Publicidad

Plantearán reparar acceso a Rivera por ruta 27 tras accidentes fatales

Tránsito. Es una carretera estrecha, sin banquinas, oscura y con repechos

Compartir esta noticia
 20111112 500x339

RIVERA | FREDDY FERNÁNDEZ

Tras el accidente fatal del martes, en el que perdió la vida un inspector de tránsito, el intendente Marne Osorio, iniciará gestiones ante el MTOP para "realizar una importante inversión" en un tramo de la ruta 27 de poco más de un kilómetro.

Dos siniestros fatales en menos de un año dejaron en evidencia lo peligroso que resulta el tramo de ruta 27 que va desde el control sanitario hasta el empalme con Ruta 5.

En el primero de los siniestros, en diciembre del año pasado, un ciclista perdió la vida luego de ser arrollado por un conductor que al rebasar un vehículo, se encontró sorpresivamente con dos ciclistas que circulaban en paralelo en lugar de hacerlo en fila india. Uno de los pedalistas fue embestido de frente y perdió la vida en el acto.

En el segundo accidente, hace pocas horas, perdió la vida un inspector de tránsito que realizó una maniobra imprudente con tan mala fortuna que chocó frontalmente contra una camioneta dejando de existir en el lugar.

La ruta es estrecha, sin banquinas. Tiene varios repechos y el pavimento está sumamente deteriorado. Esos son algunos de los problemas cotidianos que deben enfrentar los conductores y peatones.

Por allí circulan ómnibus departamentales, interdepartamentales y cientos de vehículos de vecinos que viven en el centro poblado cercano: Lagos del Norte.

Diariamente, además, circulan decenas de pesados camiones cargando madera. En verano la situación es aún más compleja, porque los fronterizos salen de la ciudad "disparando del intenso calor" y van a los balnearios de la zona. Muchos estacionan sus vehículos al borde de la ruta.

Al final de cada jornada, especialmente los domingos, se pueden observar caravanas de autos, camionetas y motos que retornan a la ciudad. En esa instancia se constatan múltiples imprudencias, la mayoría sin mayores consecuencias.

A la constante construcción de viviendas en el Norte de la ruta, en "Parque de la Pedrera", hay que agregar que allí tienen su sede una empresa de transporte y el Depósito Fiscal Único, además del cementerio parque y el campus de un colegio privado.

A raíz del intenso tráfico, los vecinos viven "con el Cristo en la boca". A eso hay que sumarle las tristemente célebres picadas que protagonizan menores y mayores y que no siempre pueden ser disueltas o fiscalizadas.

Pese a que este punto conflictivo está a pocos metros del destacamento de Policía Caminera, la presencia de efectivos es muy esporádica; en el mejor de los casos, hay tres funcionarios por turno para cubrir un territorio que se extiende al Este hasta el límite con Cerro Largo; al Sur cubre 78 kilómetros hasta Manuel Días, y otros 120 al Oeste, hasta Masoller.

Además, los uniformados deben recorrer los 8 kilómetros de ruta al aeropuerto, y las rutas 28 y 29 que unen la capital departamental con Minas de Corrales.

RAZONES. La imprudencia de conductores y peatones es el principal componente. A esto hay que sumarle el estado del pavimento y la falta de señalización. En el lugar hay un intenso tráfico durante todo el día. En ese tramo circulan diariamente autos, motos, camiones y bicicletas, además de cientos de carros que transportan los más variados productos. Muchos de esos carros carecen de una adecuada señalización.

Desde mayo, además, hay que sumar el trasiego cotidiano de los móviles policiales que van a la cárcel, con el natural incremento los días de visita.

Aunque parezca irónico, la estrecha carretera, sin banquinas, tiene espacio, como para construir tres carriles paralelos.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad