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Montevideo se inscribe en el mapa de las bienales

"El Gran Sur". Artistas de cinco continentes formarán parte de la muestra en 2012

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Alejandra Volpi

La primera Bienal de Arte de Montevideo se realizará entre octubre y noviembre de 2012 en la Rural del Prado. El curador de la muestra, Alfons Hug, destaca que con esta actividad "Uruguay puede recuperar su estatus de potencia cultural".

Bajo el lema El Gran Sur, la bienal uruguaya reunirá a cincuenta artistas de los cinco continentes, que ofrecerán diversas lecturas sobre el sur y su relación con el resto del mundo. El punto cardinal entendido como un espacio físico pero también como una idea espiritual e intangible. El curador, de origen alemán, Alfons Hug, ya trabajó anteriormente en las bienales de San Pablo, Ushuaia, Venecia y Curitiba, y actualmente dirige el Instituto Goethe de Río de Janeiro.

Mediante este enfoque, pretende "establecer si existe una estética propia bajo la Cruz del Sur". "Nos planteamos si hay una serie de temas, formas, colores y texturas que destaquen en las obras de esta parte del mundo", expresa. Y cita a Torres García, quien hablaba de "la particular luz blanca, el color ocre del Río de la Plata y la humedad que tiñe todo de verde". También menciona a Borges, que defendía la sonoridad del sur como palabra.

"Una de las metas de la bienal es investigar cuál es el estado del arte en esta parte del planeta", precisa. Pero especialmente en Uruguay, "que ya fue la cuna de la modernidad a comienzos del siglo XX, luego pasó un poco a segundo plano y ahora da señales de un resurgimiento y una revalorización de su identidad".

Esta actividad persigue por definición una concepción global. Por ende, habrá obras de artistas del Norte, de Asia y otras zonas del mundo. Sin embargo, el potencial cultural de la muestra es aún más importante, porque según Hug, en el Río de la Plata los museos "no necesariamente cumplen esa función (globalizadora), o tienen (en general) una vocación más local o regional".

En torno a una bienal surge una masa crítica específica y "el metabolismo cultural" funciona más rápido, dada su naturaleza integradora, a diferencia de muchos museos que tienen la tradición de investigar y guardar obras.

En Europa la realidad es opuesta. Para Hug en ese continente las bienales son "menos necesarias porque los museos y centros culturales asumieron ese papel". Pero "acá es oportuno poner a la escena local en contacto con el arte global, porque Sudamérica está un poco aislada todavía".

Resulta curioso el desarrollo que han tenido las bienales en las últimas dos décadas en países emergentes: "lo mismo pasó en Asia, Shangahi, Seúl y Porto Alegre, por ejemplo. Uruguay está viviendo un momento muy dinámico en la economía y en lo político, así que es el tiempo ideal". Cada vez que Hug visitó Montevideo en estos últimos diez años, siempre vio "obras buenas". Entre ellas la de Gustavo Tabáres, que continúa disponible en el Museo Nacional de Artes Visuales. Tabáres, además es el director artístico de la bienal.

Por otra parte, Uruguay impone un desafío extra al elegir un predio asociado al campo para emplazar la actividad, cuando el arte contemporáneo es principalmente un hecho urbano. Aunque la Rural del Prado no será el único espacio elegido para las exposiciones (se sumarán museos, centros culturales, galerías de arte, espacios públicos y hasta el puerto y el Aeropuerto de Carrasco), en sus pabellones se exhibirá lo más destacado.

Hug señala que si bien no puede hablarse de una tendencia mundial en el arte debido a su diversidad, advierte que en África y Asia pueden econtrarse hoy nuevas expresiones de arte moderno y esto es gracias a la función que cumplen este tipo de intercambios. La bienal, que forma parte de los Fondos de Incentivos Culturales (es decir que las empresas que colaboren recibirán beneficios fiscales) es de gran importancia para Uruguay, porque le permite "reconquistar su estatus de potencia cultural". O al menos, ese es el augurio del curador. "Se trata de algo mucho más grande que una exposición temporal, es un esfuerzo colectivo de muchos actores y un evento de alcance global. Es importante tener en cuenta que la cultura genera riqueza no solamente a nivel simbólico, también da ganancias en lo material a largo plazo", concluye.

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