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Caros y peligrosos

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La alta imposición a los vehículos en Uruguay es histórica, existe hace 40 años y no persigue fines extrafiscales. Tiene una finalidad meramente recaudatoria.

Así y todo, el año pasado se vendieron 52.000 cero kilómetro, un récord histórico, y este año se van a vender cerca de 50.000. Es decir que el hecho de que sean de los autos más caros del mundo, que paguemos la nafta más cara del mundo, las patentes más caras del mundo -aún sin guerra de las patentes- no parece ser un obstáculo para la venta de autos.

El ajuste del 15% que se aplicará a partir del 1º de octubre sobre el Imesi abarcará a todos los vehículos por igual. En países como Alemania, Inglaterra, España u Holanda se ponen menos impuestos a los que contaminan menos. En otros países se ponen menos impuestos a los autos más seguros (los que tengan airbags, frenos Abs, etc.).

Pero Uruguay no persigue ninguno de estos fines. En el mejor de los casos se gravan menos a los que gastan menos, porque el Imesi es menor cuanto menor sea la cilindrada del auto. Pero tanto da que contamine menos o que sea más seguro. Y tampoco funcionan los impuestos como un aliciente a que no se vendan autos como queda de manifiesto. Y ello porque se venden autos chicos, baratos y desprovistos de elementos de seguridad.

Lo que llama la atención es que estando Uruguay ante una epidemia de muertes por motos y por accidentes de tránsito las autoridades no reaccionen.

Muere más de un uruguayo por día. Uno cada 16 horas, 560 muertes en el 2011. Más que en España, Estados Unidos, Holanda, Suecia, Argentina, y el 60% de los muertos iba en moto.

Cada vez se ven más sillas de ruedas en la calle, pero no se habla, por ejemplo, de encarecer los impuestos para reducir la venta de motos.

El caótico tránsito montevideano, fomentado desde la Intendencia con una falta de obra escandalosa, con falta de semáforos y una falta alarmante de obras viales, no está preparado para recibir motos.

No hay obra pública en calles en Montevideo, siguen siendo las mismas calles que hace 50 años. Todo lo arreglan flechando calles, pero no se construyen subtes, ni pasos elevados y el transporte público es malo y maltrata sistemáticamente a sus usuarios.

Por eso el lógico sueño del "auto propio", en Uruguay se acerca más a una necesidad.

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