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El origen de los conos de piedra aún sigue desafiando a la ciencia

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En una zona de Lavalleja hay decenas de construcciones de piedra. Foto: R. Figueredo
Valle del Hilo de la Vida, vistas, 20150424, foto Ricardo Figuerdo, Lavalleja
Archivo El País

A pocos kilómetros de la ciudad de Minas, hay más de 70 estructuras de piedra en forma de conos, cuyo origen y propósito continúan siendo un misterio. El escritor e historiador Carlos Maggi pide que la Facultad de Humanidades lo investigue.

Quiénes construyeron estos conos cuya altura varía de uno a tres metros y medio; qué antigüedad tienen y cuál es el objetivo con que se realizaron estas construcciones, son todavía un enigma, aunque la mayoría de las hipótesis apuntan a que fueron obra de indígenas que habitaron esa y otras zonas del territorio uruguayo, ya que también se pueden ver ejemplos similares en campos entre Salto y Tacuarembó.

Una de las personas que más hizo por la conservación e investigación de estas obras es Maggi, quien recuerda la enorme impresión que se llevó cuando vio por primera vez estas construcciones. "Son conos de piedra de diferentes formas, con una ingeniería extraordinaria. Corre el agua por la ladera y los conos siguen ahí hace más de 300 años. Las piedras son blancas por un liquen que las cubre; cuando los españoles destruían los conos y hacían mangueras con esas piedras quedaban negras, porque se les caía el liquen", dice.

Maggi no encuentra explicación al origen de estas estructuras. Afirma que "lo único que hice fue un relevamiento", que entre Salto y Tacuarembó encontraron "otro lugar lleno de estos conos a medio destruir, porque los primeros colonos españoles utilizaban estas piedras para hacer mangueras, porque no tenían alambrado".

"Pero no se qué significado tienen", afirma y agrega que no cree que los hayan hecho los charrúas debido a que eran nómades. A modo de hipótesis lanza que "está comprobado que antes de los charrúas hubo pueblos agricultores" en esa zona y ellos sí podrían ser los constructores de estos conos.

Sostiene que en la zona del paseo turístico llamado "Valle del Hilo de la Vida" —muy cerca del Parque de Vacaciones UTE-Antel en Lavalleja— es donde están los mejores conos. "Tienen diferentes diseños, algunos son cilindros, otros tienen la curva para adentro. Todos con ingeniería perfecta en la ladera, por donde corre el agua como torrente cuando llueve, y están en pie perfectamente. La base está hecha de maravilla", dice.

Las construcciones son macizas. "La piedra está puesta de un lado y de otro en forma cónica, no tiene hueco interior pero para afuera dejan cada tanto una piedra, evidentemente para poder subir arriba".

Opina que no son monumentos funerarios que pudieron contener los restos de un cacique. En esa zona "hay decenas uno al lado del otro, y no puede haber un cementerio así de tantos caciques".

En el sitio web del "Valle del Hilo de la Vida" se indica que el nombre fue dado por "arqueólogos, historiadores, periodistas independientes e integrantes de las sociedades indigenistas del Uruguay", que "encontraron este sitio y realizaron estudios" a partir del año 1993, y hace referencia "a la cañada, el hilo de agua, que surge de un manantial del cerro y recorre el valle". El Hilo de la Vida "junto a otros descubrimientos que se han realizado recientemente en el resto del país, contribuyen y proponen un cambio en la historia del territorio uruguayo tal cual se conocía", acota.

Investigar.

Para Maggi, "sería interesante" que la Facultad de Humanidades y Ciencias hiciera una investigación a fondo de estos conos, que incluya el desarme de una de estas construcciones, lo que implica numerar las piezas para volver a armarlo.

"Si nunca lo estudiamos es porque somos haraganes. Pero algún día va a venir gente normal a investigar esto, ver qué es y quién lo hizo. Es parte de nuestro patrimonio", sostiene Maggi.

Temor a una maldición salvó a un cono de la destrucción.

"Yo fui donde está el valle del Hilo de la Vida, que fue de donde me vinieron a decir que estaban volteando unos conos. No creí nada pero por un prurito de prolijidad fui hasta ahí y quedé muerto. Encontré varios destruidos y unos 10 en pie", recuerda el escritor e historiador Carlos Maggi de su primer contacto con estas estructuras de piedra en la década de 1990.

Agrega que luego lo llevaron con una camioneta cuatro por cuatro a campo traviesa y pudo ver decenas de conos más y la sorpresa fue aún mayor. "Es el mejor lugar del país en cuanto a cantidad de estos conos; es algo interesantísimo a lo que nadie le ha dado pelota", afirma.

Maggi cuenta que fue porque le comunicaron que "estaban desarmando uno de esos conos y cargando las piedras en una zorra. En la mitad de la operación se soltó la zorra y casi mata a dos de los que estaban trabajando; entonces pensaron que era una maldición o algo parecido y se negaron a seguir".

Dice que tras tomar contacto con el tema, llevó al entonces ministro de Educación y Cultura Yamandú Fau a mostrarle el lugar. Lo recorrieron y recogieron datos.

Actualmente el lugar se puede visitar los sábados y domingos coordinando previamente con los propietarios.

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En una zona de Lavalleja hay decenas de construcciones de piedra. Foto: R. Figueredo

Hay decenas en Lavalleja de hasta 3,5 metros, con siglos de antigüedadEDUARDO DELGADO

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