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Privatizar Grecia sin ninguna certeza

Escenario. El gobierno debe tomar medidas drásticas para hacer frente a la crisis económica

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Los inspectores del gobierno partieron de Atenas hacia lo que pensaban era una prístina franja de costa sobre el mar Ioniano. Su misión era determinar en cuánto dinero podrían venderse esas playas, propiedad del gobierno griego.

Lo que los inspectores encontraron fueron 7.000 casas, ninguna de las cuales se suponía debía estar ahí. "Si el gobierno quisiera privatizar aquí, tendría que derribar todo", dice Makis Paraskevopoulos, el alcalde local. "Y eso nunca va a suceder".

Atenas estuvo de acuerdo. Borró a la localidad, Katakolo, de una lista de potenciales propiedades para vender. Pero a medida que Grecia redobla sus esfuerzos para recaudar miles de millones para reducir su deuda y avivar su economía, la situación en Katakolo ilustra los sobrecogedores obstáculos que tiene por delante.

En los tres años transcurridos desde que el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea requirieron por primera vez a Grecia que vendiera activos estatales, apenas se han recaudado 1.600 millones de euros (US$ 2.000 millones). A mediados de noviembre, los líderes europeos dijeron que Grecia necesitaba 15.000 millones de euros(US$ 20.000 millones) adicionales en ayuda en 2014 para cumplir con su meta de reducción de deuda, en parte porque no ha obtenido fondos a través de la privatización.

Ahora, la troika podría considerar recortar una meta ya reducida para que Grecia recaude 19.000 millones de euros (US$ 24.000 millones) para 2015 a unos 10.000 millones de euros (US$ 12.000 millones) mientras a los inversionistas les preocupa que Grecia tuviera que abandonar el euro. La troika está requiriendo que Grecia aún recaude 50.000 millones de euros (US$ 65.000 millones) en privatizaciones para 2022.

El FMI estima que esos fondos, si se materializaran, reducirían sólo en hasta un 1% la deuda de Grecia, la cual se espera aumente a un asombroso 189% de la producción económica de la nación en 2013.

Pero como la economía de Grecia se encamina a su sexto año de recesión, y el desempleo está en 25%, el objetivo inmediato de la nación es atraer cualquier inversión que pueda a través de arrendamientos a largo plazo de propiedades estatales para crear empleos y conseguir que el dinero fluya a las vacías arcas públicas.

"Esto pondría de nuevo en movimiento a la economía", dice Andreas Taprantzis, director ejecutivo del Fondo de Desarrollo de Activos de la República Helénica, una nueva agencia establecida para acelerar la privatización.

Mientras el primer ministro Antonis Samaras adopta medidas para asegurar 31.500 millones de euros (US$ 40.000 millones) adicionales de fondos de rescate de los acreedores, el razonamiento es que si se pudiera vender ahora un activo importante, los inversionistas se sentirán mejor sobre gastar su dinero en Grecia.

ESTRATEGIA. Los funcionarios están promoviendo insistentemente la oferta más tentadora de Grecia: OPAP, la altamente lucrativa compañía de apuestas en la cual el gobierno tiene una importante participación accionaria. Sus agencias de apuestas abundan en toda Atenas y en las aldeas griegas. Cuando el gobierno realizó una reciente gira de promoción para avivar el interés de los inversionistas, surgieron ocho ofertas, incluida una de una empresa china.

Sin embargo, la agencia de Taprantzis enfrenta una tarea desalentadora. La idea de que el país venda sus joyas de la corona pone un dedo en la llaga aquí. Muchos griegos dicen que el gobierno está cediendo a los decretos de la troika. Otros dicen que el gobierno está tan desesperado que los activos se venderán demasiado baratos.

Dada la cultura de clientelismo que penetra a los acuerdos de negocios en Grecia, a otros les inquieta que las propiedades terminen en las manos de oligarcas griegos poderosos que, según les preocupa a estos críticos, pudieran estar esperando la oportunidad de conseguirlas a precio de descuento.

El mandato de la agencia es eliminar los obstáculos legales vinculados con el enorme paquete de activos que se están ofreciendo en concesión. Alrededor de 15% de la cartera son participaciones accionarias en bancos y empresas de servicios públicos, así como la lotería nacional. La mayor parte, sin embargo, incluye propiedades que requerirían años de desarrollo y no generarían un flujo de fondos importante instantáneamente. Aproximadamente 30% comprende puertos, aeropuertos, autopistas y otras obras de infraestructura. El resto consiste de propiedades inmobiliarias y terrenos de primera. El interés es elevado.

Pero aun cuando se convenza a los inversionistas de depositar su dinero, las propiedades aún deben ser limpiadas de un matorral de complicaciones.

"La realidad es que los activos que han sido asignados al fondo no son propicios para la privatización", dijo una persona que ha estado involucrada en la iniciativa. "Casi todos están cargados de problemas".

Por ejemplo, aun cuando se espera que los inversionistas comprometan capital, los bancos extranjeros siguen mostrándose cautelosos de hacer préstamos para convenios en Grecia. Además, muchos activos están cargados de problemas legales. En muchos casos, esos problemas deben resolverse a través de decretos o legislaciones políticamente polémicas.

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