BAGDAD | ANSA
Abu Mohammad al Adnany, vocero del "Estado Islámico de Irak", una filiación de Al Qaeda, afirmó en un mensaje en video que, tras la retirada de las tropas estadounidenses, su grupo tiene "absoluto control de la situación y puede golpear dónde y cuándo sea".
"La lucha es ahora en contra de la ocupación iraní y de sus agentes", advirtió Al Adnany.
"Los que piensan que ya no hay motivaciones religiosas para la lucha se equivocan, ya que este es el momento de la verdadera lucha", agregó. Al Qaeda apoya a las facciones religiosas sunitas, mientras que Irán apoya a la minoría chiíta.
El representante de la organización terrorista dijo que la ocupación iraní "no es menos que la de los estadounidenses".
Desde el 18 de diciembre, cuando finalizó la retirada de Bagdad del ejército de EE.UU., decenas de personas pertenecientes a las facciones chiítas fueron asesinados en distintos atentados en todo el país.
Irán, vecino de Irak, fue acusado a menudo por Washington de interferencias en Bagdad, gobernado actualmente por un gobierno de unidad nacional entre chiítas y sunitas, encabezado por el primer ministro chiíta Nuri al-Maliki, quien mantiene relaciones amigables con Teherán.
Sin embargo, el gobierno está en la cuerda floja, ya que la oposición del bloque laico-sunita Al Iraquiya decidió boicotear, a partir de diciembre, las reuniones gubernamentales y del Parlamento, tras una acusación de terrorismo contra el vicepresidente sunita Tareq al Hashemi el 19 de diciembre, apenas un día después de la partida de las fuerzas norteamericanas.
El jueves se realizó el funeral del mulá Nadhim al Jubury, asesinado el martes en Bagdad tras haber abandonado Al Qaeda, en lo que fue definido por analistas como un mensaje intimidatorio para evitar que otros militantes dejen las filas de la organización extremista.
Al-Maliki definió al exmiliciano como "un mártir" que pagó con su vida por escoger el camino de "la unidad, de la solidaridad y la erradicación de la violencia religiosa".