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El hombre sin sombra

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Patricio Pron

LA FICCION ES mucho más esclarecedora que el mero registro de los hechos. Muy pocos recuerdan hoy La maravillosa historia de Peter Schlemihl de Adelbert Von Chamisso, pero nadie recuerda sus libros de botánica y de geografía. El nombre del naturalista alemán sigue siendo asociado a la historia que concibió para la diversión de los hijos de un amigo y que para Thomas Mann "se cuenta entre las más encantadoras obras de juventud de la literatura alemana".

EL HOMBRE SIN PATRIA. Von Chamisso, cuyo verdadero nombre era Louis Charles Adelaide de Chamisso, nació en 1781 en Champagne, Francia. La Revolución Francesa obligó a su familia a vagar por toda Europa hasta instalarse en Alemania, y la experiencia del destierro lo marcó profundamente hasta el punto de sentirse siempre un hombre de dos patrias o de ninguna. El que sería uno de los mejores escritores alemanes del siglo XIX jamás llegó a expresarse con soltura en alemán, lo que no impidió que llegara al grado de teniente en el ejército prusiano. Luego de abandonar su carrera militar se dedicó a recorrer el mundo como naturalista, viajando al Polo Norte y a los Mares del Sur, y plasmó sus impresiones en libros como Viaje alrededor del mundo y Observaciones y opiniones sobre una exploración al mando de Kotzebue. Fascinado con su obra, Federico Guillermo de Prusia lo tomó bajo su protección nombrándolo conservador del Jardín Botánico de Berlín y en esa ciudad murió, en el verano de 1838, luego de haberse consagrado como poeta.

TAMBIEN SIN SOMBRA. La historia que había contado un cuarto de siglo antes es terriblemente simple. El joven Peter Schlemihl conoce en una fiesta campestre a un extraño personaje capaz de satisfacer cualquier deseo con sólo meter su mano en una pequeña bolsa. El hombre extrae de ella una alfombra turca, una tienda y hasta tres caballos. Entre el espanto y la fascinación, Schlemihl es abordado por el sujeto, quien le ofrece una bolsa de oro perenne a cambio de su sombra. El trato se concreta y el protagonista se convierte en un hombre rico aunque no feliz, porque pronto descubre que la falta de sombra le acarrea la vergüenza pública. Luego de pedirle a un retratista que se la pinte, y de ensayar varias formas de iluminar la estancia donde se recluye —intentos que no arrojan ningún resultado— el desolado protagonista debe conformarse con hacer que su sirviente se pare a su lado cubriéndolo con su sombra en cada una de sus apariciones. Schlemihl se enamora en dos oportunidades pero su notorio defecto le impide concretar el comercio amoroso. En la última de ellas, el desconocido regresa y le ofrece su sombra a cambio de su alma, pero esta vez Schlemihl no acepta y comprende que su destino es apartarse de los hombres. Provisto con las famosas botas de siete leguas se dedica a recorrer el mundo estudiando la naturaleza. En ese punto el relato de su desgracia se detiene.

INTERPRETACIONES. El tema de la falta de sombra no era nuevo para 1813, cuando Von Chamisso escribió su libro. Hans Christian Andersen lo había tratado ya en su cuento "La sombra", en el que una de ellas se libera de su dueño, adquiere notoriedad y riqueza y acaba esclavizando a su antiguo amo, al que convierte en su sombra.

Luego de publicada La maravillosa historia... se convirtió en un éxito, y comenzaron a florecer las imitaciones, muchas de ellas obra de grandes autores. En su "Cuento de hadas" Johann Wolfgang Goethe —por ejemplo— cuenta la historia de un gigante quien, al mover un día sus manos con demasiada fuerza, proyecta una sombra que derrumba un puente. ETA Hoffmann —en tanto—escribió una variante bastante desafortunada del tema en su cuento "Las aventuras de la noche de San Silvestre".

Las imitaciones fueron seguidas de las interpretaciones de quienes, erigiéndose como apólogos de la obra, intentaron explicar su significado.

Mientras algunos sostenían que el hombre sin sombra era el hombre sin patria —cosa que el propio Von Chamisso era—, otros lo consideraban una metáfora del hombre sin religión y sin familia. Había quienes sostenían la impronta autobiográfica del libro, que el mismo Von Chamisso no se empeñó en ocultar. El psicoanalista, y discípulo de Freud, Otto Rank asoció en su libro El doble la historia de Peter Schlemihl con el tema del Doppelgänger y del "doble como yo inmortal". El propio Thomas Mann cayó en la fascinación de explicar la obra y dijo que en ella "la sombra se ha convertido en el símbolo de la solidez burguesa y de los vínculos humanos. Se cita unida al dinero, como algo que uno debe venerar si quiere vivir entre los hombres, y de lo que uno sólo quiere deshacerse cuando está resuelto a vivir en sí mismo y para lo mejor de sí mismo".

LA SOMBRA ANTES QUE EL ORO. El propio Von Chamisso no dejó muchas pistas para descifrar su obra. En una carta de 1821 a su hermano, dijo respecto al nombre Schlemihl "o mejor Schlemiel" que "era un nombre hebreo que significa Gottlieb" o "amado de Dios". En el lenguaje coloquial judío un schlemiel era una persona torpe y desdichada que nunca tenía éxito en nada —según Otto Rank, un schlemiel "se cae de espaldas y se quiebra el hueso nasal"—. Los mismos amigos de Von Chamisso lo consideraban un schlemiel, aunque el origen y la explicación de la historia de su personaje quizás estén en ciertas supersticiones de la época. En Alemania, Austria y Yugoslavia es muy popular una prueba que se realiza todas las vísperas de Navidad y Año Nuevo: quien no proyecta una sombra en la pared de una habitación bajo la luz de una lámpara, o aquel cuya sombra carece de cabeza, morirá en el transcurso de ese año. En ciertas provincias alemanas se sigue recomendando no pisar la propia sombra bajo pena de morir.

Lo que se impone a tantas pistas y versiones es la que el propio Von Chamisso decidió dar al final de su libro como única clave explícita para su comprensión. En el final de la larga y angustiante reclusión de la sociedad que sufre el pobre Schlemihl, Von Chamisso escribe que "si quieres vivir entre los hombres, amigo mío, aprende a estimar en primer lugar tu sombra y después el oro. Pero si sólo quieres vivir para tí y para tu íntimo perfeccionamiento, entonces no necesitas ningún consejo".

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