Ingrid Tempel
(desde París)
EL ARTISTA uruguayo Carmelo Arden Quin, nacido el 16 de marzo de 1913 en Rivera (Uruguay), expone actualmente una serie de obras en papel y bidimensionales en la galería Nery Mariño de París. Es uno de los fundadores del movimiento plástico Madi, que actualmente tiene miembros en numerosos países, así como museos en Sobral (Brasil) y Dallas (Estados Unidos).
Luego de trabajar en Buenos Aires a partir de fines de los años `30, se radica en Francia en 1948 y hoy es uno de los artistas uruguayos más prestigiosos a nivel internacional. El Madi ha evolucionado basándose en diversos manifiestos que proclamaron la creación de un arte lúdico, abstracto, geométrico, que rechazaba el marco tradicional y todo aspecto representativo. A pesar de su modestia, este artista que se considera un simple miembro del movimiento es considerado por sus colegas como un pensador de vanguardia que, a partir de su trabajo en Francia, ha comunicado al mundo entero sus premisas de un nuevo lenguaje abstracto basado en la geometría, la forma y el color.
Torres garcía y madi.
-Usted es uno de los cofundadores del movimiento Madi y uno de los artistas uruguayos vivos más importantes a nivel internacional. ¿Cuáles son los orígenes de este movimiento?
-Creo que Madi comenzó en 1946 en Argentina con ese nombre, con experiencias anteriores hechas en Montevideo con Rod Rothfuss y yo.
-¿Cómo definiría usted hoy el ideario de Madi? ¿Hubo una evolución luego de los diferentes manifiestos?
-Sí. Toda cosa evoluciona. Yo mismo soy un evolucionista absoluto, pero hay cosas que permanecen. El problema de Madi es la forma. Forma y geometría y color. Es una cosa simple y creo que cada uno de nosotros tiene su forma. De ahí la variedad de Madi.
-¿Para Madi, lo más importante es la innovación, la creación y el aspecto lúdico del arte?
-Sí. Lo lúdico entra bastante en Madi por el objeto, sobre todo los objetos móviles, los objetos articulados, que cambian y es como una "ludicidad" en el sentido propio de juego con el arte plástico.
-Este año hubo una gran retrospectiva Kandinsky en el Centro Pompidou. ¿Cuál fue el papel de Vassily Kandinsky, Paul Klee, Piet Mondrian, Kasimir Malevich, la Bauhaus y Joaquín Torres García en el lanzamiento del movimiento Madi?
-Nosotros teníamos muy poca información. El principal promotor era Torres García. Ahora Kandinsky, Klee, no era nuestro propósito. El propósito era un constructivismo con yuxtaposición, sobre todo al comienzo.
-Pero Torres García desde el principio lo alentó a seguir por ese camino.
-Sí, yo siempre hablaba con él. Nunca estuve en su taller, pero cuando uno hablaba con Torres García recibía una lección, así que yo lo considero mi maestro.
-Torres García quería poner orden en el caos del mundo. ¿Puede decirse que el movimiento Madi también tiene esa finalidad, o que, por el contrario, quiere poner caos en el orden establecido por otras escuelas artísticas?
-No, en ese sentido hay una diferencia con Torres García, porque nosotros somos plásticos. No hay otro mensaje que hacer un objeto plástico Madi, como hay una flor, un árbol, pero él no tiene esa pretensión, que es muy justa en Torres García con su constructivismo, porque para Torres García, el universo era la pintura, las artes plásticas, y él quería poner ese orden. Nosotros somos más libres en ese sentido. No nos ocupamos de política, aunque el movimiento Madi es un movimiento de izquierda en sí, porque es un movimiento revolucionario y todo movimiento revolucionario es un movimiento de izquierda.
Forma, color y geometría pura.
-Hay muchos artistas de distintos países que forman parte del movimiento, y cada uno tiene su personalidad. ¿En qué consiste el atractivo de Madi para artistas tan diferentes?
