María Sánchez
MUCHAS son las formas de aprender historia, pero una de las más originales es a través del cómic. Desde hace varios años, Oriente Medio y Europa se han sumado al mercado de la novela gráfica con una oferta madura e incomparable. A diferencia del tradicional cómic de superhéroes americano o del manga japonés, etiquetados generalmente como ciencia ficción, estos dibujantes apuestan por la biografía, los problemas sociales o la historia. Sin embargo, el mundo del cómic sigue estando dominado por hombres, principalmente la producción. A este ambiente globalizado y hostil se enfrentó Marjane Satrapi, mujer, iraní e historietista. Todo un reto que solo podía ser superado con una obra tan brillante como Persépolis. Publicada en cuatro libros entre 2000 y 2003 por la editorial independiente L`Association y recopilados posteriormente por Norma Editorial, Persépolis es un relato autobiográfico ambientado en los últimos treinta años de la historia de Irán.
Se trata de una obra amena, de denuncia y que lucha contra los prejuicios que el resto del mundo tiene sobre este país de Oriente Medio. "Si las audiencias occidentales aprenden a ver a los iraníes como seres humanos y no como fundamentalistas islámicos o terroristas, sentiré que he cumplido con mi misión", dice la autora sobre sus motivaciones.
LA PEQUEÑA SATRAPI. A través de la mirada de una niña de nueve años, el lector observa los cambios sociales y políticos que se produjeron en Irán con la caída del Sha y el triunfo de la revolución islámica de 1979. El nuevo gobierno, inicialmente apoyado por el pueblo, cayó en manos de los integristas islámicos, y tuvo nefastas consecuencias, como la imposición del velo obligatorio o la persecución de los antiguos disidentes.
Satrapi fue desde pequeña una niña inteligente interesada por la política, la filosofía y la religión. Su visión diferente de estos temas "de adultos" se debió a la educación laica y progresista que recibió en su familia. A través de la voz del padre y de su tío comunista, la dibujante sitúa a los lectores del cómic en el contexto histórico iraní.
Persépolis está repleta de divertidas anécdotas que recuerdan al aparentemente inocente humor de Mafalda: Dios, con quien conversa cada noche la pequeña Marjane, se parece a Marx; y uno de sus juegos preferidos es hacer la revolución en el jardín.
Marji, como la llaman sus familiares, se enfrentó a la adolescencia cuando estallaba la guerra entre Irán e Iraq. Es un paralelismo autobiográfico que refuerza la crudeza del combate y la transformación extremista de Irán, una sociedad occidentalizada que se convirtió en un país dirigido por integristas religiosos.
Iron Maiden, el velo, Marx, la desigualdad entre hombres y mujeres, y los guardianes de la revolución eran aspectos incompatibles que complicaban el día a día de la dibujante. Motivos, en definitiva, por los que sus padres decidieron enviarla a Austria en 1984 para completar sus estudios secundarios. "Vine con la idea de cambiar el Irán religioso por una Europa laica y abierta", explicaba Satrapi en Persépolis. Pero acabó en una residencia de monjas y descubriendo que todas las religiones tienen sus extremos.
Durante su etapa en el continente europeo, Marji intenta olvidarse de Irán, llegando incluso a ocultar su nacionalidad. Pero al negar sus raíces solo consigue negarse a sí misma, su ideología y su familia. La abuela, uno de los mejores personajes de la novela, aporta un sabio consejo que invita al lector de cualquier lugar del globo a reflexionar sobre los fenómenos migratorios: "Si no te mantienes íntegra, no podrás integrarte nunca".
El desarraigo de la autora tampoco se resuelve a su vuelta a Teherán, ya que Satrapi sigue siendo considerada occidental en Irán e iraní para el resto del mundo. En 1989 ingresó en la Facultad de Bellas Artes de Teherán y en 1994, tras intentar trabajar como dibujante bajo la censura, se exilió en Francia.
Es en París donde el dibujante y guionista David B. la anima a recopilar sus vivencias infantiles en un cómic. David B. es el autor La Ascensión del Gran Mal, un relato autobiográfico en seis tomos sobre la epilepsia de su hermano, el "gran mal" que determinó la vida de su familia. El consejo de este editor a Satrapi nacía desde la experiencia propia.
Persépolis es una novela de lo cotidiano, de los detalles, donde los contrastes van más allá de los blancos y negros del dibujo, donde los trazos intencionadamente infantiles enfrentan a la dureza de los contenidos. La delicada ironía empleada a lo largo de toda la obra permite a la historietista tratar la realidad del conflicto evitando caer en el sensacionalismo.
RECONOCIMIENTO INTERNACIONAL. Galardonada en el Salón del Cómic de Angoulême con el Premio Autor Revelación (2001) y Premio al Mejor Guión (2002), Primer Premio de la Paz Fernando Buesa Blanco (España, 2003) y el Premio Harvey a la Mejor Obra Extranjera (Estados Unidos, 2004); Persépolis ha conseguido el reconocimiento tanto dentro como fuera de Europa.
Su autora es considerada como uno de los nuevos talentos más relevantes de la novela gráfica. En el viejo continente, la artista iraní recibió, el pasado mes de febrero, el título de Doctora Honoris Causa en las Universidades católicas belgas de Louvain y de Leuven (UCL y KULeuven) por su trabajo en favor de la multiculturalidad, la interculturalidad y la diversidad.
Con un lenguaje accesible, un dibujo simple y una completa contextualización histórica, Satrapi intenta eliminar los prejuicios del mundo no árabe y denunciar las injusticias cometidas en Irán. Persépolis es un testimonio político traducido a más de 20 idiomas. Al igual que las obras de Primo Levi, Aleksandr Solzhenitsyn o Norman Manea, este cómic es una dura crítica hacia los totalitarismos del siglo XX.
