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Ingresos netos de las exportaciones de arándanos cayeron en los últimos años

| Los productores que salieron del negocio no tenían escala suficiente para hacer frente a los costos operativos por la caída de la rentabilidad

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Un pequeño grupo de inversores nacionales y extranjeros ajenos a la actividad agraria fundaron la empresa Uruguayan Blueberries hace cinco años con el propósito de cultivar y exportar arándanos debido a las ventajas competitivas que tiene una explotación de ese tipo en el Montevideo rural. Dos de sus integrantes, el contador Pablo Sitjar y el economista Mateo Fernández, relataron detalles de esa experiencia y analizaron la situación general de la explotación de arándanos que ha sido cuestionada últimamente. A continuación un resumen de la entrevista.

-¿En qué consiste el negocio del arándano en Uruguay?

Pablo Sitjar-Se lo puede definir como la venta de fruta fresca a Estados Unidos y Europa durante la "contraestación". Como allí no se consiguen arándanos en los meses del otoño-invierno del hemisferio norte, hay una ventana de oportunidad para la exportación de este fruto desde los países del Cono Sur.

-Hoy se están discutiendo los beneficios de cultivar arándanos en Uruguay. ¿Cuál es la clave de esta explotación?

PS-El gran productor de arándanos de contraestación es Chile, mientras que Uruguay y Argentina están siguiendo los pasos del país trasandino. Hace quince años los chilenos fueron los primeros en plantar arándanos en las zonas más frías de su territorio, cuyos frutos se recogen a partir de diciembre. Luego de experimentar en zonas más templadas donde se da una maduración temprana, las empresas chilenas también comenzaron a producir arándanos en Argentina como forma de alargar la temporada de producción.

Como los fundamentos son los mismos para Uruguay, los productores locales vieron la conveniencia de exportar a fines de septiembre y octubre cuando esta fruta alcanza los mejores precios al no tener competencia en los mercados del hemisferio norte. Por razones climáticas, los arándanos de Salto y de Concordia se cosechan tempranamente y la mayor parte de ellos se fleta por camión hasta el aeropuerto de Ezeiza, desde donde salen vuelos diarios a Europa.

-¿Generan las plantaciones de arándanos ganancias tan grandes como se decía en un principio?

PS-Las utilidades se han comprimido últimamente. Al principio, los márgenes operativos eran altísimos porque muchas empresas comercializadoras buscaban esta fruta y había pocos productores con capacidad para cumplir con los volúmenes demandados. Por eso, los agricultores llegaron a tener liquidaciones netas (N.del R.: importe que recibe el productor deducidos los costos de exportación) de US$ 10 por kilo. En consecuencia, mucha gente hizo planes con las expectativas de estos ingresos; pero, al aumentar la competencia entre los productores y mantenerse sin variantes el volumen de compras, el precio de venta cayó considerablemente. El año pasado, en que la exportación de contraestación coincidió con el derrumbe bursátil mundial, el ingreso neto de los productores osciló entre US$ 2 y US$ 4 por kilo de arándanos.

-¿Cuál es la situación actual?

PS-Muchos productores uruguayos sobreinvirtieron en plantaciones y han quedado con una seria indisponibilidad de capital de trabajo. Por otra parte, el cultivo de arándanos es muy intensivo en mantenimiento, cuyo costo anual asciende a aproximadamente US$ 7.000 por hectárea, variando según cada productor. Por consiguiente, un predio de mediana extensión, o sea de unas treinta hectáreas, requiere una inversión anual de unos US$ 200.000 en fertilizantes, riego, etc. Además, la tierra queda inmovilizada por ser una plantación de árboles frutales.

PRODUCCIÓN

-¿Se ha extendido mucho el cultivo de arándanos en Uruguay?

Mateo Fernández-En América del Sur, había alrededor de 2.800 hectáreas plantadas en 2003 y hoy son 16.000 hectáreas. En Uruguay, prácticamente no se conocía este fruto antes de 2002. Desde entonces, este cultivo se fue extendiendo en diversas zonas del país, contándose con 655 hectáreas de arándanos actualmente. Las plantaciones medianas y grandes de entre 60 y 100 hectáreas, ubicadas en el litoral norte, representan el 50% del total, mientras que el resto, compuesto por explotaciones relativamente pequeñas, están situadas en el sur del país.

-¿Son satisfactorios los niveles de producción nacional?

MF-La producción sigue aumentando porque los árboles no han llegado aún a su máximo de rendimiento, lo cual ocurre en el séptimo u octavo año de haber sido plantados. Sin embargo, no se está plantando más porque varios productores han salido del negocio ya que no tenían una escala suficiente para hacer frente a los costos de empaque, administración, gestión comercial, etc., como consecuencia de la caída de la rentabilidad de este cultivo. Actualmente, muchos emprendimientos están realizando, a lo sumo, la reposición de hectáreas ya plantadas.