-Madi es forma, color y geometría pura. Esos son los tres fundamentos. En lo que atañe al problema de la personalidad de cada uno, yo me explico por el problema que hemos atacado y creado la forma, y cada uno de nosotros tiene su forma, porque yo veo que los estilos son diferentes. Ahora cuando pienso por ejemplo en la cantidad de árboles que hay y todos son árboles, pero son árboles diferentes, nunca hay un árbol. Así que cada uno de nosotros emplea eso, que para mí tiene su forma en sí. Como cada uno tiene su cuerpo, su rostro, su andar. Y eso se traduce si es un artista sincero, si es un creador, en una originalidad propia, personal. Cosas que yo admiro muchísimo y me pregunto a veces cómo este compañero ha podido crear eso. Yo no podría jamás crear ese objeto. Es así la variedad infinita de Madi de la forma.
-El año pasado hubo una gran exposición del movimiento Madi en la Casa de América Latina en París. Su obra tuvo allí un lugar destacado. ¿Cuál es la importancia de esta exposición?
-Toda gran exposición es importante, y la exposición de la Casa de América Latina ha sido ejemplar por la cantidad de gente que vio por primera vez una exposición de ese orden a nivel internacional. Ahora en cuanto a la sala donde expusieron mi obra, yo siempre estuve en contra de eso y pedí precisamente que no me hicieran sala. Pero no oyeron, no quisieron seguir mi pensamiento y me pusieron una sala. Yo soy un miembro de Madi. Creo que Madi se crea todo el tiempo. Y todo Madi que haga una obra sincera es creador de Madi. Así que yo no me siento creador de Madi, yo me siento miembro del movimiento Madi.
-Hay varias versiones sobre el origen del nombre Madi.
-Materialismo dialéctico.
-Actualmente usted expone obras en la galería Nery Mariño y la exposición se llama Domaine.
-Yo no expongo actualmente o expongo muy poco, pero Mariño vino aquí y me pidió hacer una exposición mía. Y tanto insistió que yo le dije que cosas antiguas no exponía. Que si ella quisiera una obra reciente o de pocos años atrás, sí. Y ella eligió toda una serie de blanco y de negro. He visto fotografías, porque no puedo ir a verla. Me parece que todo el mundo hace elogios de cómo está expuesta la obra. Es la primera vez que se exponen esas obras. Unas son en papel y otras están pintadas directamente sobre plástico, bidimensionales. El problema es que son obras a partir de dibujos que estaban hechos -no me acuerdo del momento- y que han sido realizados hace no muchos años.
-¿Sigue escribiendo poesía?
-Siempre. Toda la vida.
-¿Hay una interacción entre su poesía y su actividad plástica?
-Creo que sí, porque es un intento que hago de poesía abstracta y naturalmente hay toda una serie de poemas que yo llamo poemas Madi y que son poemas que no se pueden imprimir. Se pueden fotografiar o llevar al cine, porque es muy difícil explicarlos. Hay que verlos. Y después utilizar las palabras en un juego lúdico como el Coplanal y que el espectador puede cambiar. Es una cosa que yo considero como poesía Madi.
-Usted ha dicho que Francia -y sobre todo París- es el centro cultural del mundo, pero que actualmente no hay un maître apenser como Jean-Paul Sartre o Albert Camus. ¿Qué está sucediendo hoy en Francia a nivel cultural?
-Francia, y sobre todo París, la considero como la capital cultural del mundo. Ninguna capital en el mundo tiene el fervor que hay en París. Uno va a las galerías -porque es un problema comercial de galerías- y uno ve de todo. Y así debe ser el arte. Dar cabida a todos los movimientos. Pero hay que ver la cantidad de talleres que hay del mundo entero. Es la única ciudad que tiene talleres de chinos, italianos, sudamericanos, rusos, suecos… Así que yo considero que en ese sentido no hay decadencia en Francia. Y en París, ¿cómo se concibe la cantidad de exposiciones que hacen aquí? Usted puede ser testigo de la riqueza de las exposiciones de París. Ninguna ciudad del mundo tiene las exposiciones que se diría casi cotidianas de la plástica universal. Uno ve a los coreanos, los norteamericanos, todo el mundo… Los grandes maestros y otros actuales. Para mí París sigue siendo el centro cultural del mundo.
