Piquete, modalidad sindical en auge

Justicia. Desde 2008 ha emitido cinco fallos en contra del bloqueo de plantas industriales | Son 14 personas que habían estado en el piquete

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P. MELGAR / P. MELÉNDREZ

Ser piquetero paga. Los sindicalistas detectaron que los piquetes implican menos riesgos que las ocupaciones. Los cortes en las puertas de fábricas son una constante durante los conflictos. Los huelguistas saben que tras un piquete hay arreglo.

Bastan unas lonas y la voluntad del sindicato para acampar frente al lugar de trabajo, trancar la salida de la producción y obligar a los no huelguistas a sumarse involuntariamente a la medida. En pocos minutos se instala el piquete o cantón.

Los piquetes sirvieron al sindicato metalúrgico (Untmra) en el último conflicto para esquivar los desalojos de las fábricas. La Justicia ordenó el desalojo de las plantas, y esos fallos generaron un quiebre en la discusión sobre la legalidad de las ocupaciones de lugares de trabajo como extensión del derecho de huelga.

La Untmra se replegó y colocó a sus hombres en la entrada de las fábricas para trabar o entorpecer la entrada y salida de gente y mercadería.

Pero la Untmra los denominó "cantones" para diferenciarse de los sindicatos argentinos.

En los hechos la medida tiene el mismo efecto que la ocupación ya que evita que las industrias puedan trabajar con normalidad hasta que se llegue al acuerdo.

El abogado laboralista Nelson Larrañaga Zeni, socio del estudio Ferrere, consideró que "hay un aumento del uso del piquete como medida gremial" y comentó que, por ejemplo, en el reciente conflicto que tuvo lugar en el sector metalúrgico, "hubo una combinación de ocupaciones con piquetes".

A juicio del abogado, la mayor utilización del piquete gremial radica en que los sindicalistas se dieron cuenta de que "parándose delante del portón de la fábrica pero sin ingresar, tienen menos responsabilidades en relación a los bienes de la empresa".

Para el Pit-Cnt el piquete es producto de "las urgencias" y de la necesidad de "acortar camino" y lograr "la atención de la prensa", admitió Ismael Fuentes, integrante del Secretariado de la central obrera.

En tanto, la Cámara de Comercio (CNCS) considera que los piquetes configuran una medida "horrible, importada de otros lados" que "vulnera los derechos de las personas", según afirmó el presidente de la cámara, Marcelo Lombardi.

Para el empresario la preocupación radica en la falta de acción policial "cuando es claro que se vulneran derechos".

En los últimos días unos 20 trabajadores impidieron mediante un piquete la salida de la producción de arándanos en un establecimiento de Quebracho, Paysandú (ver nota aparte). La medida implicó la perdida de unos 300 puestos de trabajo y unos US$ 200 mil de facturación para la empresa.

Bastó que la empresa no aceptara instalar un ámbito de diálogo para que el sindicato se instalara en la entrada del campo y trancara la salida de la producción, valuada en US$ 200 mil, según sindicalistas.

Rosina Rossi, ministra del Tribunal de Apelaciones Laboral de 1er Turno, opinó que las medidas gremiales de lucha como los piquetes o las ocupaciones "entran perfectamente" en lo que prevé el artículo 57 de la Constitución que establece que la huelga "es un derecho gremial".

"El conflicto es un instituto natural en el relacionamiento colectivo, no es una situación anormal, todo lo contrario", señaló. Agregó que para analizar estos casos hay que evaluar "lo que permite y lo que no" el ordenamiento jurídico.

Larrañaga, en cambio, opina que "el piquete es tan ilícito como la ocupación, porque en definitiva vulnera los mismos derechos, que son la libertad de trabajo, de empresa y de propiedad", indicó el abogado, que ha publicado varios libros en relación a la temática, algunos de ellos de reciente aparición.

Hay cinco fallos que consideraron ilegítimos los piquetes; la primera resolución tuvo lugar en diciembre de 2008 en relación a un frigorífico de Las Piedras.

Las acciones de amparo de empresarios o de trabajadores no sindicalizados se tramitan ante juzgados civiles y no laborales, ya que se trata de conflictos colectivos.

Tabaré Sosa, ministro del Tribunal de Apelaciones Civil de 2° Turno, dijo que para la Justicia los reclamos por piquetes gremiales "son algo nuevo".

