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Desde el gobierno plantean un plebiscito sobre la marihuana

Bonomi. El ministro dijo que la consulta sería luego de aprobada la ley

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Una nueva vuelta de tuerca del gobierno en el tema de la legalización de la comercialización de la marihuana: el ministro del Interior, Eduardo Bonomi, planteó que se apruebe la ley y luego sea plebiscitada.

Eduardo Bonomi por Arotxa

En el foro "Seguridad Ciudadana, Política de Drogas y Control de Armas" que se realiza en México, Bonomi defendió la política de drogas del gobierno uruguayo, que incluye legalizar la venta de marihuana.

La propuesta fue presentada por el Poder Ejecutivo en 2012, como parte de un paquete de medidas de seguridad que impulsó el presidente José Mujica, si bien a nivel parlamentario diputados de diferentes partidos trabajaban en proyectos de ley en ese sentido.

Pero a partir del anuncio del gobierno, las autoridades expresaron diferentes posiciones sobre la implementación del tema -varias de ellas contrapuestas- y a fin del año 2012 Mujica pidió a los legisladores frenteamplistas que postergaran la aprobación del proyecto de ley.

Ayer en México, Bonomi -uno de los ministros más cercano a Mujica- sumó un nuevo elemento. Dijo que "para que el debate se generalice hay que aprobar el proyecto de ley y vincularlo, inmediatamente, a un plebiscito que lo confirme o que derogue la ley sobre la regulación de la marihuana".

La semana pasada Mujica volvió a referirse al asunto, anunció que se proyecta un plan piloto en hospitales para un "suministro acotado" de marihuana y se pronunció en contra del autocultivo.

Sin embargo, pocos días antes el secretario de la Junta Nacional de Drogas (JND), Julio Calzada, había dicho que la modalidad de autocultivo de marihuana sería posible y legal, y que estaría incluida en el proyecto de ley que el Parlamento aprobaría este año.

Bonomi agregó más confusión: dijo que el proyecto incluirá el autocultivo y que en Uruguay el consumo de marihuana "es menor en comparación al problema que tienen otros países de la región", pero que el gobierno no está dispuesto a dejarlo crecer "más allá de lo que ya ha crecido".

Afirmó que el proyecto considera como cantidad para consumo personal 40 gramos y el gobierno uruguayo "ya adelantó que buscará que el precio del cannabis no supere al actual en el mercado negro, al que derrotaría por una simple ecuación: mismo precio, mejor calidad".

Agregó que "los mecanismos de implementación social de la nueva ley, a mediano plazo, serán mediante el autocultivo y clubes de membresía, cuestiones ya testeadas con éxito en otros países que involucran directamente a los usuarios y no al mercado legal a gran escala".

DESDE 2002. Según Bonomi, los problemas de narcotráfico, procesos de feudalización incipientes y bandas juveniles "se han dado en Uruguay después de la introducción de la pasta base de cocaína, en 2002, y han sido consecuencia del fortalecimiento del narcotráfico y del establecimiento de una red local de narcomenudeo".

Agregó que "recientemente se tienen indicios que modalidades, como el ajuste de cuentas y sicariato, se comienzan a dar en el Uruguay, afectando de manera cada vez más importante a los sectores sociales más humildes".

Para Bonomi, la marihuana "es desde hace muchos años la sustancia ilegal más consumida" y tiene "un importante nivel de legitimidad en la sociedad uruguaya". Señaló que su capacidad de generar dependencia física y psicológica "es de leve a moderada" y "se diferencia claramente en sus riesgos" de otras sustancias como la pasta base, el alcohol, el tabaco y los psicofármacos.

Dijo que las políticas que "siguen el modelo prohibicionista" en el país "han demostrado ser ineficaces para reducir los daños sanitarios, individuales y sociales asociados al consumo de marihuana", además de generar "una importante criminalización y exclusión de los usuarios".

"Lo que se intenta corregir es el fracaso de una estrategia internacional contra drogas declaradas ilegales que ni son todas ni son las que más daño producen", acotó.

Según Bonomi, "el punto de partido para una revisión de las políticas es el reconocimiento que el problema mundial de las drogas es un conjunto de desafíos sanitarios y sociales interrelacionados, antes que una guerra a ser ganada". Por ello defendió las medidas del gobierno en cuanto a la política antitabaco y el proyecto de marihuana más reciente.

Bonomi señaló en su discurso que Mujica "solicitó prolongar la discusión parlamentaria sobre la ley" hasta "alcanzar un consenso social sobre el tema" a pesar de tener mayoría en el Parlamento.

Recordó que una encuesta de la empresa Cifra indicó que el 64% de los uruguayos está en contra a la implementación de la ley que legaliza la comercialización de la marihuana y que solo un 26% la respalda.

FRENTE EXTERNO. En el gobierno son conscientes que la posibilidad que Uruguay legalice la producción y venta de marihuana genera expectativa en el exterior y que también puede generarle sanciones.

Por ello viajan autoridades al exterior y se recibe a expertos extranjeros. Desde el Poder Ejecutivo se hacer hincapié en que el objetivo es regular y controlar el mercado y no liberalizar. También en que el principal problema no son las drogas, sino el narcotráfico, cuestión en la que ha insistido el presidente Mujica.

A la presencia de Bonomi en México se sumará la del prosecretario de la Presidencia, Diego Cánepa, en Viena, donde representará a Uruguay en la Asamblea Anual de la Comisión de Estupefacientes de la ONU, donde defenderá la posición del país sobre la regulación del mercado de marihuana.

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