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Montevideo "tendría que vender todos los contenedores de basura"

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Jaime Lerner

El exalcalde y gobernador de Curitiba expuso ayer en Montevideo sobre un tema que domina tanto a nivel teórico como práctico: el futuro de las ciudades latinoamericanas. A él se debe la implementación de modelos en materia de transporte público e implementación de sistemas de clasificación y recolección de residuos urbanos. Según el arquitecto, hay que ser optimista y creer en que cualquier ciudad del mundo puede mejorarse en tres años: "No es una cuestión de escala, como tampoco de recursos financieros".

CARLOS CIPRIANI LÓPEZ

-Cuando usted sale de Brasil, en casi todas partes seguramente le preguntan: ¿cómo cambiar o mejorar esta ciudad? Usted conoce Montevideo.

-Sí, pero no profundamente. Le voy a decir que es posible mejorar una ciudad en menos de tres años. No importa su escala ni las condiciones financieras. Siempre se puede construir una buena estrategia y una buena ecuación de corresponsabilidad. No comparto esa visión que plantea la tragedia de la ciudad. Si se proyecta la tragedia, se va a encontrar. Pero si se invierte la energía en cambiar tendencias pueden realizarse cambios. No debemos dejarnos manipular por lo negativo.

-¿Hay recetas para promover los cambios primarios que demande una ciudad?

-Toda ciudad tiene sus prioridades: la salud, la educación, la seguridad. Pero hay tres puntos fundamentales: la movilidad, la sostenibilidad y la coexistencia. Hay que pensar las actividades económicas conjuntamente con la calidad de vida de la gente.

-¿Cómo deben llevarse adelante las políticas en materia urbana: ¿las debe tomar el gobierno por sí o darle participación sostenida a los ciudadanos? ¿De qué modo?

-De todos. Hay momentos en que la sociedad toma la iniciativa y, en otros, son los planificadores. Si la gente entiende que los proyectos de los gobernantes son necesarios, van a ayudar a concretarlos. A veces, las discusiones son muy genéricas y la gente no ve con claridad lo que se pretende hacer.

-Para mejorar su calidad de vida, mucha gente emigró desde Montevideo hacia la Costa de Oro. Eso a veces genera paradojas o complicaciones, por ejemplo para llegar a los lugares de trabajo.

-La metáfora que me gusta usar para hablar de la calidad de vida es la de la tortuga. Ella tiene su caparazón, que se puede comparar con la estructura de una ciudad. Si cortásemos ese caparazón, separaríamos su vida por un lado, su trabajo por allá, su ocio por otra parte. Eso es lo que hacemos en la mayoría de las ciudades: separamos las funciones urbanas. Y eso termina matando a la tortuga. Es perjudicial para la ciudad. Creamos ghettos, separamos a la gente. Yo prefiero la ciudad como una integración de vida, donde se mezclan funciones urbanas, ingresos, edades, religiones. Cuanto más mezcla, más segura será la ciudad. Cuanto más alto levantamos los muros, más gente nos estará esperando del otro lado.

-¿Cuál considera usted que es la forma más recomendable para trasladarse en una ciudad moderna?

-Ni en coche ni en metro. El problema no es tener coche, sino el itinerario diario, la rutina. Hay que apostar al transporte público, a una red ordenada, a un sistema de ómnibus y taxis que no compitan entre sí, y también a vehículos eléctricos y bicicletas. Hay que actuar en el concepto de ciudad. El 75% de las emisiones de carbono está en las ciudades. El coche a combustible es como nuestra suegra. Con ella debemos tener buenas relaciones, pero no podemos dejar que comande nuestra vida. Si la única mujer de nuestra vida es nuestra suegra, entonces tenemos un problema. Pero bien, además de usar menos el coche y de vivir cerca del trabajo o traer el trabajo más cerca de casa, hay que comprender la sostenibilidad como una ecuación entre lo que se ahorra y lo que se desperdicia. Hay que separar la basura. Cuanto menos se desperdicia mayor es la sustentabilidad.

