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VIRGINIA DÍAZ

Conectarse a Internet en la oficina se ha convertido en una tarea de rutina para el empleado: revisar el correo electrónico laboral y de paso el personal, abrir el chat, darle una miradita al Facebook y quizás también realizar un rápido comentario que seguramente, piensa, no le llevará más de un par de minutos. Lo que para el trabajador puede ser un desahogo, para el jefe se ha convertido en una preocupación latente.

En este marco, las restricciones, el monitoreo, la apelación al autocontrol, los manuales de buenas prácticas y hasta los despidos por notoria mala conducta comienzan a aflorar en las empresas uruguayas.

No hay duda que las herramientas que ofrece la web benefician notoriamente el rendimiento laboral en cuanto amplían y agilizan la búsqueda de información así como también facilitan y abaratan las comunicaciones. Sin embargo, todas estas ventajas se ven opacadas cuando los trabajadores hacen del uso un abuso y permanecen horas respondiendo a cadenas de correo, charlando virtualmente con sus amigos o navegando en páginas web que poco tienen que ver con su tarea laboral. Ante esta situación, las compañías, sobre todo las multinacionales, ven en la prohibición de entrada a ciertas páginas web una opción para contrarrestar esta situación.

Internet no solamente cambió la forma de trabajo sino, además, los controles a los que llegan las empresas, que cada vez son más exigentes. Las restricciones a diversas páginas y a programas fueron una de las alternativas que encontraron las compañías para limitar el acceso, evitar que los trabajadores se distraigan y centren su atención en tareas propias de su función.

A las consultoras de Recursos Humanos no les cabe duda de que Internet ha mejorado notablemente la productividad de los empleados aunque reconocen que el uso desmedido afecta directamente a la empresa. Para Enrique Mañana, gerente de Recursos Humanos de KPMG, una de las quejas más habituales de los empleadores es la dificultad de controlar el uso de estos dispositivos electrónicos, aunque enfatizó que lo más efectivo es apuntar a políticas de RR.HH. integrales, no solamente de restricción de páginas, sino de fomento del uso responsable de los recursos de la compañía y el tiempo propio.

A su entender, la empresa debería monitorear el uso, pero no apelar a la restricción. "Las compañías tienen que ver cuánto tiempo invierte el empleado en navegar en la web, si realmente lo usa en demasía y, de ser así, alinear su comportamiento en la estrategia de la empresa", aseguró.

¿Cumple con su trabajo?

Neker de la Llana, gerente de Servicios Profesionales de Manpower, recordó que 10 años atrás nadie se imaginaba que las comunicaciones iban a avanzar de esta forma y a cambiar tanto la modalidad de trabajo. "Lo que fundamentalmente sucedió es que el trabajo hoy está centrado en la computadora y, por tanto, la supervisión directa es mucho más compleja que antes", sostuvo.

En tiempos de Internet, para muchos la clave está en ver la productividad del empleado y el cumplimiento de los objetivos, y no tanto la forma en que invierte su tiempo. Desde Advice, el gerente Federico Muttoni, consideró que se debe permitir el acceso a las herramientas de la red porque el beneficio es mayor a que si uno las restringe. "Hay que dar a los empleados la posibilidad de que sientan que se les da la responsabilidad de manejar a su criterio el tiempo", recomendó, al tiempo que aseguró que de esta forma "la persona se compromete mucho más con los resultados a los que tiene que llegar".

Por su parte, Geraldine Delfino, gerenta de Advisory-Selección de Personal en PricewaterhouseCooper, no considera adecuado el uso de estas herramientas con fines recreativos durante la jornada laboral, pero sí a la hora de descanso. Aseguró que existen empresas que cuentan con una sala con computadoras habilitadas para el ingreso a Internet y en donde se controla el uso: quién la utiliza, con qué frecuencia. "Aquellas empresas que se encuentran preocupadas es porque les falta control", recalcó.

En Uruguay muchas empresas, sobre todo internacionales, controlan el uso del correo electrónico así como, en algunos casos, su contenido, además de las visitas a las diferentes páginas que puede frecuentar el trabajador. A pesar de que la legislación laboral del país no regula de forma específica el uso de las herramientas informáticas en el ámbito laboral, ya fueron varios los casos que se han presentado ante la Justicia. María Noel Cháves, abogada del departamento de Asesoría Legal de KPMG, explicó que los casos que se presentaron ante el Derecho son aquellos donde hubo cierto abuso por parte del trabajador, en horario laboral y con herramientas de la empresa, por lo que se procedió a su despido. "No se trata de que el trabajador le envió un mensaje a un familiar, sino que el uso fue grosero", afirmó. Explicó que, según un relevamiento de la consultora, fueron tres los casos desde 2004 en que la Justicia sentenció a favor del empleador por notoria mala conducta.

Previendo una situación judicial, las empresas comenzaron a adelantarse. Cháves contó que algunas compañías están dictando reglamentos internos o manuales de procedimiento, que son firmados por el trabajador junto al contrato de trabajo, en los que se establece cuáles son las políticas de manejo de las herramientas informáticas.

Las ventajas

Un estudio de la Universidad de Melbourne, Australia, afirma que pequeños intervalos de distracción en Internet en horas laborales, mejoraría el rendimiento y, por ende, la productividad del empleado. Se indicó que aquellas personas que utilizan Internet motivados por temas personales son 9% más productivas que quienes no la utiliza. En la investigación, realizada por Brent Coker del departamento de Gestión y Marketing de la Universidad, se sostiene que los trabajadores necesitan momentos breves de descanso, durante los cuales la persona tenga la posibilidad del surfeo ocioso por Internet y, de esta forma, mejora su concentración y también sus objetivos.

Compartir con amigos fotos, comentarios y cumpleaños, son actividades comunes entre quienes frecuentan Internet, ya sea vía mail, mensajería instantánea, red social del tipo Facebook u otra plataforma.

Pero entre las personas que se suman al mundo virtual también pueden haber compañeros de trabajo o jefes que leen los comentario o miran las fotos. Muchas veces, sin conciencia de la importancia y la poca privacidad que tiene la web, los empleados realizan comentarios en tono de crítica sobre su labor, la empresa que los contrató o sus compañeros y esto puede jugarles una mala pasada, si el jefe u otro compañero los ve. En tal sentido, Mañana advirtió que el tema es bastante delicado porque "hay información que uno puede difundir, pero también existe la confidencial, que debe ser limitada".