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"El 75% de los presos tiene entre 18 y 29 años. Son casi analfabetos, pobres, sin trabajo y residentes en zonas periféricas de las ciudades. El 85% de ellos son varones y fueron detenidos por delitos contra la propiedad".

Estas son las principales conclusiones de un libro que fue lanzado ayer en el Parlamento por la Comisión de Apoyo a la Educación en Cárceles (CAEC), repartición interinstitucional que instrumenta políticas educativas en cárceles. En el acto, efectuado en la sala Paulina Luisi del edificio anexo al Palacio Legislativo, participaron los ministros Eduardo Bonomi (Interior) y Ricardo Ehrlich (Educación), legisladores y jerarcas de varias dependencias estatales.

DESENGANCHADOS. El informe sostiene que los presos se caracterizan por una mala escolaridad, plagada de "desenganches" del sistema, alta conflictividad, repeticiones reiteradas y desconexión con la realidad.

"A esto se suma, en una gran proporción, la expulsión del sistema escolar por indisciplina o abandono por motivos económicos".

Un estudio de la CAEC sobre el nivel educativo de la población carcelaria, aplicado a 5.781 internos de todo el país en 2007, reveló que el 40% tenía educación primaria incompleta, mientras que el 31% declaró tener el primer nivel de estudios completos.

"Esto significa que el 71% de la población reclusa no supera como nivel educativo los 6 años de escolaridad", se expone en el libro presentado en la jornada de ayer.

En la actualidad, unos 200 docentes de Secundaria, UTU y Primaria enseñan en aulas ubicadas en cárceles. El año pasado, 2.300 internos pasaron por algún servicio educativo, dijo el presidente de la CAEC, Felipe Machín.

PENAS ALTERNATIVAS. El comisionado parlamentario Álvaro Garcé, quien fue el encargado de presentar el informe, abogó por el uso de las penas alternativas como política criminal y también de la prisión domiciliaria.

"¿Cuántas cárceles más vamos a construir? Al final de este período serán 12.000 las personas privadas de libertad", dijo.

Desde su fundación en 2007, la CAEC se dedica a llevar "una mejor cobertura de educación" a los centros penitenciarios del país, donde ya ha iniciado varios talleres, cursos y programas de alfabetización para los presos.