EXPORTACIONES

-¿Cuál es el destino de la producción de arándanos uruguayos?

MF-La producción, que fue de 1.600 toneladas en 2008, se colocó principalmente en Europa. Por el momento, las ventas a Estados Unidos son muy limitadas, principalmente debido a las restricciones fitosanitarias existentes porque nuestro país no está libre de la mosca del Mediterráneo, como sí lo está Chile. Cuando Uruguay negoció la apertura del mercado estadounidense de arándanos, que estaba vinculada de alguna forma a la firma de un Tratado de Libre Comercio, tuvo que aceptar que la fruta a exportar fuera tratada con bromuro de metilo debido a que había antecedentes de la existencia de esa plaga a nivel local. Como eso actúa como una barrera sanitaria, hoy se están haciendo estudios conjuntos por productores e investigadores para tratar de probar la inexistencia de dicha mosca en los cultivos de arándanos locales.

-¿Por qué ese requisito restringe las exportaciones uruguayas al mercado estadounidense?

PS-Ese proceso es costoso y dañino para la calidad de los arándanos. En efecto, la fumigación con bromuro de metilo requiere contar con determinado tipo de cámaras, que son caras. Además, deben estar certificadas anualmente por las autoridades estadounidenses, lo que implica elevados costos anuales. Por otra parte, el proceso físico implica que la fruta, después de haber sido empacada y enfriada, sea sometida a un aumento de aproximadamente 20º C de la temperatura para ser fumigada y que, luego, se la vuelva a llevar a un bajo nivel térmico.

Ese tratamiento acelera la maduración de los arándanos y, por eso, resulta riesgoso exportarlos por barco ya que el flete marítimo demora entre veinte y treinta días para llegar a un puerto atlántico de Estados Unidos. No podemos olvidar que los importadores exigen que la fruta tenga un largo período de vida útil en las góndolas de los supermercados.

-Sin embargo, los arándanos de algunas empresas uruguayas llegan al consumidor final norteamericano. ¿Cómo logran el acceso al mercado de Estados Unidos?

MF-Hay dos factores que permiten a los productores del norte uruguayo acceder al mercado estadounidense. Uno es que los precios más altos al principio de la temporada permiten envíos aéreos, porque se corren menos riesgos de maduración a pesar de que el flete aéreo cuesta US$ 4-US$ 5 por kilo, mientras que el flete marítimo es del orden de US$ 1 por kilo. El otro factor es la disponibilidad de contar con dos cámaras de bromuro de metilo, una en Salto y otra en Paysandú, que también contribuyen a disminuir el riesgo para los envíos marítimos.

En cambio, como la fruta tardía se paga menos y no hay cámaras en el sur del país, los productores de esta región han optado por enviarla a Europa por vía marítima ya que, además del flete más barato, sus plantaciones están relativamente cerca del puerto de Montevideo.

-¿Cuáles son los mercados más atractivos para colocar los arándanos uruguayos?

MF-Los principales consumidores del mundo son los países que cuentan con grandes plantaciones de arándanos: Estados Unidos, Canadá, Alemania, Reino Unido y, en menor medida, Rusia y Países Bajos. Como los consumidores están habituados a comprar esta fruta, es más fácil conseguir que estén dispuestos a demandar el producto de contraestación a tener que ofrecérselo a nuevos consumidores. Sólo Estados Unidos produce 103,7 millones de kilos por temporada, mientras que en Argentina, Chile y Uruguay -únicos países en donde hoy se cultivan arándanos en América del Sur- se cosechan 43,5 millones de kilos. Esto indica un potencial de crecimiento ya que, si se mantuviera ese nivel de consumo fuera de estación en el hemisferio norte, la producción sudamericana podría aumentar más de un 50%.

PS-Asia es otro importante mercado de arándanos que tiene un gran potencial. Uruguay no ha llegado a explotarlo aún porque Nueva Zelanda tiene una ventaja logística enorme, dado su fácil acceso a los centros de consumo en Japón y China. También Australia y Sudáfrica son productores de arándanos, mientras que Brasil, en la zona de sierras de Santa Catarina, y México son potenciales productores de variedades que no se cultivan en el Cono Sur. Si estos dos países a su vez desarrollan un consumo importante de esta fruta, también podrían convertirse en potenciales clientes. En efecto, este año por primera vez, Uruguay estará habilitado para exportar a Brasil.

-¿Cuáles son las estructuras de comercialización del arándano?

MF-Los productores de las grandes explotaciones del norte y algunos del sur cosechan, empacan y exportan sus arándanos. Se tiende a la integración vertical porque tanto los tiempos como el control de calidad son muy importantes en toda la cadena de producción. La diferencia de los grandes productores es básicamente un tema de escala, que hace rentable la inversión en infraestructura logística. En los emprendimientos del sur, que son más pequeños, existen diversas estructuras comerciales. Algunos tienen sus propios canales comerciales, pero hay varias firmas que hacen básicamente trading, es decir le compran a los productores y colocan los embarques en el exterior.

