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Caminar por el lado salvaje

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CINE - Crítica: Revenant: El renacido (*****)

Se estrenó la nueva de González Iñarritu quien una vez más consigue una obra maestra.

DiCaprio, protagonista de la película. Foto: Difusión.

El renacido es una película audaz. Eso no debería extrañarnos: es de Alejandro González Iñárritu, el director mexicano que el año pasado realizó otra proeza cinematográfica, Birdman. Esta nueva película tiene 12 nominaciones para el Oscar, incluyendo las categorías principales. No es la favorita u2014por ahora es la interesante En primera planau2014 pero es la mejor del lote. Ganó, además, un montón de Globos de Oro y es un éxito de taquilla.A menudo dedicado a los abismos personales de sus personajes (las deprimentes Babel y 21 gramos, la más vivaz Birdman) ahora, Iñárritu despliega su cine en los paisajes abiertos de una naturaleza sublimemente salvaje. Para eso se vale de la fotografía de Emmanuel Lubezki, que ganó el Oscar por la presunta toma única de Birdman, y de una actuación protagónica al borde del castigo físico. Es una película tanto de Lubezki y Leonardo DiCaprio como de González Iñárritu.

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En 1823, el trampero Hugh Glass fue abandonado por una expedición de cazadores de pieles en territorio indio en el helado invierno de Dakota del Sur, después que lo atacó un oso y sus posibilidades de sobrevivir eran, con suerte, escasas. En un ejemplo del hombre enfrentado a la naturaleza (y a los propios hombres) Glass consiguió sobrevivir, caminar unos 200 kilómetros en territorio hostil y encima vengarse de los que los dejaron atrás. Es una historia a la que el tiempo ha convertido en una leyenda con los límites de su verdad algo difusos.

Ya existe una versión en cine (Furia Salvaje de Richard Sarafian, 1971) y El renacido se basa en parte en una novela (The Revenant: A Novel of Revenge de Michael Punke, editada en 2002). El guión, firmado por Iñárritu y Mark L. Smith se toma varias libertades históricas.

En su película, Glass (Di Caprio) tiene un hijo nativo que es asesinado por otro cazador, John Fitzgerald (un Tom Hardy que mete miedo sin su cuero cabelludo) que termina obligando a un joven de buenas intenciones (Will Poulter, uno de los grandes secundarios de la actualidad) a abandonarlo y darlo por muerto. Fue una decisión que dadas las condiciones en las que estaba el hombre era poco generosa, sí, pero sensata sino fuera por los detalles malvados. Fitzgerald es la obsesión de Glass que hace todo para encontrarlo y matarlo. También están los indios, una presencia siempre amenazante. y aunque se ha dicho que la película toma partido por los derechos de los nativos eso no parece ser tan así. Es sobre la violencia que provoca la naturaleza virgen en hombres salvajes.

Algo así como Fitzcarraldo y Grizzly Man de Werner Herzog contadas por Terrence Malick, El renacido es un western sangriento, con un despliegue de violencia poco habitual en el cine comercial. En algún sentido, también está cerca de Más corazón que odio de John Ford.

Es una nueva reformulación de un género, el de cowboys, que dos por tres es sacudido por cosas así pero nunca tanto como acá. Es una película de acción sobre la supervivencia y la venganza, un paseo gore que ha llevado a hablar de una pornografía del dolor pero que alcanza una poesía tan bella como escalofriante.

A diferencia de Malick u2014ese gran cineasta americano para quien el estado salvaje es el paraíso perdido al que hay que recuperar como dejó claro en La delgada línea roja o El nuevo mundou2014acá para González Iñárritu, la naturaleza nos hace primitivos, nos vuelve animales. La película consigue transmitir (como también lo hace Malick) en imágenes ese contacto con una inmensidad que, a juzgar por la imaginería religiosa de El renacido, algún Dios puso ahí para luego dejarnos a merced de ella.

Hacerla, en Canadá y el sur argentino, también fue una experiencia límite. Iñarritu y Lubezki filmaron con luz natural por lo que se rodaba una hora al día, en un proceso que llevó nueve meses y que sufrió todo el equipo. Actores y técnicos trabajaron en condiciones de frío extremo. Pero el mayor esfuerzo lo hace DiCaprio, en un tour de force actoral que incluye una pelea con un oso, caerse desde un precipicio, nadar en una cascada, sostener con su cuerpo toda una película, cinco horas de maquillaje y comer visceras crudas. Si eso no se merece un Oscar.

Lubezki e Iñarritu administran sus recursos, que son muchos, con sabiduría. La cámara siempre está donde tiene que estar. Cuando se necesitan primeros planos para mostrar la desesperación del personaje, cuando utilizan los planos secuencia para que sintamos el miedo de una amenaza o el fragor de una pelea, cuando abren el plano hacia una panorámica blanca de la desolación o ponen la cámara a ras del piso, retratan con precisión los paisajes psicológicos y físicos de sus personajes. Construyen una poética del cine que transmite el vértigo de una batalla o la tranquilidad inquietante de la foresta de una manera novedosa. Los primeros 30 minutos son un ballet de violencia y desesperación que, en otro tono, está presente en las restantes dos horas.

Así, es una experiencia cinematográfica dura que obliga al espectador a baños de sangre, muertes violentas en primer plano y a pasar una noche adentro (literalmente) de un caballo. Es una pelicula que huele mal: a sangre, a cuero mojado, a herida mal curada.

Está clarísimo que es para ver en el cine mientras se pueda. Porque El renacido es una experiencia cinematográfica instransferible y que confirma a González Iñárritu como uno de los grandes maestros del cine actual en uso total de sus capacidades. Es tremenda película.

Las pretensiones de Oscar

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Todo indica que después de conseguir 12 nominaciones a los Oscar u2014entre ellas mejor película, director (Iñárritu) mejor actor, (Leonardo DiCaprio), actor secundario (Tom Hardy), fotografía (Emmanuel Lubezki), y edición (Stephen Mirrione)u2014El renacido le va a dar el segundo Oscar consecutivo al director mexicano. Los apostadores de Las Vegas piensan que gana En primera plana, pero en general la película con más nominaciones es la que gana a mejor película. Birdman fue la más nominada el año pasado.

En primera plana, que cuenta la historia de la investigación del Boston Globe que reveló una red de complicidades de la Iglesia para ocultar a los sacerdotes pedófilos, es una película menos vistosa y eso en definitiva puede volcar la balanza para El renacido y su espectacularidad.

No le va a ser fácil. A pesar de que se llevó los principales premios en los Globo de Oro, eso no siempre es el anuncio de que repite el festejo en los Oscar. Sería además la tercera vez consecutiva que un mexicano consigue el Oscar al mejor director; en 2013 lo ganó Alfonso Cuarón por Gravedad.

Algunos han dicho que quizás un premio a González Iñárritu sirve para contrarrestar las acusaciones de racismo que ha sufrido la academia. Aunque no se le nota, es un director latino. Pero que gane por eso sería injusto y poco probable.

Seguramente gane en las principales categorías y ceda algún premio técnico ante Mad Max: Furia en el camino, otro monumento cinematográfico con aspiraciones de Oscar.

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