Ciudadano ilustre.
-El 12 de agosto pasado, a los 96 años, usted fue nombrado ciudadano ilustre de Montevideo. Sin embargo su obra, reconocida a nivel internacional, es ignorada en Uruguay, salvo algunos especialistas.
-Son cosas que a mí no me preocupan. La gloria, la nombradía no me preocupan. Lo que me preocupa es mi obra. Y eso de que en Uruguay no se conozca mi obra no ha sido culpa mía.
-¿Culpa de quién fue?
-No puedo decirlo, porque yo mismo estuve muy alejado del Uruguay durante mucho tiempo.
-¿Expondría ahora su obra en Uruguay?
-No. En Argentina tengo una gran exposición el año próximo en el Instituto Borges, en Buenos Aires. Para mí la Argentina ha sido un comienzo extraordinario. Se puede decir que nosotros habíamos creado el grupo Arturo -era un grupo de uruguayos y argentinos- con la colaboración de Torres García, de Augusto Torres, de Rothfuss y la mía, y después los argentinos, así que es una cosa del Río de la Plata. Gracias al clima de Buenos Aires, por ser una ciudad más grande y un país más grande que Uruguay, quizás más internacional incluso. Y después en el Uruguay mismo, Torres García nunca tuvo una cosa popular a causa de su pintura. Mientras que en Buenos Aires era diferente. Quizás por la diversidad de la gente.
-Usted considera que en Buenos Aires había más oportunidades.
-Es curioso constatar que Figari y Torres García son considerados como argentinos. Es decir que se nombran y se hacen más exposiciones de ellos en Buenos Aires que en Uruguay. Para ellos Torres García es un pintor del Río de la Plata, pero a los argentinos les gusta siempre que las cosas sean de ellos. Yo me acuerdo que un argentino, un amigo mío crítico, decía: "Tú te das cuenta que un uruguayo que hace una exposición aquí es un artista del Río de la Plata. No es uruguayo, es rioplatense".
-Sí, eso ha sucedido con escritores, como Horacio Quiroga.
-Sí, y con Benedetti.
-Usted habló recién de la revista Arturo. ¿Me podría contar cómo se creó y qué significado tuvo para impulsar al movimiento Madi, tanto en Río de la Plata como hacia el extranjero?
-Arturo comienza con un manifiesto salido del materialismo dialéctico. Y es lo que se llama el Manifiesto de Arturo. Allí están las bases para tratar el arte, la pintura, la escultura y las artes plásticas en un orden dialéctico de tesis, antítesis y síntesis.
-¿Puede hablarse entonces a partir de Arturo de una expansión del Movimiento Madi desde el Río de la Plata hacia los cinco continentes?
-Sí, es evidente.
-Fue revolucionario.
-Madi siempre ha sido revolucionario. Creo que el valor universal de Madi está en que es el primer movimiento plástico o de pintura que creó la forma saliendo de los cuatro ángulos rectos del cuadrado, del rectángulo. Creo que esa universalidad es lo que hace que cada vez haya más gente. Hoy Madi está en plena expansión. Hay que considerar que es el movimiento más antiguo y que nunca decayó. Siempre se renovó dentro del orden de la forma y ha tomado una expansión universal, cada vez más grande. Hay algo en Madi que cambia, creo que en la estructura y sobre todo en la superficie. Porque hablo de la pintura geométrica y mismo del arte figurativo. En geometría hay el punto, la línea y el plano. Ellos se quedaron en el plano como base donde se inscribe la obra. Y Madi juntó, superpuso o yuxtapuso un plano sobre otro y creó la forma como base. Entonces en lugar del triángulo es una forma. Y esa forma es como el número, yo creo que es infinito. A mi manera de ver, eso es lo que hace la universalidad de Madi.