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Zubía pide que las armas de juguete sean agravante

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Armas de juguete: Zubía cree que también tienen poder ofensivo. Foto: Archivo El País
AP - MIDEAST LEBANON - I - Two young Lebanese boys play with toy guns in the southern village of Taibeh, Lebanon, Wednesday, Sept. 20, 2006, near the Spanish troops' base. (AP Photo/Alvaro Barrientos) - TAIBEH - LBN - ALVARO BARRIENTOS - AB DK AM**LON** ARMAS DE JUGUETE , JUGANDO CON ARMAS
ALVARO BARRIENTOS - STR - AP - A/AP

Las armas de juguete son una herramienta cada vez más común para los delincuentes. Estos, conscientes de que son elementos que disminuyen la potencial pena, las utilizan en sus confesiones para que no se les compute como agravante.

Así lo explicó a El País el fiscal penal Gustavo Zubía, quien dijo que desde hace ocho años se dejó de considerar a las armas de juguete como un agravante del delito. Sí son agravantes las armas descargadas, que en los hechos tienen el mismo efecto emocional en las víctimas.

El Código Penal hoy impone de cuatro a dieciséis años de penitenciaría a quienes cometen rapiñas. Pero estas pueden tener o no agravantes. Por ejemplo, un agravante es la portación de armas.

"En los últimos tiempos se ha visto un incremento, no solo en la utilización de las armas de juguete, sino también en las versiones que dan los indagados", dijo Zubía. "Se está registrando un abuso. Eso es lo que me lleva a revisar la posición. Se empieza a extender y se beneficia al delincuente", agregó.

El fiscal se encuentra trabajando en una apelación de una rapiña a un almacenero de La Unión. Para cometer el delito, el delincuente mostró la culata de un arma. Perseguido por la Policía, arrojó el arma a las pocas cuadras del comercio y, cuando se lo interrogó, dijo que se trataba de un arma de juguete.

"A las dos cuadras se deshacen del arma normal y todos están invocando que lo que tenían era un arma de juguete", explicó el fiscal. "¿Quién le paga el susto a la víctima?", se preguntó el fiscal y agregó: "La intimidación está, el dolo es mayor".

Argumentos.

El fiscal maneja varios argumentos para considerar a las armas de juguete como agravantes a la hora del delito. El principal es que el arma, real o no, es un factor determinante para cometer el crimen. "Tenemos que contemplar también la versión subjetiva porque el uso de esa apariencia asegura la consumación de la rapiña", entiende el fiscal.

Zubía sostiene que "lo subjetivo" ya se considera en otro tipo de delitos. Por ejemplo, existe una pena específica para quienes utilicen o simulen la "calidad de funcionario público para cometer un delito" (Artículo 341 del Código Penal). "Se da preeminencia a la simulación, al aspecto subjetivo", dijo Zubía.

Hoy no se cataloga a las armas de juguete como un agravante porque objetivamente suponen un menor peligro para la víctima: el arma no se puede disparar. "Desde el punto de vista objetivo es cierto, pero desde el subjetivo le incrementa el temor" a la víctima, explicó el fiscal.

Además, a su juicio, existe una contradicción porque en los hechos el arma de juguete tiene el mismo poder ofensivo que una arma descargada, no obstante lo cual a la primera no se la toma como agravante y a la segunda, sí.

El Código Penal define a las armas como "todos los instrumentos aptos para dañar, cuando se lleven en forma de infundir temor". Y en este punto repara Zubía. "El concepto de daño se refiere a cualquier tipo de daño que se le pueda hacer a otra persona" por lo cual las armas que sean de juguete deberían ser tomadas como tales al igual que las reales que estén descargadas.

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Armas de juguete: Zubía cree que también tienen poder ofensivo. Foto: Archivo El País

Sostiene que los delincuentes las usan para bajar su penaGABRIELA CORTIZAS

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