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El Papa elogió trabajo del liceo Jubilar

Vaticano. El padre Aemilius fue destacado por Francisco por su tarea con niños pobres.

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Poco antes de su primera homilía, el papa Francisco celebró el trabajo del Liceo Jubilar y elogió a su fundador, el sacerdote jesuita Gonzalo Aemilius, con quien se estrechó en un abrazo en el Vaticano.

El papa Francisco agradeció ayer domingo durante una misa en una pequeña capilla del Vaticano el trabajo del Liceo Jubilar Juan Pablo II de Uruguay, poco antes de celebrar su primer ángelus en la Plaza de San Pedro.

"Quiero agradecerle su trabajo", dijo el papa Francisco abrazando frente al altar de la Iglesia de Santa Ana, llena a rebosar, al responsable de esta institución Gonzalo Aemilius que ayuda a niños y adolescentes.

El Papa argentino recordó el problema de los niños de la calle en Latinoamérica y la importancia de su educación.

El Liceo Jubilar es un liceo privado y gratuito del barrio Casavalle de Montevideo que tiene por objetivo brindar educación a jóvenes que viven por debajo de la línea de pobreza.

Financiado con donaciones, la institución es reconocida en Uruguay por los buenos resultados académicos de los jóvenes y por ofrecer cursos a adultos, muchas veces padres de sus 200 alumnos que decidieron retomar los estudios.

Concluida la ceremonia en la pequeña parroquia de Santa Ana, dentro de los muros del Vaticano, Francisco presentó a los fieles al sacerdote Aemilius, quien participó de la creación de la institución hace diez años.

Aemilius fue removido de la dirección del Liceo Jubilar por el arzobispo de Montevideo Nicolás Cotugno en noviembre pasado y trasladado como administrador parroquial de la Parroquia San Lorenzo (Puntas del Manga).

"RECEN POR ÉL". "Quiero hacerles conocer un sacerdote que ha venido de lejos. Que desde hace mucho tiempo trabaja con los niños de la calle, con los drogadictos. Para ellos ha hecho una escuela, ha hecho tantas cosas para hacer conocer a Jesús. Todos estos niños de la calle hoy trabajan, con estudio, y tienen capacidad de trabajo. Creen y aman a Jesús", dijo Francisco.

Y luego invitó a Aemilius a subir al estrado. "Te pido Gonzalo que vengas y saludes a la gente. Recen por él", indicó. Y agregó: "Él trabaja en el Uruguay. El es el fundador del Liceo Jubilar Juan Pablo II. Él hace este trabajo. No sé cómo hoy ha venido acá, pero lo sabré. Muchas gracias".

Luego, ambos se saludaron con un abrazo.

"En realidad NO lo puedo creer!!!! Un regalazo inesperado!!! Bueno, como todo lo q estamos viviendo!!! Sin palabras", publicó Aemilius en la mañana de ayer desde su cuenta de Twitter @gonzaloaemilius.

Luego publicó más tuits. Uno de ellos dice: "Gente querida!!! El reconocimiento es a tantos educadores y familias q se rompen todo xa darle a sus hijos lo mejor! Tenemos tanto xa dar...".

Y anunció por la misma vía que mañana martes, día de inicio del pontificado de Francisco, estará en la plaza San Pedro: "Mañana a la Plaza San Pedro con la bandera URU a full y bien temprano! El loco q va a estar saltando voy a ser yo!!".

En representación oficial de Uruguay asistirá a la entronización de Francisco el vicepresidente Danilo Astori.

Además de mostrarse entusiasmado por el encuentro, el director del Liceo Jubilar subió fotos donde se lo ve acompañando al papa Francisco, junto a otras postales de su visita a Italia para las primeras ceremonias del sumo pontífice.

Según informó el semanario Búsqueda el jueves pasado, el papa Francisco donó dinero al Liceo Jubilar cuando era cardenal.

Una zona populosa

El Liceo Jubilar se ubica en la llamada cuenca Casavalle, que comprende los barrios Borro, Bonomi, Municipal, Ellauri, Gruta de Lourdes y Nuevo Colman. Toda esta zona está conformada por un núcleo de viviendas antiguas y el surgimiento explosivo, en la última década, de asentamientos en terrenos públicos con construcciones muy precarias.

ESFUERZO DE TODA LA COMUNIDAD

El Liceo Jubilar Juan Pablo II surgió a instancias de los mismos vecinos del barrio Casavalle ante la dificultad de sus hijos adolescentes para poder continuar sus estudios una vez finalizada su educación primaria. Usualmente en esa zona los niños salen de clases superpobladas, ingresan al liceo con un gran déficit y suelen abandonar, por una conjunción de problemas como el trabajo infantil y adolescente, la falta de seguridad, la gran distancia con otros centros educativos, y las faltas. Este desafío fue asumido por la comunidad parroquial de la zona "Gruta de Lourdes", para fomentar el desarrollo de los adolescentes del barrio. La primera instancia de la comunidad fue recurrir a las autoridades de Enseñanza Secundaria para que se creara un liceo en la zona, no obteniendo respuesta concreta a sus aspiraciones.

Cuando comenzó su episcopado el arzobispo Nicolás Cotugno realizó una visita a las distintas comunidades, especialmente en las zonas periféricas. Al visitar esta comunidad, escuchó el reclamo de sus integrantes. Esto se vio como una necesidad tan importante, que fue asumido como símbolo de solidaridad de la Arquidiócesis. Su gestión ante organismos internacionales, permitió la construcción e implementación del local.

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