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La policía como un trabajo de familia

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Los productores de "Los Soprano" vuelven con una teleserie que cuenta su historia desde el otro lado de la frontera de la ley. "Blue bloods" no se centra en una familia de mafiosos sino en los policías.

Blue bloods, que comenzará a exhibirse a través del canal para abonados Liv a partir del próximo lunes 14 a las 23 horas, es en realidad una creación de dos de los integrantes del equipo de producción de Los Soprano, Mitchell Burgess y Robin Green, responsables también de los libretos de varios de los capítulos de ambas series.

Pero si hay diferencias entre ambas series, también existen lazos de identidad. Hay un tono que combina comedia y drama. una familia (esta vez de agentes de la ley neoyorquinos), un patriarca (el comisionado de policía interpretado por el veterano Tom Selleck en su elogiado retorno a la pantalla chica) con dos hijos que también trabajan para el departamento (Will Estes como policía novato, Donnie Wahlberg como un oficial más experimentado que estuvo en Irak), y una hija (Bridget Moynahan) que se desempeña como fiscal. La historia entrecruza los conflictos privados y profesionales de los personajes y a veces los solapa: Wahlberg, por ejemplo, es el principal proveedor de criminales arrestados que su hermana procesa.

MATERNIDAD. Bridget Moynahan, que en la vida real tiene que encargarse del hijo de tres años que tuvo con el deportista Tom Brady (quien luego desapareció en lontananza), y que se define como "una madre separada que se ocupa de su hijo", interpreta a una madre soltera en la serie y reconoce que se identifica bastante con los conflictos de su personaje. Siempre ha estado rodeada de niños y primos, y algo de ese espíritu "familiar" se transmite a la serie, asegura. "Se siente como estar en casa", dice también.

Uno de los aspectos que más atrajo a Moynahan fue actuar al lado de Donnie Wahlberg, su hermano en la serie. Son amigos desde hace tiempo, y hacerlo fue para ello, asegura, "muy divertido".

Moynahan está convencida de que hoy la televisión proporciona mejores papeles femeninos que el cine. "En la TV tienes personajes femeninos que están mejor escritos y con más vida", ha dicho en alguna entrevista periodística. "Tienen más dimensiones y puedes llegar a conocerlos". Pone como ejemplo el importante número de actrices cinematográficas importantes (Glenn Close en The Shield y Damages, Kyra Sed- gwick, Sharon Stone), y pudo haber agregado las labores para la pantalla chica de gente como Shirley MacLaine o Susan Sarandon, que compiten con algunas de las mejores cosas que han hecho en cine. "La lista crece porque te da la oportunidad de hacer un trabajo consistente y de alto nivel", sostiene.

Esa misma vocación de exigencia es proclamada por los creadores y libretistas de la serie, Mitchell Burgess y Robin Green. El primero sostiene que "trabajan de manera colaborativa". Green matiza en broma: "Nos sentamos ante la computadora y Mitchell me dice qué tipear". En realidad, la colaboración parece ser más real y verdaderamente enriquecedora de lo que sugieren esos toques de humor. Trabajan juntos, les gusta, y saben lo que quieren.

Más que la acción física o la intriga policial, que por supuesto tienen un espacio en las historias de Blue bloods, al "Dúo" le interesa explorar lo que ocurre en el interior de una familia, sea de delincuentes o de policías: lo que pasa en las cenas, lo que se discute en la mesa, las decisiones que se toman, las relaciones de los personajes. No se trata del tipo de policial que (como ocurre, por ejemplo, con La ley y el orden y sus diversos "spin offs"), toma a sus personajes casi exclusivamente en sus horarios de trabajo.

Burgess y Green han explicado también las razones que los impulsaron a hacer Blue bloods. Necesitaban un cambio de ambiente luego de haber estado sumergidos tanto tiempo en el submundo de delincuencia de Los Soprano.

"Tony Soprano era un antihéroe y ahora queríamos ir al otro lado de la ley y explorar qué significa ser un héroe hoy", señala Green. Y Burgess añade que quisieron que el personaje de Tom Selleck fuera "el héroe que toda ciudad quiere tener".

Con ello, Blue bloods parece haber servido también para relanzar la figura de Selleck, un actor que tuvo su cuarto de hora televisivo cuando interpretó al detective privado Magnum en los años ochenta. Después de eso, Selleck ha hecho un poco de todo pero nunca llegó a alcanzar en la gran pantalla el estatus de gran estrella con el que soñó alguna vez (aunque intervino en algunas películas de cierta ambición como Los aventureros del fin mundo, 1983; Fuera de control y El especialista, 1984; Tres hombres y un bebé, 1987, y su secuela de 1990; Un hombre inocente, 1989; y ha demostrado reiteradamente que tiene más talento del que algunos le atribuyen.

Variantes. En televisión pudo ser (durante algún tiempo) el novio de Mónica (Courtney Cox) en Friends, y el general Dwight Eisenhower en el telefilm Ike, cuenta regresiva, una crónica de los días previos al desembarco en Normandía que no era excepcional (se trataba más bien de un manifiesto conservador sobre la "responsabilidad del jefe" en el que seguramente coincidieron el actor y su director y libretista Lionel Chetwynd) pero donde él estaba realmente muy bien. Más cerca ha encarnado, también para la televisión, al investigador Jesse Stone, extraído de las novelas de Robert Parker, el creador del detective Spenser.

Para los productores Burgess y Green, Selleck fue siempre la primera opción: necesitaban una "figura de autoridad", firme y confiable, y están convencidos de que lo tienen en el actor. Hasta piensan que el famoso bigote al que Selleck siempre se ha negado a renunciar (bueno, tuvo que afeitárselo cuando hizo de Eisenhower) beneficia esa imagen. Por su parte Bridget Moynahan prefiere no hacer comentarios sobre el bigote de Selleck: tiene cosas más importantes que hacer, por ejemplo atender a su hijo. Tal vez ello forme parte del clima familiar que pretenden crear los autores de la serie.

Dudas sobre si seguirá

"Blue bloods" ha sido planeada en principio como una teleserie en trece capítulos. La existencia o no de una segunda temporada va a depender, por supuesto, de la recepción que esté teniendo por parte del público (sobre todo del norteamericano), que ha sido decente aunque no espectacular. Los productores no se han pronunciado aún al respecto, aunque hay muchos aficionados que están pidiendo en Internet que el programa continúe. Se espera más información.

Los mejores policiales de la televisión americana

El precio del deber

1981-1987

La producción de Steven Bochco que cambió el género. La fórmula "historia que empieza y termina en un so- lo capítulo" cambió a la evolución de los personajes de un episodio a otro.

Dpto. de Policía de N.Y.

1993-2005

De nuevo Bochco, con elencos que cambiaron a lo largo del tiempo y una fórmula que se mantuvo hasta la reiteración y el hastío. El permanente uso de cámara en mano era fastidioso.

The Wire

2002-2008

Policías y narcotraficantes en Baltimore. Una de las visiones más adultas y oscuras que la televisión americana haya proporcionado sobre la actividad policíaca, sin fáciles "Buenos contra Malos".

La ley y el orden

1990-2011

Su "serie madre" (cancelada en 2010) y sus "spin offs" (Criminal Intent, Reino Unido, Los Ángeles, Moscú, y sobre todo UVE) siguen siendo la franquicia policial más exitosa de todos los tiempos.

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