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Letras que se esfuman

| Leer y escribir en pantalla puede traer más problemas que ventajas; se pierde la concentración y los errores son más frecuentes; la dislexia de PC que se viene.

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MARÍA INÉS LORENZO

"Es mejor leer el texto impreso, que en la computadora". Seguramente más de una persona debe haber recibido alguna vez este consejo. Es que la tecnología abrió varias puertas, pero también trajo sus problemas, vinculados a leer o escribir en pantalla.

Según dijeron varios profesores de idioma español, cerca del 30% de las personas que escriben con frecuencia textos en la pantalla de una computadora suelen cometer ciertos errores tanto de sintaxis como de ortografía, que por lo general tienden a detectarlos mejor cuando leen el material impreso.

La tecnología ha cambiado la manera de expresión e incluso de comprensión de las personas. Según varias investigaciones, cuando una persona utiliza la computadora más de tres horas casi seguidas, ya sea como medio de trabajo o estudio, su capacidad de concentración disminuye un 50%. Además, la pantalla no permite emplear todas las habilidades visuales, como la profundidad espacial, a la hora de la lectura o escritura.

Tal como explica el psicólogo educacional y experto en tecnología Roberto Balaguer, al leer en pantalla, hay por lo general una tendencia a ver en panorámica la información, por lo que la revisión de texto es más veloz y menos precisa. Con el texto impreso no sucede lo mismo porque la lectura es lineal y secuencial, lo que lleva a que las personas reflexionen más.

El fenómeno es cultural y sucede tanto en los jóvenes como en los adultos. "La mayoría de las personas está acostumbrada a leer textos escritos y algunas generaciones todavía no han madurado como para hacer una lectura exhaustiva del texto electrónico. Además, está en función de la educación, es decir, por la costumbre y la formación", explica el profesor adjunto de neuropsicología, Sergio Dansilio.

Si bien es común que muchas de las personas que leen textos en una pantalla lo hagan en voz baja, ello distorsiona aún más la atención. "La lectura necesita no sólo de ojos sino también de manos, es decir, las palabras deben estar contenidas y ser tangibles para que se detec-ten más los errores", expresa René Fuentes, profesor de Expresión Oral y Escrita de la Universidad ORT.

IGNORANCIA. La mayoría de los expertos considera que estas dificultades responden a que en la pantalla el lenguaje es percibido como imagen y no como texto, lo que conduce a las fallas de lectoescritura. Se trata, entonces, de una especie de dislexia de la pantalla en crecimiento en mundo aunque los expertos, por ahora, son más cautos y prefieren hablar de disfunciones que podrían tener causa médica en algunos casos, como ocurre en la dislexia tradicional.

Es seguro, en cambio, que tendrá sus consecuencias neropsicológicas en los habitués de la lectura y escritura en pantalla.

En Uruguay, sin embargo, no hay estudios desde el punto de vista cognitivo ni encefálico, por lo que no se sabe con certeza cómo funciona el cerebro cuando procesa información desde la computadora, explica Dansilio.

Pero existen otros factores en juego, no sólo sobre la esencia del lenguaje sino también sobre la manera en que las personas piensan el texto visual que escriben. "Somos lectores y escritores de la inmediatez, lo que lleva a que muchas veces escribamos sin pensar bien el enfoque del texto", analiza el profesor Fuentes.

No es poca cosa, porque la máquina no pone límites. En los programas visuales de computadora para escribir textos hay mayor libertad para colocar desde distintas formas, tamaños y colores de letras, hasta la posibilidad de subrayar oraciones y cambiarlas de orden infinitas veces. Sin embargo, resulta que todas esas ventajas que las personas utilizan con frecuencia, pueden darse vuelta y desencadenar los problemas de concentración.

Tal como explica Fuentes, la pantalla de la computadora genera un descuido abierto, siempre presente, que lleva a que las personas confundan sus niveles de consciencia. ¿Qué significa ello? En principio, nada que no se pueda solucionar. Existen dos grados de consciencia: cuando se produce el texto y cuando termina el proceso de corrección. El problema es que muchos ignoran que la etapa correctiva de un texto en pantalla es una continuación de la escritura, y no la lectura al vuelo como si se estuviera ante un álbum de fotos.

Además, la nueva escritura digital deja pasar muchas veces las reglas del lenguaje, como tildes o puntuación. En el hábito, las personas pierden capacidad para detectar los errores, explica el psicólogo Balaguer.

CONFUSIÓN. Si bien es verdad que casi todos los programas informáticos para escribir textos tienen correctores ortográficos, ello no significa que las personas cometan menos fallas. Todo lo contrario. "En la mayoría de los casos no se reconocen los acentos, ni la sintaxis, la gramática y mucho menos los contextos lingüísticos o la composición del texto", explica Fuentes.

Y ello es más que preocupante porque muchos tienen tanta confianza en los correctores que los errores pasan desapercibidos incluso después de imprimir el texto. Y la persona jamás se da cuenta, "piensa que el artículo está bien", aclara el profesor.

Los expertos coinciden en que esta especie de dislexia de pantalla se observa desde hace más de cinco años en Uruguay, y que con el correr del tiempo cada vez más personas utilizarán la tecnología como medio de vida. No es la idea impedir que las personas estudien o trabajen con una computadora, pero sí recomiendan reflexionar sobre la incidencia de la pantalla en el uso del lenguaje escrito.

De hecho, varias personas ya han consultado en Uruguay sobre esta nueva dificultad y serán más las que vendrán en el futuro.

Errores comunes y algunos consejos

Tal como explican los expertos, los errores tanto de ortografía como de sintaxis cuando las personas escriben en la computadora, están relacionados con la velocidad, pero también con ciertas habilidades cognoscitivas.

Es muy frecuente, por ejemplo, que al lado de una "a" aparezca una "s", o en vez de una "f" se escriba una "g", porque las letras se distribuyen casi juntas en el teclado. También es común que se salteen letras y signos de puntuación, o que los tildes estén en dirección contraria.

Ahora, ¿cómo hacer para que esos errores puedan llegar a percibirse mejor en la pantalla, antes de leer el material impreso? Tanto los médicos como los profesores y psicólogos recomiendan que no sólo se debe colocar el monitor por debajo la línea de la vista, sino que también la pantalla tiene que estar limpia, porque los reflejos impiden una buena lectura. Otro aspecto muy importante es que la persona debe despejarse cada media hora y no permanecer más de tres horas seguidas frente al monitor, porque se produce un desgaste mental.

Si bien esos recaudos no son garantía de una lectura de pantalla perfecta, según los expertos, si se ponen en práctica, hay un 10% más de probabilidad no sólo de percibir algunos errores, sino que también se fatiga menos la vista, por lo que las pupilas no se secan tanto.

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