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Clever: amistad entre tuning y músculos

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Clever observa el trabajo del artista musculoso, en una escena de un nuevo film nacional.

Con Guillermo Madeiro y Federico Borgia, directores de un elogiado estreno uruguayo.

La historia de Clever empieza 10 años atrás, con dos compañeros de facultad buscando una película para hacer. Guillermo Madeiro pasaba cada día frente a una escuela de artes marciales maltrecha. Hasta que se decidió y entró. Y conoció a su dueño. Entonces comprendió que la inspiración estaba en la esquina de su casa. Federico Borgia, la otra parte de esta dupla, dice que a partir de ese momento empezaron a imaginarse al personaje principal de su primera ficción: Clever Pacini, 35 años, padre de un niño de 10. Un hombre que debe lidiar con un divorcio que no quiere, y fluctúa entre el caos (fiestas, cocaína, autos tuneados y ruidosos) y la disciplina (porque practica artes marciales).

"Clever no tenía nada que ver con la apariencia de Hugo Piccinini, el actor que lo interpreta. Lo imaginábamos como una especie de Arévalo Ríos pero queríamos trabajar con Hugo, así que escribimos para él", cuenta Borgia. Clever tomó su forma: pelado, nariz aguileña, ojos verdes y barba pelirroja. Pero a Piccinini le llevó un año calzarse el personaje: tuvo que aprender artes marciales y entrenarse con dedicación para ganar musculatura.

El resto de los personajes y la escritura de las escenas llegaron con el tiempo y luego de una particular investigación. "Para sacar ideas y escribir, visitamos diferentes ambientes. Nos quedábamos en espacios que nos parecían interesantes y prestábamos atención al tipo de persona que nos da curiosidad", explican a dúo.

"Nos gustan los personajes rotos con inclinación a la comedia. Que son extremos y antihéroes", describe Borgia.

Un lugar central para desarrollar la historia fue San Antonio, pequeño y solitario pueblo de Canelones en el que se filmaron algunos cortos y en donde Guillermo Casanova rodó hace poco su nueva película. En la ficción San Antonio fue bautizado como Las Palmas.

"Nos propusimos filmar al pueblo de tal manera que luciera como uno cualquiera", aclaran. Pero tomaron cierta extrañeza y misterio que se percibe en el aire, y que en la pantalla le da un tono fantástico a la narración. "Nos inspiró muchísimo y fue un placer filmar ahí. El otro personaje central se nos ocurrió en San Antonio cuando vimos una casa de familia que en la fachada tenía escrito Power Gym. Miramos por una ventana y vimos que funcionaba un gimnasio", dice Madeiro.

Así surgió Sebastián, un forzudo que se siente un artista incomprendido en un pueblo de mediocres. Pinta, toca el piano, reza en latín, y soporta a una madre sensual que dibuja compulsivamente cuerpos de hombres desnudos.

Clever llega a Las Palmas en busca de Sebastián, porque quiere que le decore la chapa de su Chevette Tiburón para competir en un encuentro de tuning. Uno de los lujos de esta película fue conseguir que Sebastián sea interpretado por Antonio Osta, bicampeón mundial de fisicoculturismo que acá debuta como actor.

"Una vez nos dijeron que nuestros personajes son caricaturas pero que tienen carne, y que es eso lo que los hace reales y queribles", comenta Madeiro.

Horacio Camandulle, por ejemplo, es un parroquiano del bar Las Palmas, usa peluca y toma la especialidad de la casa: helados palito de vino tinto. A Néstor Guzzini le tocó ser el malo: un mecánico sudoroso y malhumorado que trabaja rodeado de chatarra oxidada.

Los aliados.

La historia de Clever, incluye el entusiasmo y el apoyo de varios amigos. Desde que Madeiro entró a esa escuela de artes marciales hasta que el guión se filmó pasaron siete años. Y tres más hasta su estreno de hoy.

Entre los responsables del buen resultado de la película están el director de fotografía Ramiro González, el músico Ismael Varela (también conocido como Señor Faraón), y el montajista Juan Ignacio Fernández.

Los dos primeros ya había formado parte del equipo de Nunchaku (2011), un film experimento de esta dupla (cuya productora se llama Montelona Films) y que también tenía como eje de su argumento la amistad y la traición.

En Clever, su trabajo crece gracias a la inclusión de cineastas experientes, como el director de arte Gonzalo Delgado, la encargada de la ambientación Nicole Davrieux, y el equipo de sonido.

Otra participación relevante es la del artista plástico Alberto Saravia, que se encargó de hacer los diseños con aerógrafo (como el del Chevette, que quedó de recuerdo en una plaza de San Antonio), y otras estructuras muy bien logradas como la fachada del gimnasio (que quedó en la iglesia del pueblo).

En Clever la estética es fundamental para darle forma al ánimo buscado: una mezcla de comedia, drama y violencia. Por eso investigaron la paleta de colores mucho antes de empezar las charlas con los directores de arte. También planificaron varios detalles de decoración que ayudan a definir a los personajes, y escogieron locaciones que reflejasen el estado emocional del protagonista.

Clever llena de aire fresco al cine uruguayo, proponiendo un tratamiento lúdico y arriesgado de un drama íntimo.

En los festivales que ha recorrido suelen definirla como una sátira que desnuda lo frágil que puede ser la masculinidad. Pero estos amigos prefieren ver a su película como el encuentro de dos personas que se fabrican una ilusión para sentirse valorados en un entorno simpáticamente hostil.

Dirigir a un campeón de culturismo.

Aunque a estos cineastas no les gusta contar a través de los diálogos, el rol de Sebastián exigía un actor que pudiera soportar el peso de líneas difíciles, porque se trata de un personaje sensible encerrado en el cuerpo de un hombre forzudo. Luego de buscar, llegaron hasta Antonio Osta, bicampeón de fisicoculturismo: 120 kilos de musculatura. Osta se negó a hacer un casting, pero le gustó la idea de rodar. Los conquistó enseguida. De hecho aportó varias de sus particularidades para engrandecer al personaje, como su habilidad para tocar el piano y sus conocimientos de latín. También compuso un tema musical para una escena.

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Clever observa el trabajo del artista musculoso, en una escena de un nuevo film nacional.

CINEMARIÁNGEL SOLOMITA

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