"Todavía no lo tenemos estudiado", indicó Sosa, quien recalcó que los jueces deben analizar la temática siempre desde la óptica del caso concreto que tienen a su cargo. Sosa señaló que "no hay un aluvión de casos", y al respecto dijo que el tribunal que integra tuvo un solo caso por piquete en este año.

En función de un decreto del Poder Ejecutivo emitido el año pasado tras la ocupación de la sede de la Suprema Corte de Justicia y la Intendencia de Tacuarembó, se estableció que ese tipo de medidas en edificios públicos son ilegales y, por tanto, se creó un protocolo entre los ministerios de Trabajo e Interior para los desalojos.

Paga. Cada vez que los sindicatos asumen una medida de esas características "saben que tienen todas las de ganar", dijo un alto dirigente empresarial. En el caso de la Untmra el objetivo era alcanzar un convenio que consiguieron. Hace un año, en el medio de la negociación colectiva, los trabajadores de una empresa de transporte cortaron la entrada a Zonamerica; también encontraron una solución al conflicto.

La central sindical entiende que dar participación a la Justicia Civil es contrario al "espíritu de los planteos de la OIT que considera la ocupación como una extensión del derecho de huelga", dijo un sindicalista.

"Se están judicializando las relaciones laborales, tenemos que apelar al diálogo entre empresarios y trabajadores. Son comunes las presentaciones ante la Justicia Civil que solo mide los aspectos de la propiedad material y no los valores del relacionamiento laboral", señaló el dirigente sindical.

Piquetes en Interior y Montevideo

Los trabajadores que hasta ayer mantenían un piquete frente al predio de la empresa Costa de Oro en Paysandú, ingresaron al campo y ocuparon la planta (foto de arriba). En el medio, el piquete al frigorífico Pul de Cerro Largo, durante uno de los tantos conflictos en esa empresa. Abajo, un piquete a la entrada de Zonamerica en noviembre de 2010 por parte de una de las empresas que operan en ese complejo. Cada día la medida se aplica con mayor frecuencia por parte de sindicalistas.

Paysandú: ocupan campo y empresa

Un grupo de 14 trabajadores de la Organización Sindical de Obreros (Osdor) tomaron ayer la plantación de arándanos y las instalaciones de la empresa Costa de Oro localizada en la zona de Quebracho, Paysandú.

El producto de esta zafra, destinado a la exportación, ya se perdió por efecto del piquete que el sindicato impulsó hace diez días. La medida sorprendió a los empresarios ya que habían pactado una reunión para el lunes con el director de Trabajo, Luis Romero.

Los sindicalistas aseguraron que la ocupación es la única herramienta de lucha que queda. "Estos señores desoyen las necesidades de los trabajadores y traen cuadrillas desde otras zonas con lo que ignoran la localía de los trabajadores de Quebracho", dijo Fernando Gutiérrez, líder de la ocupación.

Por otro lado, los trabajadores pretenden que Costa de Oro pague los mismos salarios que otras empresas de la zona que alcanzaron un convenio colectivo.

La empresa envió telegramas a los trabajadores, entre ellos a los líderes gremiales, que no se presentaron a trabajar por haberse sumado al piquete. Para los sindicalistas se trata de persecución sindical y el asunto se sumó a las reivindicaciones.

El jueves Osdor debió levantar el piquete como consecuencia de una orden judicial. La medida de ocupación fue ejecutada en plena tarde de ayer viernes con conocimiento del Secretariado del Pit-Cnt y el plenario intersindical de Paysandú.

El jefe de personal de Costa de Oro, José Diz, estimó que el piquete dejó perdidas por US$ 200 mil ya que 40 mil kilos de fruta no pudieron ser cosechados.

"La fruta está pendiente en los árboles, fuera de punto y sobremadura, por lo que no tiene la calidad para ser exportada como fresca", aseguró Diz. En el momento se explora la posibilidad de destinarla a la industria local pero los valores de colocación son muy inferiores.

"Otro perjuicio es la pérdida de los empleos dados en la localidad y en Paysandú", dijo Diz, al indicar que el día de inicio del piquete habían trabajando 170 personas, y que en algunos días aumentó a más de 200.

El piquete fue armado por unas 20 personas, de las cuales 14 fueron las que ingresaron a la ocupación efectivizada ante escribano, aseveró Diz.

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