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Derecho al silencio

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Uno de los problemas que sigue sin resolverse es el control de la contaminación sonora que provocan los locales nocturnos de música.

Como no existe en ninguna ciudad una zona destinada al funcionamiento de pubs y lugares de baile, éstos se instalan en cualquier lugar, coexistiendo con las residencias de la población.

Los conflictos son inevitables. Decibeles "por las nubes" durante toda la madrugada, aseguran que en el vecindario muy poco puedan dormir. Sometida a este régimen, la salud de las personas se deteriora.

Desde luego es un tema sensible, que debería estar resuelto.

La aplicación de la normativa vigente por parte de las autoridades tendría que ser tan celosa como lo es cuando de cobrar impuestos se trata.

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