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Cantante de Metallica a las pedradas

José Ignacio. Estaba tomando un helado y reaccionó contra los fotógrafos; uno lo denunció

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PUNTA DEL ESTE | M. GALLARDO

Descubrió Punta del Este hace años, gracias a su esposa argentina. Pero siempre mantuvo un perfil bajo. El domingo, el frontman de Metallica corrió a pedradas a varios fotógrafos y protagonizó el primer escándalo de la temporada 2011-2012.

James Hetfield estalló. Iracundo la emprendió a pedradas contra el grupo de reporteros gráficos, casi todos de revistas argentinas, que lo había seguido hasta la heladería Freddo, en José Ignacio, el domingo de Navidad. Uno de los fotógrafos lo denunció en la comisaría 13.

"El tipo estaba tomando un helado. No era una situación complicada para que reaccionara de esa manera. Incluso la gente que pasaba lo saludaba, porque lo reconocieron enseguida", contó a El País el fotógrafo de la revista Hola, Gastón Renis, una de las víctimas del iracundo rockero.

Hetfield había pasado la Nochebuena en la finca de José Ignacio a la que suele venir junto a su esposa Francesca Tomasi y sus hijos. En realidad lo hace desde hace años y su presencia suele pasar inadvertida.

Este músico de 48 años nacido en el condado de Los Angeles (California, EE.UU.) y líder de una de las bandas de rock más importantes de las últimas dos décadas (acaban de cumplir 30 años, de hecho), viene de una estirpe muy peculiar. Tiene ascendientes alemanes, ingleses y escoceses. Es hijo de un rudo camionero y una cantante de ópera. Su madre murió cuando él tenía 16 años sin recibir tratamiento para el cáncer, ya que la religión a la que pertenecían, la Ciencia Cristiana, se lo prohibía.

Sin embargo, y sobre este último punto, el vocero de la Ciencia Cristiana para el Uruguay, Leonel Milone, negó esta religión prohiba recibir este tipo de tratamiento ya que se "entiende que eso es una decisión privada de cada individuo", de acuerdo a un mensaje enviado a EL PAÍS digital.

Aunque Hetfield desarrolló su imagen de recio metalero desde la formación de la ya mítica banda a principios de la década de 1980, su pasaje por Uruguay siempre ha tenido un tono reposado. El músico va a la playa con sus hijos -estaba con uno de ellos, Castor, cuando el episodio- y pasea con su esposa Francesca Tomasi.

Cualquiera que los vea no advertirá otra cosa que una familia de "gringos" disfrutando sus vacaciones. Aunque alguno de sus fans termina por "descubrirlo" año tras año.

El domingo paseaba en un scooter con su hijo y fue advertido por los fotógrafos, que lo siguieron a la heladería.

Cuando Hetfield advirtió la presencia de los fotógrafos en las afueras del local, bajó los dos escalones a la calle y tomó algunas piedras que arrojó sin más a los reporteros. "Estaba totalmente sacado", contó uno de ellos más tarde.

El incidente no provocó más que alguna abolladura al auto de uno de los fotógrafos, que presentó denuncia contra el músico en la comisaría local.

Cuando la Policía comunicó el incidente a la jueza letrada de turno, esta ordenó que le elevaran todos los antecedentes relacionados con el hecho. Tal vez Hetfield deba ir a responder ahora por su reacción de inusitada violencia en un estrado.

De hecho, hace algunos años, la edición estadounidense de la revista Rolling Stone publicó una foto de Hetfield en la playa de José Ignacio junto a una de sus hijas en la que se lo veía arrojando piedras. Al mar.

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