comerciales.

Ante tal fenómeno, la NBC hizo lo posible por retener a la gallina de los huevos de oro, pero ni la oferta de cinco millones de dólares por episodio lo convenció de continuar. Dijo que quería irse en el momento preciso para no decepcionar a la audiencia. El cuarteto protagónico solo volvió a reunirse una década después, en 2009, para un capítulo de la serie Curb your enthusiasm, creada por Larry David, quien en la ficción hace de Larry David, exguionista de una exitosa sitcom llamada Seinfeld... La fórmula de la "meta-trama" de vuelta en escena. No hubo periodista que no aprovechara la cumbre para insistir: ¿Volverá Seinfeld algún día? Jerry fue categórico: "No".

Terminado el éxito -que se explicó en que sólo pretendían hacer reír y nunca acudir a moralejas o escenas emotivas (el lema "no hugging, no learning" era una premisa para los guionistas)-, el comediante participó de distintos proyectos. Entre otras cosas, fue la voz de la abeja Barry en la película animada Bee Movie, que a su vez produjo y co-escribió, y para sorpresa y tal vez decepción de sus seguidores, produjo The marriage ref, un reality en el que famosos ayudan a matrimonios en crisis, que obtuvo mayormente críticas negativas.

Pero a pesar de ser un asiduo en la lista de millonarios de la revista Forbes, vivir en una casa de 32 millones de dólares, o tener una colección de 46 Porsches distintos, Seinfeld ha rechazado recalar definitivamente en Hollywood -como la mayoría de los comediantes de stand up que alcanzan fama internacional-, para, en los últimos años, regresar a sus monólogos de pie. Es, en definitiva, la vuelta a unas raíces que nunca abandonó.

Marido y padre por tres

En 1998, conoció en un gimnasio a su actual esposa, Jessica Sklar, hoy de 40 años. Ella llevaba apenas semanas de matrimonio con el productor teatral Eric Nederlander. A los tres meses se divorció y en 1999 se casó con Seinfeld, lo que provocó muchas críticas. En 2004, ella aseguró en una entrevista para Vogue que Jerry no fue la causa de su separación. Hoy tienen tres hijos: Sascha, de 11 años; Julian, de 9; y Shepherd, de 6.

La serie más rentable

Sólo la venta de DVD de Seinfeld incrementa las cuentas bancarias de sus dos creadores en millones cada año. Ese factor, junto a las reposiciones en canales de cable, transformaron a la serie -que hoy se transmite para América Latina en la señal de cable Sony- en la más rentable de la historia entre todas sus pares: hasta 2010 generó ganancias por 2.700 millones de dólares, según consignó la revista Forbes ese año.

Best sellers y la vuelta a las raíces

Seinfeld también es un autor best-seller, sobre todo por su libro Seinlanguage. Lanzado en 1993, cuando la serie de televisión comenzaba a despegar en audiencia, lideró el ranking de los más vendidos elaborado por The New York Times. Se trata básicamente de una adaptación de sus rutinas de stand-up. El título hace alusión al lenguaje propio que fue creando la sit-com, con frases o latiguillos repetidos que crearon un código con sus seguidores. En 2002, escribió un libro para niños, llamado Halloween. Más tarde prologó dos textos de autores desconocidos, Ted Nancy y Ed Broth, y la prensa sospechó que en realidad eran obras de él mismo que firmaba bajo seudónimos, o bien seudónimos de amigos suyos. El último prólogo que escribió fue para un libro de cocina sobre su sándwich favorito; versatilidad total. Actualmente y desde hace un par de años, el comediante retornó a sus raíces y está haciendo una gira por Estados Unidos con sus shows de stand up que durará al menos hasta noviembre. Las entradas, en venta por Internet en www.jerryseinfeldtour.org, se consiguen desde 30 dólares.

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