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¿Un hospital holístico?

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LIC. VERÓNICA MASSONNIER

Al mismo tiempo que buscamos una medicina cada vez más tecnificada, nuestra sociedad expresa de manera creciente el interés por las llamadas "medicinas alternativas" o "complementarias": ya sean técnicas ancestrales o milenarias como también prácticas que están en la frontera de la medicina con la espiritualidad, los estudios muestran una apertura de públicos cada vez más amplios a este nivel.

Y aquí convergen varias tendencias, por lo cual debemos analizarlo como un proceso potente y de importantes raíces: se interconectan la "tendencia verde" y la revaloración de lo natural, el reencuentro con la espiritualidad, una concepción integradora de lo físico con lo afectivo, y la recuperación del respeto por algunas técnicas tradicionales -después de un siglo XX de intenso foco en la ciencia como único paradigma válido-.

La palabra "alternativa" supone una mayor distancia (u oposición) entre las diversas propuestas, por lo cual muchos están prefiriendo la calificación de "complementaria". Y los estudios realizados en la región rioplatense muestran que la mayoría de quienes se incorporan a estas técnicas no abandonan la medicina convencional, con la intención de integrar diversos métodos a través de una búsqueda personal; en este sentido, sería claramente complementaria.

Muchas personas incluso no comunican a su médico los otros tratamientos que están realizando, como si sintieran cierta inseguridad al salir de las fronteras tradicionales.

En algunos países europeos, en cambio, ha crecido proporcionalmente el público que sale del circuito de la medicina alopática para acudir a médicos homeópatas, antroposóficos o de otras especialidades.

Sin embargo, también en nuestra región el movimiento es sostenido y va incorporando diferentes públicos. Después de una etapa en la que se asoció más con un consumo femenino, actualmente aparece un número creciente de varones que se van aproximando, como si estas propuestas percibidas como mucho más sutiles que la medicina alopática (y por lo tanto con un sesgo menos varonil) gradualmente fueran ganando otros espacios.

Parte de las técnicas se comportan como "modas", experimentando un gran crecimiento momentáneo y una posterior declinación. Sin embargo, aunque una técnica pueda ir sustituyendo a otra en la aceptación masiva o el crecimiento puntual, el conjunto no ha dejado de crecer.

Algunos investigadores de tendencias estadounidenses pronostican el camino hacia un "hospital holístico". Allí se produciría una combinación de la medicina alopática con las otras propuestas, en un concepto que ellos llaman "cuidado convergente": "Construir puentes entre los dos paradigmas del cuidado de la salud para dar a los consumidores lo mejor de ambos mundos". Esta idea es sumamente interesante, aunque todavía lejana para nuestro contexto.

Lo cierto es que en el nivel actual del conocimiento todavía quedan fronteras de misterio en el poder curativo que algunos atribuyen a recursos ancestrales.

En tanto, para otros se trataría del "efecto placebo". En este sentido, la persona se curaría de manera espontánea a través de la confianza y de su impulso vital, en tanto la medicación recibida no hace sino potenciar esa confianza: "si creo que es posible, yo mismo lo hago posible".

El futuro plantea interrogantes. ¿Tendrán razón aquellos que hablan de convergencia de propuestas? ¿Crecerá la interconexión? ¿O encontraremos las respuestas científicas que sustentan los procesos de curación que hoy nos parecen misteriosos?

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