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Matrimonio gay en Uruguay ¿sí o no?

| Sanguinetti: "Este es un tema de derechos civiles". Lacalle: "Una familia es un hombre y una mujer".

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Julio María Sanguinetti

En la madrugada del jueves 15 de julio, Argentina se convirtió en el primer país de América en permitir el matrimonio gay. La resolución parlamentaria generó repercusión mundial. Y Uruguay, donde el debate sobre la unión concubinaria en la pasada legislatura, que comprendía a parejas del mismo sexo, también generó ríspidas discusiones antes de su aprobación, no fue la excepción. El colorado Julio María Sanguinetti y el nacionalista Luis Alberto Lacalle, abogados ambos, ex presidentes ambos, figuras centrales de sus partidos ambos, le respondieron a Domingo las mismas preguntas. El primero de ellos está a favor, se basa en el respeto a los "derechos individuales" y se excusa de opinar sobre una posible adopción. El segundo está en contra y apela a la definición de familia existente en el Código Civil, "la institución principal de la sociedad".

julio maría sanguinetti

-En Argentina, se aprobó en el Congreso el matrimonio homosexual. ¿Estaría de acuerdo con esa medida en Uruguay?

-Estaría de acuerdo, como lo estuve cuando voté la norma legal uruguaya sobre unión concubinaria. En el caso gay lo veo como un tema de derechos individuales. No estamos ante un capricho, simplemente se reconocería una situación que se da en la vida. Siempre existió, solo que antes era clandestina y pecaminosa, fuente de infortunios. Ahora, el mundo contemporáneo ha reconocido esa realidad y nada impide buscar su legalización. Es más, vivimos un mundo de debilitamiento institucional. ¿No es mejor que existan quienes quieren asumir derechos y obligaciones?

-¿La familia como institución quedaría afectada por una iniciativa de este tipo?

-La familia como institución se refuerza. Se debilita cuando existe el hecho por fuera de la ley, como ocurre actualmente. Si esta situación se legaliza, es porque se reconoce el valor de la institucionalidad. No son gente que quiera eludir sino, por el contrario, construir una relación estable, una pareja estable.

-Por el contrario, ¿no considera que esta medida derribaría otro muro de discriminación?

-Por supuesto que se supera una discriminación. Es una opción individual que debe respetarse.

-¿Haría falta una nueva figura jurídica exclusiva para estas parejas?

-Siempre es preferible legalizar, porque es el modo de definir adecuadamente derechos y obligaciones y que la situación no quede librada simplemente a los hechos. Mucha gente, equivocadamente, lo toma como si esto fuera una obligación y es lo opuesto, simplemente se trata de no cercenar un derecho. Tampoco es un tema de libertad religiosa sino de derechos civiles.

-En el otro elemento que generó polémica sobre esta ley argentina, ¿cuál es su postura sobre la adopción por parte de parejas del mismo sexo?

-La adopción es algo más discutible. Sobre este aspecto no tengo aún una opinión definitiva.

Luis Alberto Lacalle

-En Argentina, se aprobó en el Congreso el matrimonio homosexual. ¿Estaría de acuerdo con esa medida en Uruguay?

-El Estado no debe inmiscuirse en las costumbres de las personas. El Estado no debe entrar al dormitorio. Cada uno hace de su vida privada lo que quiere. Ese es nuestro concepto de la libertad individual. Segundo, el matrimonio es algo más que un contrato; es una institución definida por el Código Civil como la unión de varón y mujer para formar una familia, que es la institución principal de la sociedad, cuyo principal objeto es la procreación. Por lo tanto, la palabra matrimonio tiene un contenido que solo puede definirse entre varón y mujer.

-¿La familia como institución quedaría afectada por una iniciativa de este tipo?

-Por supuesto, porque no se debe confundir matrimonio con cualquier tipo de unión entre personas del mismo sexo.

-Por el contrario, ¿no considera que esta medida derribaría otro muro de discriminación?

-No se trata de discriminación, sino simplemente el cumplimiento de las leyes. En este caso se innovaría legislando sobre otra forma de asociación entre personas de un mismo sexo, pero que no es matrimonio ni puede serlo.

-¿Haría falta una nueva figura jurídica exclusiva para estas parejas?

-Si hay ambiente en los señores legisladores y lo proponen, entonces lo analizaremos. Nosotros no somos contrarios a lo que podría definirse como contratos de pareja, porque está dentro de las libertades de los seres humanos y no siempre tiene que tener, cuando se trata de parejas del mismo sexo, connotaciones sexuales. Pueden ser amigos, gente que se ha jubilado y vive junta, dos maestros, dos maestras y quieren dejarse las pensiones, dejarse los bienes, y estamos dispuestos a legislar lo que se llamaría contrato de amistad… habría que ponerle el nombre, pero es un contrato de pareja que puede ser de personas del mismo sexo. Repito: no entramos en las consideraciones del aspecto sexual. Puede ser la manera de generarse derechos respectivamente, jubilatorios, pensionarios o dejarse los bienes.

-En el otro elemento que generó polémica, ¿cuál es su postura sobre la adopción por parte de parejas del mismo sexo?

-No aceptamos que quienes estén unidos por este tipo de eventual contrato de pareja puedan adoptar. Porque la adopción es para darle un hogar a quien no lo tiene, y un hogar es una familia, y una familia es un hombre y una mujer. Hoy hay más de 4.000 niños que quieren ser adoptados, los trámites son muy difíciles y hay que facilitar la adopción. Pero nunca a estas personas unidas por un contrato de pareja del mismo sexo, porque hay que defender los derechos humanos del niño. Y el niño, pequeñito, ¿quién defiende sus derechos? Que mañana se van a ver afectados por una situación distinta, que puede provocar, psicológicamente, dificultades.

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