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ALEXANDER LALUZ

Son enfáticamente roqueros, firman como HPLE, hablan y, para colmo, por la espalda. Además, tienen un disco nuevo de notable factura, Macumba, que se llevó un Graffiti como álbum alternativo, y esta noche lo llevan enterito a la Sala Zitarrosa.

No hay cómo equivocarse, ni argumentar despistes ocasionales. Hablan Por La Espalda (o sea: HPLE, para abreviar) llevan más de una década curtiendo el oficio de roqueros en escena, en los discos (seis, para el catálogo) y buenos escuchadores en casa.

Se nota a "primera oída". Macumba es uno de esos artefactos redondos y sonoros que despiertan las ganas de volver a escuchar después de la tercera o cuarta vez que giraron en el equipo de audio. Y es fácil ceder al impulso: buena música, hecha por acá, grabada también por acá, en Sondor, un estudio en el que se ha parido una generosa porción de nuestra historia musical, e impregnada de referencias locales que no suenan a bandera de chauvinismo recalcitrante u oportunista.

Entonces, el show. Si bien este nuevo material ya lo han presentado, este concierto en la Zitarrosa, fijado para las 21 horas, viene con calurosos vientos invernales de presentación formal en sociedad. Lo aclara el comunicado: será una propuesta escénica renovada, con proyecciones audiovisuales, varios invitados, la que se fue gestando desde el año pasado cuando participaron del ciclo MOV, en la sala Zavala Muniz, y que tuvo como curadores a Luciano Supervielle y Juan Campodónico.

Y para las horas previas, mientras se calientan los motores y el nervio roquero, vale la pena ver en la red YouTube el videoclip de la canción Calor en el pecho, dirigido por Maxi Contenti, que ya tiene varios miles de visualizaciones (que bien se pueden sumar a los otros tantos seguidores que tienen en Facebook). De lo contrario, está súper probado, que nada sustituye la vieja y querida experiencia de poner otra vez el CD: puede ser este Macumba o For a fistful of rock, Hablan por la espalda o hasta el del debut, Música para los Sanos y no tan sanos.

Más datos del recital: las entradas se venden en Red Uts y la boletería de la sala, a $250, $200, $150, y entre los invitados especiales estarán Matías Cantante & Los Extraterrestres.

Más datos del prontuario de Viti (bajo), Tuka (guitarra y voz), Fermín (voz), Guerreros (guitarra), Varela (órgano), Charly (batería), Faraón (armónica y percusión) y su historia como HPLE.

Este último disco, que se llevó el premio como Mejor Álbum de Rock Alternativo en los Graffiti 2010, fue gestado en sesiones de más de diez horas y en nueve días, según contó a El País el año pasado Fermín Solana. A esta gestación y alumbramiento posterior le precedió un tiempo, difícil de cuantificar, claro, en el que la banda curtió el oído con bandas en vinilo que hoy tienen bateas reservadas en Tristán Narvaja. Léase, según el testimonio en primera persona: Tótem, Días de Blues, Jesús Figueroa. Algunos de esos históricos de por acá, como el poderoso proyecto de Jorge Barral, Daniel Bertolone y Jorge Graf (lujo de cartel: Días de Blues), "nos rompieron la cabeza", agregó Fermín. Es que "nos abrimos más. Renegamos mucho tiempo de la ciudad donde vivimos", y "nos metimos mucho con el dub, el reggae, cosas peruanas, algunos compañeros se mudaron a Palermo y Barrio Sur... creo que todo eso define bastante bien al disco".

El arte es (o al menos fue) un fenómeno de cambio. Quizás no sólo de revoluciones, sino de evoluciones, o mejor dicho: transformaciones. Pero, sabemos, las pétreas categorizaciones de los comisarios de la cultura (y custodios de cualquier cánon) siguen intentando torcer ese sentido inevitable de la creación. Los chicos de HPLE, quizás sin necesitar de un discurso de alambicadas filosofías, van por ese otro camino. En entrevista con El País, Fermín reivindicó claramente ese proyecto: "Mucha gente que no conoce los discos anteriores puede pensar que Hablan siempre fue una banda de hardcore ruidosa, pero también hicimos punk y pasamos por otras fases que no fueron tan pesadas (…) En algún momento llegamos a hacer rock casi progresivo y en otro tuvimos una fase muy paloma". De eso se trata, justamente, el hacer música: zafar de las categorías y asumir la inestabilidad, el cambio, y el tan temido riesgo.