-En Curitiba se recolecta la basura con camiones. No hay contenedores como en Montevideo. ¿De qué manera se clasifica la basura?

-Hace más de veinte años, a todos los niños les estuvimos enseñando durante seis meses cómo separar la basura orgánica de la reciclable. Después ellos les enseñaron a sus padres. Nada complicado. Más adelante iniciamos la campaña y conseguimos la tasa más alta de separación de basura: el 70%. Todos los días un camión recolecta la basura orgánica, y una o dos veces por semana el camión verde recolecta la basura reciclable, que es un tercio del total. Lo más importante es la recolección, la separación en cada vivienda. Si este plan se cumple con seriedad, la gente entiende. En los morros, se tiraba la basura en cualquier lugar y allí terminaban jugando los niños. Comenzamos por comprarles la basura con tiques para el transporte. En tres meses los residentes comenzaron a comprender la idea.

-¿Qué habría que hacer entonces con los contenedores de basura de Montevideo?

-Tendrían que venderlos. Pueden servir sí para usar en el interior de los edificios.

-Sin recaer en visiones trágicas, como usted recomienda: ¿qué tan preocupante es el vaciamiento de algunos barrios próximos a los centros de las ciudades?

-Eso es terrible. Estamos abandonando los sitios mejor equipados. Hay que traer vida a los centros, atraer jóvenes. No entiendo cómo, en muchos países del mundo, en las universidades hacen campus; el joven no puede crecer separado de la sociedad.

-Usted ha manejado el concepto de "acupuntura urbana", publicó un libro con ese título. ¿Qué ejemplos de su trabajo pueden ilustrar el tema?

-Se trata de acciones puntuales, rápidas, que den nueva energía a la ciudad. No tienen que ser grandes obras. Hay que driblear la burocracia. En Curitiba están como ejemplos la Universidad Libre del Medioambiente (donde se produce conocimiento sobre sustantibilidad urbana), y la Ópera de Alambre, construida con tubos de acero en dos meses. Pero hay ejemplos en otras partes. El parque más bonito de Nueva York es el más chico: una plaza de 13 metros por 32.

-¿Qué relación hay entre la innovación, las ideas creativas y el presupuesto?

-Si hay creatividad, usted quita un cero del presupuesto. Y si tiene además sustentabilidad, quita dos ceros.

Perfil

Nombre: Jaime Lerner

Nació: Curitiba (Brasil)

Edad: 73 años

Otros datos: Arquitecto, urbanista, político.

REFERENTE MUNDIAL EN URBANISMO

Nació en una familia judía de inmigrantes polacos. Se graduó en 1964 en la Escuela de Arquitectura de la Universidad Federal de Paraná. En 1965 participó en la creación del Instituto de Investigación y Planificación Urbana de Curitiba (Ippuc), ocupando la presidencia en 1968 y 1969. Fue electo alcalde de Curitiba en tres ocasiones ejerciendo desde 1971 a 1975, 1979 a 1983, y 1989 a 1992. Fue electo gobernador del Estado de Paraná en dos períodos: 1995-1998 y 1999-2002. En 1975 fue Consultor de Asuntos Urbanos de la Organización de las Naciones Unidas. Entre 2002 y 2005 ejerció la presidencia de la Unión Internacional de Arquitectos. En 1990, Naciones Unidas le otorgó el Premio Máximo de Medio Ambiente. Unicef lo condecoró en 1996.

Medicina "con agujas"

Para transformar las ciudades enfermas o sin esperanza y dar paso a las ciudades del conocimiento, (tema del Seminario Internacional organizado por la Fundación Ciudad de Montevideo), Lerner piensa que es necesario pinchar al organismo "vivo" para que trabaje de otro modo. "La acupuntura urbana no siempre se traduce en obras", comenta. A veces es suficiente con introducir nuevos hábitos o costumbres que faciliten las transformaciones, sin llegar ni siquiera a pensar en obras materiales de ninguna especie.

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