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Gasto dificulta cumplimiento de meta fiscal

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MEF quiere que salarios se negocien sin claúsulas indexatorias. Foto: M. I. Hiriart
Fachada del edificio del Ministerio de Economia y Finanzas, MEF, sobre la calle Colonia esq. Paraguay, Montevideo, 20130612, foto Maria Ines Hiriart - Archivo El Pais
Archivo El Pais

HORACIO BAFICO Y GUSTAVO MICHELIN

La mayor recaudación del IRPF explica la mejora en resultado del consolidado GC-BPS.

El ajuste fiscal en marcha desde el pasado 1° de enero está cumpliendo parcialmente con los objetivos planteados. El déficit global del sector público al mes de septiembre fue inferior al del cierre del pasado año, pero dado su nivel actual difícilmente se alcance la meta fijada para el cierre del presente año.

La razón no es otra que el aumento de un gasto que cuesta frenar. Las partidas exógenas, es decir aquellas que no se deben a decisiones tomadas en el presente, sino que responden a compromisos ya asumidos en administraciones pasadas, son las que más crecen y en algunos casos parecen haber adquirido vida propia. Ello le resta margen de maniobra al gobierno para avanzar con mayor rapidez en el abatimiento del déficit, reduciendo prácticamente su accionar a la suba de impuestos.

El déficit global del sector público se ubicó en el 3,6% del PIB en los últimos doce meses acumulados a septiembre. Es un guarismo inferior al registrado al cierre de 2016, cuando se ubicó en el 3,9%, lo que refleja el impacto del ajuste en marcha. Sin embargo, la reducción no es lo suficientemente grande como para asegurar que al cierre del presente año el déficit global se ubique en el 3,3% del PIB.

El gráfico que aparece en la parte de arriba del cuadro muestra la evolución de ese déficit y el del consolidado gobierno central (GC)-BPS. El consolidado GC-BPS refiere a aquella parte del Estado cuyos gastos se rigen por el Presupuesto Nacional. El resultado global incluye a las empresas públicas (EEPP), las intendencias y el BCU.

Se ve allí que prácticamente a lo largo de los últimos tres años el déficit global fluctuó en torno al 3,5% del PIB, mientras que el del consolidado GC-BPS fue creciente hasta el cierre del pasado año, disminuyendo desde entonces.

La mejora del consolidado GC-BPS se debe exclusivamente al incremento de los impuestos resultante del ajuste en marcha. Si se comparan los ingresos totales en el año móvil a septiembre con los registrados al cierre de 2016 se observa un incremento equivalente a 1,1 puntos del PIB. Los egresos por su parte aumentaron en 0,6 puntos del PIB, resultando en consecuencia una disminución del déficit de 0,5 puntos del PIB.

Al analizar el aumento de los ingresos, 0,7 puntos de ese aumento corresponden al incremento de la recaudación neta de la DGI, tal cual se muestra en el gráfico del medio a la izquierda, y 0,3 puntos que corresponden al BPS. La mayor recaudación neta de la DGI es el resultado de un crecimiento tanto de la recaudación neta como de la devolución de certificados. La recaudación bruta creció un punto del PIB y los certificados 0,3.

Del crecimiento de la recaudación bruta la mitad lo explica el IRPF, cuya recaudación se incrementó 26% en términos reales en los nueve primeros meses del presente año respecto a igual período de 2016. Este incremento está en línea con el aumento de las tasas marginales del impuesto y las menores posibilidades de deducción.

El ajuste fiscal no se redujo solamente al IRPF, sino que también afectó al IRAE. Por otro lado, redujo dos puntos el IVA que grava las compras pagadas con tarjeta de débito. Se puede estimar en base a todo esto el impacto del ajuste en 0,5 puntos del PIB.

Si se le resta al incremento total de los ingresos el impacto del ajuste, el resultado es muy similar al crecimiento del gasto, de donde se puede aseverar que la mejora que muestran las cuentas del consolidado GC-BPS se explica básicamente por el aumento de las tasas marginales del IRPF.

Los otros impuestos que aumentaron, aunque con una incidencia menor a la del IRPF fueron el IVA, el IMESI y el IRAE, cuyo incremento conjunto equivalió al de aquel impuesto. En estos casos, la incidencia de la mayor recaudación está asociada a un incremento en el nivel de actividad, tal cual se muestra en el gráfico del medio a la derecha.

Por su parte, el gráfico que aparece en la parte baja a la izquierda, muestra que los egresos del consolidado GC-BPS no dejan de crecer. En particular, en lo que va de la presente administración aumentaron 1,8 puntos del PIB.

Ese aumento se explica por tres rubros que escapan al control discrecional de las autoridades: las pasividades, el seguro de enfermedad y los pagos de intereses.

Las pasividades se incrementaron a lo largo del período en 0,8 puntos, de los cuales 0,7 corresponden a las que asiste el BPS. El gobierno ha manifestado en varias ocasiones su preocupación sobre el tema, señalando la flexibilización en el acceso al beneficio que se aprobó en el año 2008. Es un gasto que el gobierno no puede controlar, y que está absorbiendo gran parte de los mayores ingresos que registra la DGI para financiarse.

El seguro de enfermedad explica 0,6 puntos del mayor gasto en los dos últimos años y también tiene un aumento asegurado para el 2017 debido a que recién luego de agosto de 2016 se comenzaron a pagar a los nuevos beneficiarios del sistema y que en julio de este año ingresaron nuevos beneficiarios. Como sucede con las pasividades, este rubro no tiene capacidad de ajustar a la baja en un contexto en el que la recaudación sea limitada.

El otro rubro que creció en este período es el de los intereses, aunque en lo que va del presente año cayeron en 0,1 puntos del PIB. Esa reducción hay que tomarla con cuidado ya que el resultado primario sigue siendo deficitario y exige de mayor deuda, como así también el financiamiento de los déficits futuros, que seguramente lo serán a una tasa mayor a la vigente actualmente. Por todo ello es dable esperar un aumento en este rubro.

Al gobierno le va quedando poco margen para actuar; salarios e inversiones. Con respecto a estas últimas la historia muestra que nos estamos acercando a las elecciones y deberían subir. En este caso es probable que así no sea, al menos contablemente, ya que todo indica que el próximo año comenzarán las obras del ferrocarril bajo la modalidad de participación público-privada (PPP). A los efectos de las cuentas públicas no se registrará el gasto de la inversión, sino el pago que hará el gobierno a la empresa adjudicataria durante el período de concesión.

De la descripción de los rubros se observan las dificultades que enfrenta el gobierno para abatir el déficit si no emprende reformas en las áreas cuyo gasto le resulta exógeno.

La reforma de la Caja Militar se ha anunciado como un objetivo, aunque la flexibilización del BPS es más costosa, tal cual se muestra en el gráfico que aparece en la parte baja a la derecha. En este contexto se anuncia una solución para los denominados cincuentones, entendible por quienes la reclaman, pero que incrementa el gasto y le agrega un mayor grado de rigidez.

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