En septiembre de 2011 se aprobó por decreto la conformación del Fondo para el Desarrollo, denominado Fondes. Integrado por aportes de hasta un 30% de las utilidades del Banco República, se calcula que para el 2013 dispondrá de alrededor de US$ 120 millones para administrar. Su dirección está a cargo de una junta de tres miembros, uno en representación del Presidente de la República, otro representando a la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, y otro al Ministerio de Industria, Energía y Minería.
El objetivo para el que se creó el Fondes es el respaldo a proyectos productivos vinculados a sectores estratégicos, que son aquellas industrias que generan valor agregado a las materias primas y que requieren cierto nivel de desarrollo y un impulso desde el Estado para su concreción. Desde un inicio se planteó la posible asistencia a empresas autogestionadas, ya sea en la modalidad de cooperativas o ya sea en unidades productivas recuperadas por sus trabajadores, en la lógica de contener un fuerte componente tecnológico. La estructura del Fondes prevista implicaba formar cuatro fideicomisos para tratar las áreas de financiamiento, garantía de crédito, asistencia técnica no reembolsable y capital de riesgo. Para extender la colaboración del Estado en la actividad del Fondes, estos fideicomisos fueron exentos del Impuesto a la Renta de las Actividades Empresariales y del Impuesto al Patrimonio.
El Fondes ha cobrado cierta notoriedad en estos meses porque el Ejecutivo ha anunciado la intención de que participe en la reactivación de tres sonados emprendimientos: Metzen y Sena, Paylana y la nueva Pluna de los trabajadores.
En el caso de Metzen y Sena está pendiente que se arroje mejor luz sobre los préstamos que en el correr de 2009 la Corporación Nacional para el Desarrollo otorgó a esa empresa ya fundida. De acuerdo a las denuncias del diputado colorado Garino, habrían sido al menos 5 millones de dólares los que allí se destinaron para evitar que explotara la situación de Metzen y Sena antes de las elecciones de octubre de 2009. En el caso de Paylana, el voluntarismo de algunos trabajadores quedó claro cuando impidieron de forma ilegal la realización del remate de los bienes de la empresa, y hubo que dar lugar a una segunda instancia en la que el Banco República fue protagonista. Finalmente, las irregularidades del proceso de Pluna son tan notorias como evidente es la voluntad presidencial de favorecer, en esta etapa, a los ex-trabajadores de la empresa.
Ninguno de estos tres casos refiere a producciones vinculadas a sectores estratégicos. Aquí no hay industrias claves de promisorio futuro que agreguen valor genuino a las materias primas. Por el contrario: se trata de empresas fundidas a las que el Fondes ayudará en la vieja lógica capitalista-asistencialista que conoce el país.
La semana pasada el presidente dio a entender en su reunión con el Pit-Cnt que la apuesta por este tipo de emprendimientos de los trabajadores era una prioridad del gobierno. Y ya conociendo el tenor de las críticas que refieren a que son iniciativas asistidas que carecen de la lógica empresarial que se precisa para enfrentar la competencia internacional, Mujica señaló que igualmente prefería dar esta vez una oportunidad a los trabajadores, porque durante años se privilegió a empresarios a los que tampoco les fue bien y en algunos casos ni siquiera pagaron sus deudas bancarias.
El Fondes viene a ocupar así el lugar de una especie de corporación para el desarrollo bis. En efecto, el mal manejo que allí se hizo de los dineros públicos ahora se extenderá a una nueva entidad asistencialista que, en los hechos, abandona su lógica teórica de asistir a "sectores estratégicos" y se transforma en palanca de ayuda a empresas-compañeras endebles, subsidiadas.
Pero esta vez, en la perspectiva asistencialista de la izquierda, son los más humildes quienes financiarán al capitalismo-compañero. Porque todos sabemos que el Banco República genera sus utilidades también por los préstamos que otorga a los más pobres de la sociedad en tanto el lugar que ocupa como "banco país". Es el mundo capitalista del revés, y además, aplaudido por los compañeros del Pit-Cnt enamorados de la mitológica autogestión.
Es seguro que cuando la mayoría votó por un país de primera en 2009, no era éste.