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La gestión de la Corte

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No parece justo dejar que pase en silencio el cambio de titulares de la Corte Electoral que presidiera el Dr. Carlos Urruty y que también integraran, entre otros, los Dres. Rodolfo González Rissotto y Renán Rodriguez Santurio, luego de catorce años de gestión -no quince como se ha dicho reiteradamente-, por una imposición de los hechos que debieron aceptar. En ese sentido es oportuno recordar que tomaron posesión de sus cargos en noviembre de 1996 y que la permanencia en ellos se debió a que la Asamblea General, a quien se comete la designación de sus Miembros, (que "deberán ser ciudadanos, que por su posición en la escena política, sean garantía de imparcialidad") mediando un quórum de dos tercios del total de componentes de ambas Cámaras, no había podido lograr esa exigencia hasta la fecha. Tal circunstancia, a lo cual debe agregarse que la ley N° 11.004 de 24 de diciembre de 1947 previó la continuación en sus cargos hasta que se designaran los sustitutos, obligó a extender su actividad a quienes lo hicieron durante tan largo período,

Y hay que reconocer que la llevaron a cabo con dedicación, con capacidad, con honestidad e inteligencia, asumiendo la responsabilidad en la solución de numerosos problemas, aun ante los ocasionales e injustificados embates de algunos sectores y, a veces, hasta el desinterés del Parlamento en atender sus importantes y legítimos problemas económicos o de un Poder Ejecutivo que no incluía sus reclamos en los proyectos de ley presupuestal. Nadie pudo nunca, sin embargo, ni insinuar el más leve atisbo de haber desconocido los términos de la Carta o de una ley electoral, y en ello se encuentra el mérito más importante de su gestión, al haber dado cumplimiento a todas las obligaciones que, como "Poder del Estado" -utilizando una expresión del Dr. Martín R. Echegoyen-, se le imponen obligatoriamente desde la vieja ley de 1924 y después, desde la Constitución de 1934, reafirmando la estabilidad política de la República y la verdad del régimen democrático, como lo señala el Dr. Héctor Gros Espiell en un libro todavía vigente.

Supieron así enriquecer su tarea con solvencia indiscutible, manteniendo el prestigio y el respeto a que la Corte se había hecho acreedora en todo el Continente, como el órgano electoral más antiguo de nuestra América.

En un inventario incompleto, pero igualmente ilustrativo, de las tareas realizadas, debe mencionarse la informatización no sólo del Registro Cívico Nacional, que antes se llevaba en forma manual, sino también de los procesos de escrutinio, que permitieron conocer en forma casi inmediata el resultado definitivo de las elecciones y no después de varios meses como ocurría antes. A ello debe agregarse, específicamente, que debió atender tres elecciones nacionales y dos balotajes y otras tantas a nivel departamental; cuatro plebiscitos de reforma constitucional y cinco referéndums, cuya procedencia debió calificarse previamente, además de tres elecciones internas de los partidos políticos junto a ocho elecciones de autoridades de la Universidad de la República y una para integrar el Directorio del Banco de Previsión Social con representantes de los afiliados; tres de las Asambleas Técnico Docentes de la Educación Pública; otra de los docentes para miembros del Codicen y los Consejos Desconcentrados; dos que correspondieron en la Caja de Profesionales, Caja Notarial, Conaprole y cuatro para Comisiones Asesoras de OSE; además de controlar los actos electorales y las asambleas de todas las instituciones que tiene el privilegio legal de ordenar retenciones sobre los sueldos y pasividades, lo que ocurrió en 2.500 oportunidades, a lo que se agregó, en el año 2009, el contralor del financiamiento de las campañas electorales y el del funcionamiento permanente de los partidos políticos. Como surge de este detalle y de sus resultados, fue mucho y bueno lo que tuvieron que realizar. Y la mejor forma de destacarlo es que lo hicieron bien, con dedicación, con independencia y objetividad, por lo que se merecen un reconocimiento público y no un silencioso retiro.

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