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Critican sumisión de Mujica a Argentina

Malvinas. La oposición fustigó al gobierno por prohibir el arribo de barcos con bandera de las islas en disputa . Un incidente con un barco pesquero español mostró la creciente presión argentina

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La oposición tachó de "sumisa" y "obsecuente" la prohibición de que barcos con bandera de Malvinas usen los puertos nacionales. Ayer, un pesquero español debió resguardarse en aguas uruguayas tras ser perseguido por un guardacostas argentino.

El senador nacionalista y expresidente Luis Alberto Lacalle, condenó la actitud del presidente José Mujica de bloquear el ingreso de buques comerciales con bandera de las islas Falklands. "No puede ocurrir que se ejerzan sobre nuestro gobierno presiones indebidas que perjudiquen los intereses del Uruguay", advirtió.

"Todos los gobiernos civiles, e incluso durante la dictadura militar, han acompañado a la República Argentina en su reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas", recordó Lacalle. "Aunque puede haber una posición relativa a embarcaciones de guerra que vayan hacia las Malvinas del Reino Unido, muy distinto es que estemos perjudicando nuestros legítimos intereses de ser el puerto de los barcos pesqueros del Atlántico Sur", señaló Lacalle.

Para el expresidente, la medida que tomó el gobierno uruguayo "ahuyenta a los pesqueros del Uruguay", en una actitud que calificó de "excesivamente obsecuente con la República Argentina".

"Esta actitud de estar poco menos que esperando la señal del gobierno argentino, no es lo que queremos los orientales y perjudica gravemente los intereses nacionales", sentenció.

Por su parte, el líder colorado, Pedro Bordaberry, también rechazó la actitud del gobierno uruguayo. "Alcanza con que apenas llame el Palacio San Martín (sede de la cancillería argentina), para que el gobierno uruguayo salga corriendo a hacer las cosas. Y cuando el Palacio Santos pide algo, lleva meses", indicó Bordaberry.

"Esta forma de reaccionar del Uruguay, que en 24 horas para el país para cumplir los pedidos del canciller Héctor Timerman y de la presidenta Cristina Kirchner, no sucede a la inversa", comentó el líder de Vamos Uruguay. "No sucede con lo que hace el señor Guillermo Moreno con los precios de referencia, con el dragado del canal Martín García o con las autorizaciones que están trancadas en la CARU para la construcción de un puerto en Barranca de los Loros, en Nueva Palmira", enumeró.

De todos modos, Bordaberry consideró "correcta" la actitud en cuanto a la prohibición de que barcos pesqueros con bandera de las Falklands arriben a puertos uruguayos. "Eso nos parece correcto y es lo que se hacía durante los gobiernos colorados", comentó el senador.

Pero Bordaberry destacó que esta actitud "tiene que venir acompañada por el hecho de que sí se permita operar barcos de bandera británica".

En tanto, el senador afirmó que "Uruguay hace muy mal en cerrarse exclusivamente a su relacionamiento con Argentina", y recordó que "en 1817, cuando Pueyrredón avalaba la invasión portuguesa a la Provincia Oriental, Artigas no dudó en hacer un tratado de libre circulación y comercio conjuntamente con la corona británica". Agregó que "si hoy Argentina nos cierra, si Brasil mira para otro lado, tenemos que abrirnos a otros lugares".

Por su parte, el líder del Partido Independiente, Pablo Mieres, opinó que la decisión del gobierno de prohibir el arribo a puertos uruguayos de barcos con bandera de Islas Malvinas "es un error político increíble" y reclamó que se deje sin efecto esa medida.

"No sé si cuando se resolvió esto se evaluó el impacto que iba a tener, pero lo que demuestra es una falta de profesionalidad muy grande de la Cancillería", dijo Mieres al ser consultado ayer por El País.

"Lo único que explica esto es la actitud de sumisión -que a esta altura es muy preocupante y creciente- del gobierno uruguayo con respecto al argentino a cambio de nada, porque mantiene las mismas actitudes lamentables que venimos soportando hace mucho tiempo", cuestionó Mieres.

Recordó que desde la Guerra de las Malvinas, Uruguay no permite el acceso a sus puertos de buques de guerra británicos, en una señal de "solidaridad política lógica" con el gobierno argentino. Pero esa decisión aplicada a barcos comerciales carece de lógica, porque a nivel marítimo "no existe la bandera de Islas Malvinas", dijo Mieres.

Sin embargo, ayer el Congreso de Intendentes respaldó la actitud de Mujica con respecto a los buques con bandera de las Islas Malvinas.

Luego del encuentro entre los intendentes y el primer mandatario ayer en Anchorena para ultimar detalles de la patente única, el jefe comunal de Colonia, el nacionalista Walter Zimmer, destacó, en nombre del Congreso de Intendentes, "la valentía y el coraje" del presidente al impedir que barcos con bandera de las Islas Malvinas atraquen en puertos uruguayos.

A su vez, el gobierno británico expresó esta semana su malestar con Uruguay por la reciente medida, y pidió explicaciones al embajador uruguayo en Londres. "La decisión de Uruguay es potencialmente muy inquietante", advirtió el jueves el Foreign Office del Reino Unido.

