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Europa recuerda los 125 años del fallecimiento de van Gogh

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Uno de los tantos cuadros en los que el artista se pintó a sí mismo de manera obsesiva.

En 1885, Vincent van Gogh escribió: "Mi trabajo será reconocido con el tiempo (...) y se escribirá sobre mí cuando muera y no me encuentre entre ustedes. Me aseguraré de ello si puedo mantenerme con vida por un poco más de tiempo". Seguramente en ese momento no sabía hasta qué punto se cumpliría su vaticinio.

A 125 años después de su muerte, el artista holandés (1853-1890) es uno de los más reconocidos de la historia del arte, sus cuadros son de los más cotizados y su obra ha sido y sigue siendo fuente de inspiración para muchos.

Un éxito que sólo pudo imaginar, ya que en vida vendió un solo cuadro, este artista de personalidad atormentada, que sufrió problemas mentales y, a los 37 años, se quitó la vida de un disparo en el pecho.

Todo ocurrió en la localidad francesa de Auvers-sur-Oise, donde el artista falleció el 27 de julio de 1890, dos días después de haberse pegado el tiro y a la que había llegado meses antes, después de salir de un sanatorio psiquiátrico tras una crisis.

Ahora, los países que marcaron la vida del pintor, Holanda, Francia y Bélgica, le rinden tributo con un amplio programa de actos culturales para preservar su herencia, mostrar su trabajo y vida, y "cómo es todavía fuente de inspiración para artistas de todo el mundo", explicó la directora del Vincentrem de Nuenen (Holanda), Simone van der Heiden, en la apertura de la celebración, el pasado noviembre.

En Van Gogh 2015, 125 años de inspiración colaboran la Fundación Van Gogh Europa y museos e instituciones patrimoniales de esos países, que pondrán en marcha un programa cultural centrado en la figura del maestro postimpresionista, las influencias de su pintura en artistas coetáneos o contemporáneos, y en descubrir cómo su obra ha servido de fuente de inspiración también a otras disciplinas artísticas.

Ciclista.

Desde este enero, los aficionados a la bicicleta, que se cuentan por miles en Holanda, podrán recorrer por un bicicarril muy especial, inspirado en el cuadro La noche estrellada (1889), entre las ciudades de Eindhoven y Neunen, obra del artista Daan Roosegaarde y compuesto por miles de piedras brillantes de colores, especialmente concebido para recorrer con la luz nocturna.

Una de las exposiciones más interesantes podrá verse desde el 25 de septiembre en el Museo Van Gogh de Amsterdam, con el título Munch y Van Gogh, en la que se pondrán de relieve los préstamos y semejanzas entre los dos genios de la pintura.

Van Gogh y Edvard Munch (1863-1946) no sólo tuvieron vidas atormentadas, sino que ambos marcaron un estilo innovador y personal y se esforzaron por modernizar el arte, retratando y describiendo temas existenciales y universales en un lenguaje visual expresivo.

Sin embargo, a pesar de los sorprendentes paralelismos en sus trabajos y ambiciones artísticas, nunca antes ambos artistas habían coincidido bajo una misma exposición, que ahora mostrará, a través de un centenar de obras, la influencia de van Gogh en el desarrollo de Munch, según el museo, que con motivo de la efeméride ha renovado su exposición permanente.

Ahora, la institución expositiva pondrá mayor énfasis en el desarrollo de la figura de van Gogh, para lo que usará como hilo conductor su vida y su arte. El artista vivió intensamente y quiso representar con su pincel los grandes temas de la existencia humana: miedo, dolor, amor y esperanza.

Además, los misterios que rodean su vida (su suicidio, enfermedad y el incidente con la oreja) serán tratados, por primera vez, en detalle. El contexto de su tiempo y su edad cobrará más importancia y se mostrará su impacto en las generaciones posteriores.

Itinerante.

El año van Gogh también pasará por Bélgica, país en el que el artista pasó dos años (1878-1880) trabajando como misionero siguiendo la tradición familiar, ya que su padre también era predicador protestante, en la paupérrima zona minera de Borinage. Allí abandonaría su vocación y decidiría emprender un largo y duro camino para convertirse en pintor.

Borinage está muy cerca de la ciudad de Mons, que en el 2015 será, entre enero y mayo, Capital Europea de la Cultura y que rendirá su particular homenaje al holandés con la muestra Van Gogh en Borinage, el nacimiento de un artista.

Pero el van Gogh más reconocible, el de los colores desbordantes, el de la pincelada inquieta, encontró sin embargo su plenitud en Francia.

En este país europeo conoció y fue amigo de algunos de los grandes artistas de su época, como Toulouse-Lautrec, Emile Bernard o Paul Gauguin, con quien tuvo el famoso altercado en el que perdió parte de una oreja. Aunque no sólo vivió en su capital, París, sino que en su inquietud vital pasó además por Arles, Saint-Remy-de-Provence o Auvers-sur-Oise, algunos de los 37 lugares de cuatro países en los que se instaló durante su vida.

Francia también ha preparado un extenso programa de actos en los lugares por los que pasó el autor de Los girasoles, por ejemplo la muestra Los dibujos de Van Gogh: influencia e innovaciones, a partir del 17 de mayo; mientras en Auvers-sur-Oise, donde falleció, se celebrarán todo tipo de actividades bajo el título Tras las huelas Van Gogh.

La vida y obra del genio del pelo rojo también inspirará exposiciones, actividades educativas y eventos culturales en la región holandesa de Brabante, donde nació y realizó su primera obra maestra, Los comedores de patatas; como el espectáculo El mundo de Van Gogh en Zudert; El nuevo Vincent, en Tilburg; o El caso Vincent, en su Nuenen natal.

Cine: La gran pantalla también se ocupó de él

El 125 aniversario de la muerte del artista también dará espacio al Van Gogh Film Festival, en el Museo Kröller-Müller. Vale la pena recordar que la vida y la obra de van Gogh han sido un reiterado tema cinematográfico, desde el formidable documental que le dedicara en 1948 el maestro Alain Resnais hasta películas de ficción como Sed de vivir (1956) de Vincente Minneli, con Kirk Douglas como el pintor y Anthony Quinn como Paul Gauguin; Van Gogh (1991) del francés Maurice Pialat; Vincent y Theo (1990) de Robert Alt- man o el episodio de Los sueños (1990)de Akira Kurosawa, que reproducía con minucia casi maniática el universo del artista, encarnado por Martin Scorsese.

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Uno de los tantos cuadros en los que el artista se pintó a sí mismo de manera obsesiva.

La figura del gran pintor será celebrada con actividades en varios países

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