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Voto electrónico ¿sí o no?

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MARTÍN FABLET

Una de las berreteces de esta democracia es la vulgarmente llamada lista sábana (dícese del listado de individuos pertenecientes a una misma fracción política). Es la lista de candidatos para un cargo, confeccionada por el partido político, y que el votante sólo puede elegir en su totalidad. Para mí, esa aberración propicia que resulten electos absolutos desconocidos, que potenciados por el régimen de suplentes terminan siendo titulares. "¿Y éste de dónde salió?" Es curioso que el votante no pueda elegir con absoluta libertad a sus futuros gobernantes.

Primoroso sería poder armar las listas como más nos guste, con personas que demuestren su idoneidad de forma contundente. Desde hace tiempo, la tecnología habilita cualquier tipo de combinación. Esa alternativa no es de buen recibo para la mayoría de los políticos. Por supuesto que nos referimos a las listas para las cámaras. Obviamente el Dr. Lacalle no aceptaría ser vice del Pepe por más que sea nuestra más soberana voluntad. O viceversa. Las cabezas de lista es razonable que permanezcan abulonadas.

¿Qué sucede en el mundo? ¿Hay posibilidad de confeccionar una lista "a la carta", o por lo menos corregirla? ¿Qué es el e-vote? Básicamente el concepto comprende la forma de sufragar y su conteo. A lo largo de la historia se han usado tarjetas perforadas, escáneres ópticos, cuartos secretos electrónicos y virtuales, teléfonos y la red.

Son muchas las ventajas de cualquiera de esas opciones. Aceleran el conteo, mejoran accesibilidad para discapacitados y, en algunos casos, ofrecen una supuesta transparencia. Técnicamente es sencillo modificar propuestas y hasta elaborar una lista de cero.

Existen grandes controversias sobre la virtualidad del acto de sufragar. Son muchos los detractores en Estados Unidos. Entienden que puede facilitar el fraude electoral o, lo que también es bastante malo, conocer quién votó a quién.

Si bien el término "voto electrónico" se utiliza generalmente para referirse a las diferentes maneras de aplicar tecnología a los comicios, para la gran mayoría es un sinónimo de DRE (Sistema de Voto Electrónico de Registro Directo). Se trata de una innovadora solución que transforma un PC convencional en un terminal seguro de votación. La idea es que el sistema garantice la integridad, privacidad y auditabilidad del proceso de votación. Si bien es un software, se fabrican terminales específicos como el de Premier Election Solutions utilizados en Brasil. Consisten en un ordenador con pantalla sensible al tacto, que ejecuta el software y permite al votante elegir el o los candidatos a los cuales quiere favorecer. El equipo almacena la voluntad del elector para su posterior recuento.

Obtener el resultado de un comicio utilizando el DRE es instantáneo. Se puede ir conociendo la evolución de una elección en tiempo real. Mucho se ha hablado también de la seguridad, y este es quizás su punto más flaco. Recientemente en los Estados Unidos ha habido algunos tristes ejemplos del uso de este sistema. En 2003 en las elecciones locales del condado de Boone (Indiana), el DRE registró 144.000 votos, cuando los habilitados para votar eran 19.000. En las elecciones presidenciales de 2000, un DRE suministró graciosamente un resultado final que incluía 16.022 votos extra para el candidato Al Gore. Por lo tanto, la posibilidad de confeccionar nuestra lista de votación y la rapidez son sus mayores virtudes.

Con nuestro actual sistema, los pobres encargados del conteo de votos sólo tienen que saber leer, escribir y sumar, mientras que para fiscalizar una urna electrónica se precisan amplios conocimientos en informática. Personalmente no tendría inconveniente en hacer mi lista de forma manuscrita, pero seguramente mi voto sea anulado.

Lamentablemente por ahora y por muchos años más, la lista sábana seguirá guareciendo a cuanto ilustre desconocido se avenga a repartir volantes y otros servicios. [email protected]

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