Las explotaciones en el sur deberán lograr mayores economías de escala

-¿Cuáles son las perspectivas de la explotación de arándanos en nuestro país?

Pablo Sitjar-El negocio de los arándanos posiblemente evolucione como el de la forestación. Uruguay tenía condiciones naturales para el desarrollo forestal, pero la producción se pudo concretar porque se realizaron las inversiones necesarias en infraestructura logística e industrial para viabilizar la actividad del sector.

-¿Cuáles son los mayores desafíos que enfrenta este subsector frutícola?

Mateo Fernández-Al requerirse una mayor eficiencia en la producción que compense la caída de los precios de los arándanos, la explotación en el sur del país, por estar relativamente atomizada, tendrá necesariamente que llegar a mayores economías de escala. Por lo tanto, es previsible un proceso de consolidación de los emprendimientos que se va a dar de distintas formas. Por otro lado, serán necesarias nuevas inversiones para que las empresas tengan una capacidad de empaque, trazabilidad y logística que convierta a Uruguay en un proveedor fiable para los supermercados del hemisferio.

-¿Qué otras mejoras podrían facilitar la exportación de arándanos?

MF-Si bien existe una buena infraestructura portuaria en Montevideo para exportar productos tradicionales, deberían adaptarse algunas instalaciones a las necesidades específicas de los exportadores de arándanos. Para ello es preciso mejorar la logística interna de los productos altamente perecederos y ofrecer una mayor variedad en la oferta de contenedores de atmósfera controlada y modificada.

En cuanto a logística aérea, la oferta de bodegas es escasa en época de zafra. Entonces, la producción de arándanos tiene que competir en precio con productos que se exportan todo el año y que ofrecen a las aerolíneas estabilidad en las cargas. Este es un aspecto a trabajar con algunas compañías, ya que la regularidad en la producción permitirá mejorar la planificación por parte de los exportadores.

Asimismo, la disponibilidad de servicios de frío y empaque no es suficiente, al menos en el caso de productores del sur, debido a que todavía no se han alcanzado las escalas mínimas que justifican este tipo de inversión. Aquellos productores que tengan volúmenes necesarios, serán los que tendrán que ir haciendo punta en este sentido.

La experiencia de Uruguayan Blueberries en el Montevideo rural

-¿Qué los impulsó a invertir en el cultivo de arándanos?

Pablo Sitjar-Cuando comenzó la recuperación de la economía uruguaya en 2003, también se dio un mayor apetito por inversiones de riesgo, especialmente en el sector agropecuario que se perfilaba como el más competitivo de la economía uruguaya. Como teníamos contactos con Jorge Moizo, uno de los pioneros del cultivo de arándanos en Uruguay, nos enteramos que ese rubro presentaba muy buena rentabilidad, apoyándose en la capacidad tecnológica existente en Uruguay, tanto en materia de producción como de logística.

-¿Cómo surgió Uruguayan Blueberries?

PS-En 2004, un grupo de inversores uruguayos y norteamericanos que no estábamos vinculados directamente al agro decidimos realizar una plantación de arándanos en un predio de diez hectáreas en Peñarol Viejo. Si bien su explotación estaba muy atomizada en esa zona, la proximidad de los emprendimientos nos hizo ver que se podrían acumular las cosechas de varios productores para formar los volúmenes mínimos que requiere una exportación. Como el arándano es una fruta delicada que no se puede guardar en cámaras de frío por muchos días, se debe exportar fresca y, por lo tanto, la operativa logística constituye un factor extremadamente importante para su comercialización.

-¿De qué forma ha evolucionado esa relación con productores del sur del país?

PS-Para un mejor funcionamiento del negocio de los arándanos, se precisa una coordinación de los emprendimientos individuales de la zona. Por eso, Uruguayan Blueberries está generando vínculos de cooperación a través de las organizaciones de productores para aprovechar sinergias que puedan existir tanto en la parte productiva y técnica para el desarrollo del cultivo, como en la parte comercial para la promoción de los arándanos uruguayos a efectos de diferenciarlos de la calidad de la fruta argentina y generar confiabilidad en el suministro.

-¿Cuál es la situación de la empresa hoy día?

Mateo Fernández-Luego de cinco años de iniciada esta inversión que hoy asciende a unos US$ 2,5 millones, Uruguayan Blueberries cuenta con un área cultivada de 30 hectáreas en Peñarol Viejo y Melilla más una planta de empaque de 600 metros cuadrados de superficie. Allí trabajan 12 empleados permanentes más unos 60-70 jornaleros durante la zafra en primavera.

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