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Un ajuste para revertir la caída de los ingresos

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Ingresos del BPS comenzaron a caer en junio ante el descenso en el número de cotizantes.

El proyecto de ajuste fiscal que fue recientemente anunciado por el gobierno apunta fundamentalmente a incrementar sus ingresos, que en términos reales vienen cayendo desde el pasado mes de junio. Debido a ello, el déficit consolidado del Gobierno Central-BPS aumentó del 2,5% al 3% del PIB.

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Ello ponía al gobierno en una situación delicada, ya que esa trayectoria del déficit no es sostenible, máxime ante expectativas de agravamiento debido a los mayores gastos comprometidos y el estancamiento —sino leve recesión— que muestra la economía. En particular las agencias calificadoras de riesgo están recalcando este aspecto, que de no enfrentarse adecuadamente llevaría en una primera instancia a una baja en la calificación del país y posteriormente a una pérdida del grado de inversión.

En ese contexto se propone un ajuste fiscal del orden de los US$ 500 millones, aproximadamente un punto del PIB, que si lo aprueba el Parlamento entraría a regir el próximo 1° de enero. De ese total, aproximadamente US$ 350 corresponden a subas de impuestos y el resto a diferimientos y no ejecución de algunos gastos.

Se trata de la segunda instancia de un ajuste que comenzó el año pasado con las tarifas públicas, la suba del Imesi, el recorte a las inversiones, la modificación del IRAE y los sucesivos ajustes de la base de prestaciones y contribuciones en función de la variación del IPC y no del índice medio de salarios. La realidad demostró que estas medidas resultaron insuficientes y por eso las medidas propuestas en esta oportunidad.

En esta nota analizaremos el comportamiento de los ingresos del gobierno, que como ya señalamos vienen cayendo desde hace nueve meses si se los mide en términos reales en períodos de doce meses móviles.

La principal fuente de ingresos son los impuestos que recauda la DGI. En términos reales, desde abril del pasado año hasta marzo del presente año, la recaudación impositiva ha estado relativamente planchada si se la mide en años móviles. Abril es el mes de las liquidaciones del IRAE y estacionalmente este impuesto tiene un salto importante en este mes. En particular en abril del presente año el IRAE mensual aumentó 61% en términos nominales respecto al mismo mes del año anterior.

Es un salto espectacular, pero hay que relativizarlo antes de asociarlo a un cambio en la marcha de la economía. A fines del pasado año hubo un cambio de criterio en cuanto a liquidación del IRAE relacionado al ajuste por inflación. Ese cambio significó para muchas empresas un aumento en el impuesto a pagar por ese ejercicio, el que explica buena parte del aumento de la recaudación. En su momento distintos especialistas tributarios estimaron que el pago adicional de impuestos debido a este cambio de criterio podía llegar hasta los US$ 100 millones. Como referencia, valuando las respectivas recaudaciones mensuales al tipo de cambio promedio de cada mes, en abril del presente año se recaudaron aproximadamente US$ 70 millones más que en abril de 2015.

Pese a ese ajuste que determinó que en términos reales la recaudación del IRAE en el último mes haya aumentado 46% en relación a un año atrás, a nivel de toda la DGI el incremento real fue sensiblemente inferior, 8%.

El IVA es el impuesto más importante ya que representa el 52% de la recaudación total. Tal como se muestra en el gráfico alargado que está arriba del cuadro que acompaña esta nota, su recaudación real medida en períodos de doce meses está cayendo desde hace un año.

Este impuesto, que recae en última instancia en el consumidor final, como lo dice su nombre grava indirectamente el valor agregado generado en la economía. En tal sentido, su evolución no sólo refleja el comportamiento del consumo, sino de la economía toda. El deterioro permanente a lo largo del último año está a tono con un consumo que se resiente ante los problemas que presenta el mercado laboral y el cambio de precios relativos que encareció los productos importados. Dentro de estos bienes se incluyen los artículos suntuarios y automóviles, que son bienes de alto valor y, por consiguiente, tributan mucho IVA. Su menor consumo resiente la recaudación. Llama la atención el aumento que registró en el último mes la recaudación del IRPF, lo que se muestra en el gráfico chico que aparece a izquierda del cuadro. En el acumulado del primer trimestre, la recaudación real del presente año fue similar a la de 2015. Pero en abril aumentó 34% en términos nominales, lo que representa un aumento del 22% real. Una posible explicación a este comportamiento se deba a las demoras que se registraron en los distintos Consejos de Salarios que negociaron ajustes que debería haber regido a partir de enero y que recién acordaron en abril, pagándose retroactivamente lo adeudado.

La siguiente fuente en orden de importancia del consolidado Gobierno Central- BPS es la recaudación de éste último. En el gráfico grande de abajo se muestra que los ingresos del organismo previsional vienen cayendo, medidos en términos reales y en períodos de años móviles, desde julio de 2015.

Esta evolución está estrechamente relacionada con el comportamiento del mercado laboral, lo que se ve reflejado en el gráfico chico a la derecha, donde se muestra que están disminuyendo los cotizantes al BPS. Esto concuerda con lo señalado la semana anterior cuando se analizó el mercado laboral. Los números de la Encuesta Continua de Hogares muestran que cae el empleo y que aumenta el subempleo no declarado, es decir trabajadores que no están en regla y por consiguiente no aportan al BPS. Ese menor número de aportantes es el que explica el descenso de los ingresos del BPS.

Este comportamiento del mercado laboral es el que hace relativizar el incremento de la recaudación del IRPF en abril y proyectar una evolución acorde. A partir del próximo año, si se aprueba el proyecto de ajuste del Poder Ejecutivo por el incremento en las tasas y ajustes en materia de deducciones, se estima en más de US$ 240 millones la recaudación adicional.

A su vez, estas dificultades financieras que enfrenta el gobierno están siendo parcialmente compensadas por los mayores aportes que están realizando las empresas públicas, cuyo ajuste comenzó el pasado año. En este caso seguir la tendencia de años móviles es difícil, ya que aparecen aportes puntuales, como por ejemplo la contribución de UTE al Fondo Energético a fines de 2014 que no se repitieron. Si se mira el primer trimestre de este año con igual lapso de 2015 se constata un incremento real del 166% de los aportes de las EE.PP., a las que el Ministro Astori solicitó hace un año un esfuerzo de un punto del PIB para ayudar a equilibrar las cuentas del sector público.

HORACIO BAFICO Y GUSTAVO MICHELIN

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