Persecución. Un incidente entre un guardacostas argentino y un pesquero español, que se resguardó en aguas jurisdiccionales uruguayas, tensó ayer la situación diplomática entre los tres países.

El comandante de la Armada, Alberto Caramés, explicó ayer a El País que un avión de la aviación naval acompañó al buque español mientras navegaba por aguas uruguayas "para proteger su libre navegación y permitir que salga a altamar por aguas uruguayas".

Según Caramés, el episodio fue monitoreado de cerca por Mujica y por el ministro de Defensa, Eleuterio Fernández Huidobro y el canciller Luis Almagro.

A las 08.30 de ayer, el pesquero español "Villa Nores", de 41 metros de eslora, zarpó desde el puerto de Montevideo, su base de operaciones, con destino a la zona de faena en el Atlántico Sur, y con la patente concedida por la autoridad británica para pescar en el área de las Islas Malvinas.

Horas después, a unas nueve millas náuticas al sur de Piriápolis, en aguas de uso común del Río de la Plata, el barco fue interceptado por el guardacostas "GC24 Mantillas" de la Prefectura Naval Argentina.

En un episodio que Caramés calificó de "acoso radial", el guardacostas le indicó al capitán español que de acuerdo a lo establecido en el decreto 256/2010 del gobierno argentino, le comenzaría a realizar una serie de preguntas relacionadas con destino del buque, el nombre del capitán, del armador y la cantidad de tripulantes, entre otras cuestiones.

El oficial argentino le dijo al capitán que su buque había navegado por aguas argentinas, por lo cual debería contar con la autorización correspondiente. Además, la unidad argentina intimó al patrón de la embarcación española a que parara máquinas con el objetivo de ser abordado por una dotación de presa de efectivos navales.

El capitán no hizo caso a la orden impartida desde el buque argentino, y se contactó con el agente marítimo de la empresa Tranship de Montevideo, quien le recomendó que retornase a aguas jurisdiccionales uruguayas. El pesquero aumentó la velocidad para ingresar a la zona de siete millas náuticas de jurisdicción exclusiva uruguaya, que va desde Colonia a Punta del Este. El navío argentino, en tanto, permaneció navegando en paralelo al buque pesquero, a unas 30 millas náuticas, en aguas comunes del Río de la Plata.

El incidente fue monitoreado desde el centro de control marítimo de la Prefectura de Puerto de Maldonado, dependiente de la Jefatura Océano Atlántico de la Prefectura Nacional Naval. Desde la unidad ubicada en el puerto de Punta del Este se contactó al patrón de la embarcación española para conocer la situación y su intención.

Mientras tanto, el comando de la Armada dispuso el despegue de la aeronave de patrulla marítima Beechcraft Super King Air 200 T de los Escuadrones de la Aviación Naval de Laguna del Sauce.

La aeronave de exploración marítima sobrevoló al pesquero y al guardacostas argentino tomando imágenes que incluyen la latitud y la longitud de sus respectivas ubicaciones.

Las imágenes con los referidos datos permitirán establecer si el guardacostas en algún momento violentó la soberanía del país al traspasar los límites establecidos.

Anoche había cierto nerviosismo en esferas del gobierno sobre si el guardacostas argentino continuaría siguiendo al pesquero en aguas internacionales para abordarlo y conducirlo a un puerto de su país en calidad de detenido. Finalmente, el pesquero continuó hasta la altura de Isla de Lobos y luego ingresó en aguas internacionales hacia su destino de trabajo, y no fue abordado por el buque argentino.

Según Caramés, la Armada "hizo soberanía" y aseguró "que los buques de tercera bandera puedan salir a altamar sin inconvenientes para llevar a cabo sus faenas".

El incidente constituye un aumento de la presión argentina sobre los barcos pesqueros que operan en el Atlántico Sur desde el puerto de Montevideo. El caso causó un gran malestar y preocupación entre los operadores marítimos que se encargan de abastecer a estos barcos.

En los últimos tiempos, naves argentinas interceptaban a los pesqueros que zarpaban desde Montevideo para cumplir un "amedrentamiento radial", exigiendo por ese medio de comunicación todo tipo de detalles sobre el barco.

La presión argentina se hace sentir desde un año atrás, lo que motivó que los barcos pesqueros que operan desde Montevideo no pasen más al oeste de la isla de Flores. Por las presiones argentinas, los pesqueros de cualquier nacionalidad, navegan dentro del corredor de siete millas náuticas de jurisdicción uruguaya y a la altura de Punta del Este se internan al Océano Atlántico.

Críticas de la oposición

Lusi A. Lacalle

Partido nacional

"La actitud (de Mujica) de estar esperando la señal del gobierno argentino perjudica gravemente los intereses nacionales"

P. Bordaberry

Partido colorado

"Uruguay hace muy mal en cerrarse exclusivamente a su relacionamiento con Argentina. Tenemos que abrirnos a otros lugares"

Pablo Mieres

P. Independiente

"Lo único que explica esto es la actitud de sumisión del gobierno uruguayo con respecto al argentino a cambio de nada".

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