En caso de impago selectivo de la deuda de Grecia, los depósitos bancarios de los particulares están protegidos hasta un máximo de 100.000 euros, según un mecanismo adoptado tras la crisis financiera de 2008, pero la supervivencia de los bancos peligra.
El ministerio griego de Finanzas prolongó discretamente en mayo por cinco años, hasta diciembre del 2015, una garantía del gobierno para los depósitos bancarios que había sido acordada después de la crisis de 2008, y que iba a expirar inicialmente a finales del 2011.
La garantía, acordada por la TEKE, Hellenic Deposit and Investment Guarantee Fund, cubre hasta 100.000 euros por ahorrista, y estaba destinada a evitar la fuga masiva de capitales iniciada a principios del 2010 cuando estalló la "crisis griega".
"Los bancos griegos han perdido 70.000 millones de euros desde el pasado año de los depósitos bancarios, es enorme", dice a la AFP Gerasimos Sapountzoglou, profesor de economía bancaria de la Universidad de Atenas.
Ahora, la incógnita para las entidades bancarias helenas -dos de ellas no superaron las pruebas de resistencia europeas- es saber si son capaces por sí mismas de absorber el impacto de un ´default´ parcial, escenario que no formaba parte de los test de estrés europeos.
Las entidades de crédito griegas serían las más vulnerables en Europa dado que poseen 48.000 millones de euros en títulos griegos, tanto como el Banco Central Europeo (BCE).
Según el proyecto de acuerdo de Bruselas, el punto positivo es que podrían vender títulos soberanos en el mercado secundario. "Será bueno para los bancos", dice Sapountzoglou.
Pero las ventas pueden hacerse a pérdida. "El mercado estima en un 50% de media el valor de la reventa" de los títulos de deuda griega, subraya un analista de un banco francés que pidió el anonimato.
Esto supondría una pérdida potencial de 24.000 millones para los bancos griegos si decidieran deshacerse de un golpe de todos los títulos. Lo que sería insostenible.
La hipótesis de una nacionalización surge, al igual que lo han hecho varios países europeos después de la crisis de 2008. Pero en caso de Grecia es difícilmente imaginable dada la extrema debilidad de las finanzas públicas.
Por ello, el principal interrogante es saber si el sector bancario griego podría obtener un apoyo o una recapitalización procedente del exterior, se preguntaban los analistas.
Las opciones van desde la recompra por bancos extranjeros a una participación del Fondo de Solidaridad europeo.
Otro problema que hay que solucionar, mucho más inmediato, es el del acceso a la liquidez de los bancos griegos, ya asistidos por el BCE.
Según diplomáticos europeos interrogados por la AFP, la Facilidad Europea de Estabilidad Financiera (FEEF) será garante de los títulos de la deuda griega mientras dure el impago parcial de Grecia, aunque el Banco Central Europeo (BCE) los aceptará pese a todo como "colaterales" para prestar dinero a los bancos, según estos diplomáticos.
Una de estas fuentes ha cifrado en 20.000 millones de euros estas garantías por un default de unos días.
También se podrá activar, en un primer momento, el mecanismo ELA (facilidad de préstamo de emergencia) que ha beneficiado a los bancos irlandeses, podría activarse.
En las calles, bajo el sofocante calor de Atenas del jueves, no había ningún movimiento de pánico ante los cajeros automáticos de los bancos.
Delante de un cajero de Alpha Bank, Stephanos Kotsakis constata que su jefe le paga "con retraso desde hace varios meses". "No tengo miedo de la bancarrota de mi banco, no tengo ahorros".
"Para mí la bancarrota ya se ha producido", dice. "Los que tenían ahorros hace tiempo que se los han llevado al extranjero", lamenta.
AFP