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En tres meses explotaron 13 cajeros automáticos

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Explotaron cajero automático en Canelones. Foto: El País

EN LAS NARICES DE LA POLICÍA

Los últimos casos ocurrieron esta madrugada en Canelones y ayer en Punta del Este. Bancos y usuarios afectados.

Ayer le tocó el turno a la sucursal Itaú de la avenida Roosevelt de Punta del Este. En total, han sido 13 (esta madrugada se produjo el decimotercero) los cajeros automáticos explotados desde que esta modalidad delictiva u2014importada de otros paísesu2014 se utilizó por primera vez el 30 de octubre en el corazón de Pocitos, en Chucarro y Pagola. En el 38% de los casos, los ladrones se han ido con las manos llenas y con cuantiosas sumas: $ 3 millones en el robo a un Banred de Cebollatí y Barrios Amorín; $ 2.700.000 y US$ 20.000 en la explosión de un cajero de Rivera y Colombes (ubicado en un supermercado al igual que el primer caso); $ 2 millones en Chucarro y Pagola. En otras situaciones los delincuentes han fracasado, mostrándose incluso bastante torpes en su accionar.

Número 13

Esta madrugada en Canelones

Esta madrugada sobre las 2 am robaron otro cajero automático mediante explosión. Fue en Canelones, lo que se suma a los 12 que se habían atacado hasta ayer. Fue en la calle Acuña de Figueroa casi Treinta y Tres. Hasta esta mañana se desconocía el monto de dinero. En el lugar incautaron varios miguelitos. Además se constató que los delincuentes pintaron la cámara con aerosol negro para evitar la filmación. Hay dos sospechosos detenidos por el hecho.

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A tres meses de la explosión u2014literalu2014 de esta modalidad delictiva, la Policía poco ha podido hacer para dar con los delincuentes. Por la diversidad de hechos, podrían ser varias las bandas que están actuando. Y se ha ampliado el radio de acción. Ya habían asestado un golpe (aunque fallido) en noviembre en El Pinar. Y ahora pusieron sus ojos en el principal balneario, en medio de la temporada.

Hasta ahora el balance ha sido enteramente negativo para las instituciones bancarias que deben asumir las pérdidas del efectivo y los costos de reparación. También para los usuarios, por medidas que impiden retirar dinero en horas de la noche en determinados lugares y que van a contrapelo de la inclusión financiera que promueve el gobierno nacional.

Hace dos semanas, actuando como ministro interino del Interior, Jorge Vázquez le puso su firma a un decreto en el que se exhorta a los bancos (que deberán hacerse cargo del costo) a instalar un sistema de seguridad en sus cajeros que "entinta" (y por tanto "inhabilita") los billetes una vez que ocurre una detonación. Esto solucionaría una parte del problema.

El ministro Eduardo Bonomi ya se había referido a esa posibilidad en noviembre, cuando recién se desayunaba sobre una modalidad de robo de la que no existían antecedentes en el país.

Delincuentes hicieron explotar un cajero automático en Punta del Este. Foto: Ricardo Figueredo.
Delincuentes hicieron explotar un cajero en Punta del Este. VEA EL VIDEO

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Millones por el aire.

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El local de Itaú contra el que atentaron en la madrugada de ayer se encuentra a la altura de la parada 8 de la avenida Roosevelt. Hasta allí llegaron los delincuentes con los elementos necesarios para producir la explosión (testigos dijeron haberla escuchado a un kilómetro de distancia), tal como ha ocurrido varias veces en Montevideo.

Por el momento, no hay información oficial sobre el monto de dinero sustraído, aunque según pudo saber El País, no lograron llevarse una caja que contenía $ 1.200.000.

El ardid delictivo le ha costado varios millones de pesos a las instituciones bancarias.

El último día de octubre de 2017, una garrafa de supergás, una manguera de 15 metros y un dispositivo eléctrico que provoca chispas fueron los implementos combinados por una banda que hizo estallar el cajero automático ubicado dentro del supermercado de Chucarro y Pagola. Fue la primera actividad de una modalidad que desde hace tiempo es utilizada en Argentina, Brasil y Chile, según señaló a El País el teniente coronel Claudio Suárez, jefe del operativo del Servicio de Material y Armamento del Ejército.

Una vez instalada la manguera y el dispositivo eléctrico, los delincuentes se pusieron a cubierto. Y tras el estallido, se lanzaron a buscar el dinero y huyeron a toda velocidad.

"Si bien la onda expansiva no es la misma que la de un explosivo, es capaz de lastimar alrededor de cuatro o cinco metros. Se puede comparar con el estallido de un calefón o una garrafa de 13 kilos. La puerta del cajero, que pesa entre 15 y 20 kilos, voló unos 10 metros y pegó contra un quiosco", indicó el experimentado oficial.

Desde la entidad financiera que opera el servicio de cajeros, informaron que esa terminal había sido cargada con un total de $ 2.400.000 y US$ 16.200, habiéndose recogido en el lugar, luego del atentado, la suma de $ 116.000 y US$ 200, aunque no se especificó cuánto dinero había sido retirado previamente por los usuarios. La detonación ocurrió en la madrugada (sobre la hora 4:20), y provocó heridas a un guardia de seguridad que recibió el impacto de los vidrios y otros materiales que le ocasionaron cortes de menor entidad.

La velocidad con la que se mueven los delincuentes ha hecho que en varias ocasiones dejen dinero en el lugar de los hechos. Aunque no los ha eximido de quedar registrados por las cámaras de seguridad.

El 23 de enero, por ejemplo, más de $ 280.000 quedaron desparramados en la calle cuando explotaron un cajero en el Centro de Montevideo, en lo que fue el quinto intento de robo de este tipo en tan solo nueve días. En esa oportunidad no trascendió cuánto se llevaron.

Pocos días antes, delincuentes intentaron robar el dinero de un cajero automático ubicado en el Cerrito de la Victoria, en General Flores y Serrato.

Lograron romper los vidrios de la entrada y la puerta metálica donde está el cofre de seguridad, pero escaparon sin el dinero. Según confirmaron a El País fuentes de BanRed, el cajero contaba con un sistema de seguridad instalado recientemente en varios puntos de la capital que detecta el gas que usan para provocar la explosión. 

en uruguay en el mundo

Tinta que mancha los billetes.

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Los cajeros automáticos siempre han sido el punto débil de las entidades bancarias: están repletos de billetes, lo que supone un atractivo irresistible para los ladrones. Ante el uso de explosivos, los gobiernos y las entidades bancarias del mundo han recurrido a diversas medidas para mejorar la seguridad. Por ejemplo, cada vez son más los bancos que están implantando un sistema mediante el cual se libera un depósito de tinta que mancha todos los billetes del cajero cuando se produce un intento de abrirlo por la fuerza.

En Uruguay se han utilizado lingas para violentar los cajeros y en los últimos casos garrafas de gas. Los ladrones se llevan los billetes que pueden en cuestión de segundos, incluso a expensas de quedar registrados por las cámaras de seguridad.

Varios de los atentados de los últimos tres meses han ocurrido en depósitos de dinero ubicados en supermercados.

Advertencia embajada de EE.UU.

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En noviembre del año pasado, la Embajada de Estados Unidos en Uruguay pidió precaución a los ciudadanos de su país que se encuentran en Montevideo cuando usen cajeros automáticos, debido a que los delincuentes "están usando dispositivos explosivos para realizar robos".

"Se recomienda a los ciudadanos de los EE.UU. que tengan cuidado cuando usen cajeros automáticos en el área de Montevideo", señala un comunicado divulgado pos la sede diplomática.

La embajada estadounidense pide a quienes estén en la capital uruguaya que tengan en cuenta "el entorno" y que mantengan "un alto nivel de vigilancia". "Observa a las personas y vehículos que te rodean. Si algo no te parece correcto, abandona el área", agrega el comunicado.

En caso de enfrentarse a un ladrón "armado o desarmado", la embajada recomienda entregar los objetos de valor y no resistirse.

(Producción: Andrés López Reilly y Juan Pablo de Marco).

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