LA PELíCULA. Con el mismo nombre del cómic, la película Persépolis ha sido codirigida y guionada por Satrapi y Vincent Paronnaud. Se estrenó en Francia en junio de 2007, y a diferencia de la novela gráfica, que transcurre por completo en blanco y negro, utiliza sutilmente el color para diferenciar Oriente de Occidente, el presente del pasado.
Esta versión animada ha conseguido el Premio del Jurado en el Festival de Cannes 2007 y el Premio Especial del Jurado en el Festival Internacional Cinemanila. Ha sido también candidata a los Oscar en la categoría de Mejor Película Animada.
Persépolis puede considerarse una respuesta cinematográfica al cine "cultural" que utilizó el régimen islámico iraní en el exterior con intenciones propagandísticas a partir de 1980. En el interior del país, las autoridades adoptaron el cine como un instrumento ideológico destinado a islamizar al pueblo y luchar contra la occidentalización. Durante toda la década de los años ochenta, las mujeres y el amor -dos temas habituales en el cine iraní anterior- desaparecieron de las pantallas.
La apuesta de Satrapi chocó de frente con los intereses del gobierno iraní. El día anterior al estreno de la película en el Festival de Cannes, el Ministerio de Cultura iraní protestó ante las autoridades francesas: "El festival de Cannes ha seleccionado una película sobre Irán que presenta un cuadro irreal de las consecuencias y éxitos de la revolución islámica. La selección de esta película no se puede entender más que como un acto político o anticultural por parte del festival".
Las reivindicaciones políticas de Marjane Satrapi no se agotan en Persépolis. La historietista aprovechó su fama internacional para protestar contra las elecciones celebradas en Irán el pasado mes de junio. En una conferencia ofrecida en Bruselas el día 16 de ese mes, criticó duramente el posible fraude electoral.
DESPUÉS DE PERSÉPOLIS. Tras comprobar el éxito de la fórmula autobiográfica de Persépolis la autora publicó Bordados (Norma, 2004). Es una obra de interior que relata una tarde de mujeres en casa de la abuela. Alrededor del té, Marjane asiste a historias sobre casamientos concertados, poligamia y "bordados integrales", una operación de cosido vaginal para simular la virginidad en el matrimonio. Traza así un retrato de las diferentes condiciones sociales que viven hombres y mujeres, y cómo éstas luchan por sobreponerse a las imposiciones.
La siguiente historieta es Pollo con ciruelas, que ha conseguido el Premio al Mejor Álbum en el Salón del Cómic de Angoulême en 2005. En sus páginas, Satrapi abandona el tono autobiográfico de sus libros anteriores, aunque no el contexto histórico y cultural. Su línea argumental es sencilla y potente: Nasser Ali, un virtuoso músico de tar, decide morir cuando su mujer le rompe su instrumento.
Además de estas dos obras individuales, Satrapi es ilustradora de varios libros infantiles: Sagesses et malices de la Perse (2001), Les monstres n`aiment pas la lune (2001), Ulysse au pays des fous (2001) y Ajdar (2002).
Dibujante, defensora de la libertad y directora de animación, Marjane Satrapi representa un ejemplo de que el dicho de "la historia la escriben los vencedores" es una gran falacia cuando se habla del cómic.
La Historia en cuadritos
OBRAS como Maus, de Art Spiegelman, o la trilogía Berlin, de Jason Lutes, revelan la importancia que el cómic histórico está alcanzando en el panorama literario. Maus, metáfora del holocausto nazi, consiguió el premio Pulitzer en 1992, lo que le permitió al Noveno Arte consagrarse como disciplina respetada.
En Maus Spiegelman utiliza diferentes clases de animales para diferenciar las nacionalidades, ideologías y razas que participaron en el exterminio. Como en la conocida fábula infantil, los gatos -alemanes- persiguen a los ratones -judíos. La propia Marjane Satrapi descubrió en el libro de Spiegelman las diferentes funciones del cómic: "Cuando leí ese libro, quedé boquiabierta. Se suponía que no podía poner cosas como esas, en un cómic", explicó en una entrevista con The New York Times.
El cómic histórico no solo deja testimonio impreso de una época, sino que permite a los pueblos vencer sus miedos y afrontar los temas tabúes. Los atentados en las Torres Gemelas y en la estación de Atocha de Madrid también tienen sus cómics o tebeos. El informe 11-S es una novela gráfica de Sid Jacobson y Ernie Colón que relata las conclusiones de la Comisión. La fidelidad de los dibujos sorprendió al presidente de la Comisión, quien se prestó a escribir el prólogo del volumen. En esta línea surgió 11-M: la novela gráfica, una obra escrita por Antoni Guiral y Pepe Gálvez y con dibujos de Joan Mundet donde se aborda la sentencia que dictó el Tribunal sobre los atentados en los trenes madrileños.
Con la estética del cómic el director Ari Folman narra en Waltz with Bashir las matanzas de refugiados palestinos en el Líbano por parte de las Fuerzas de Defensa de Israel en 1982. Esta película de animación documental, posteriormente convertida en novela gráfica, consiguió el Globo de Oro a la mejor película en lengua no inglesa en 2008. El conflicto palestino-israelí también ha sido dibujado en la obra de Joe Sacco Palestina: en la franja de Gaza. Éste es un cómic autobiográfico de casi 300 páginas que combina investigación periodística y diario de viaje para relatar cómo era la vida en 1992 en los territorios ocupados.