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"La participación social es esencial"

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A 18 años de su última presentación en nuestro país, Blades finalmente confirma su regreso. Será el próximo 21 de abril, a las 21, en el Velódromo Municipal, junto a su legendaria banda Seis del Solar.

Siempre provocativo en cualquiera de sus facetas, la de músico, político, actor, ex Ministro de Turismo de Panamá, Blades se planta con un discurso crítico y polémico. Así lo hizo en esta entrevista exclusiva con El País, donde además de reflexionar sobre la realidad latinoamericana, habló sobre este próximo concierto, la extensa gira Todos vuelven, que celebra los 25 años del disco Buscando América y la reunión de Seis del Solar, así como de la contienda legal con Willie Colon.

Alexander Laluz

- Tanto el concepto de participación como el de la unidad entre actuación política y música son figuras recurrentes en sus declaraciones y análisis sobre la realidad latinoamericana. ¿Cómo se explica la insistencia en esos conceptos? ¿Qué hay en esta realidad que siga reclamándolos?

- Creo que el problema fue, es y será definido por la ausencia de liderazgo y de credibilidad política y social y por un proceso de corrupción a nivel nacional. Las cosas "no cambian" básicamente porque la gente no desea cambiar. La culpa no es exclusivamente del gobierno, sea del partido que sea. ¿Por qué insistimos en creer que es el gobierno el que nos dirige mal si somos nosotros los que escogemos a esa gente, y los que nos negamos a reemplazarlos con nosotros mismos? La corrupción no debe ser exclusivamente un mal político; es un mal social, espiritual, de todos. La participación social responsable, solidaria, altruista, es esencial. Sin eso no habrá cambio posible, ni manera de sostenerlo. Por otro lado, se tienen simultáneamente y previamente que reemplazar estructuras administrativas que están siendo utilizadas como paradigmas y que datan de dos siglos por lo menos. Son obsoletas e inoperantes frente a la realidad actual.

- Su respuesta devuelve otro tema también histórico que es la dialéctica entre arte y ética. ¿Qué pasa en ese sentido con el género Salsa, su activo mercado, sus conceptos de producción?

- Creo que la música, el arte en realidad, cuando es sujeto a consideraciones de tipo económico inmediatamente ve alterada su esencia básica, una producción eminentemente espiritual. La percepción del arte, en cualquiera de sus manifestaciones, no nos afecta a todos de la misma forma. Dentro del arte comercializado siempre han existido fluctuaciones de popularidad. Las modas son requeridas para lograr la continuidad del argumento económico, o sea vender un producto renovable y así sostener el proceso comercial. El arte puro no es popular, es personal y su impacto resulta difícil de medir por estar fuera del área de interés y los parámetros utilizados por las estructuras económicas que controlan la comercialización y mercadeo del "arte popular". Wilde reconocía y aplaudía a una manifestación artística solo si esta era capaz de transformar y mejorar a la propia naturaleza. Van Gogh no fue popular en su época y los ejemplos son muchos. No existen "soluciones", solo pausas, y permanentes transformaciones de opinión, en algunos casos manipuladas por la industria del arte, para producir efectos específicos, susceptibles de ser mercadeados. La "salsa" existe en un universo eterno, y posiblemente toda la producción del género está disponible en Internet. La oye el que la quiere, la compra el que la quiere, o se la apropia todo el mundo. Cada cual tiene su propio sistema de valorización. En realidad, no me preocupa lo que no puedo controlar. Ofrezco lo que tengo y punto.

- Un ejemplo de esas manipulaciones es la consolidación de un estereotipo de "lo latino" asociado a la salsa, lo festivo, caribeño, y hasta evasivo. Una construcción por cierto parcial, incompleta, de una realidad cultural vasta y muy compleja.

- La razón de los estereotipos que señala es quizás la misma que también permea la información dirigida a la masa. Por ejemplo, el "sound bite", el tratamiento de temas de escándalo, en vez del otrora reportaje objetivo. Un "reality show", que trate un tema sórdido, como "madres que enamoran a los novios de las hijas" de pronto va a tener más audiencia que un programa sobre cómo dejar de fumar. No creo que se deba minimizar el grado de importancia que nuestra propia irresponsabilidad produce para el nacimiento de estas "visiones comerciales" a las que alude usted. No es demonizando a sus autores como podremos acercarnos a un cambio de actitud. Es enfrentando la realidad de nuestra propia indiferencia, falta de objetividad, y poca capacidad de criterio educado. Nos tratan como nos dejamos tratar. ¿De quién es la responsabilidad? ¿Por qué es difícil convencer a una persona de que no fume cigarrillos y más fácil convencerla de que vaya a la guerra, a matar gente que ni conoce?

- Su próxima actuación en Montevideo -la tercera en estas últimas décadas- llega cargada de un simbolismo muy especial. El reencuentro con una banda que se convirtió en leyenda, un disco (Buscando América) que dejó huellas todavía vigentes en el imaginario musical uruguayo. Por todo esto, muchos se están preguntando por las características que va a tener este show.

- En Uruguay haremos las canciones que la gente votó en la página Web nuestra (rubenblades.com). Tenemos el repertorio definido por el resultado de esas manifestaciones democráticas directas. En cuanto al resultado, creo que si van a YouTube encontrarán muestras de nuestras presentaciones en esta gira de Todos vuelven. Vamos a presentar muestras musicales del argumento que hemos desarrollado durante nuestro trabajo con Seis del Solar y Son del Solar. Vibráfono y trombones y también algunos temas del período con Willie Colon -que dejó aquel disco Siembra- pero concentrándonos del 80 al 92, básicamente. Creo que es una lástima que nos demoremos tanto en visitar Montevideo. Tienen músicos excepcionales como Jaime Roos, Rada, Fattoruso y es una audiencia informada. Tengo mucha ilusión de ir, y los muchachos también.

- ¿Conserva algún recuerdo de aquellas dos actuaciones, las de 1983 y 1992?

- En el `83 en el Palacio Peñarol, cuando estaba la dictadura, tocamos Desapariciones y cuando terminó el tema no hubo un solo ruido en el lugar. Había gente y no se escuchó ningún aplauso, ni siquiera un tosido. Recuerdo eso como algo espectacularmente poderoso, ese silencio. Años más tarde, en Buenos Aires, fui a saludar a Jaime (Roos) en un concierto que tenían allá y uno de sus músicos me indicó que había estado esa vez, en el `83, en la presentación en el Palacio Peñarol. Le pregunté por el silencio: "¿la gente se quedó callada por temor a ser reprimidos por la dictadura?", y me respondió: "No Rubén. La gente se quedo callada por respeto". Eso fue inolvidable para mí. En el 1992, recuerdo el aguacero increíble que cayó ese día. La frustración más grande, uno de los momentos más frustrantes que he tenido como músico, queriendo hacer y darle al público y el clima diciéndome, "hoy no". Créanme que vamos con ganas ¡Ojalá y no llueva!

- Por último, casi todos los medios del continente han recogido las noticias generadas por el juicio que lo enfrenta a Willie Colon. ¿En qué etapa está ese juicio? ¿Esto cierra la posibilidad de futuras colaboraciones con Colon?

- Algunas semanas atrás los diarios de Puerto Rico destacaron en sus titulares el resultado de una vista preliminar ante el Magistrado que está atendiendo la demanda en mi contra presentada por el señor Willie Colon, quien alega que no le pague un dinero por un concierto que hicimos en Puerto Rico, en mayo del 2003. Quedó completamente en evidencia que fueron nuestros representantes los que no pagaron las cantidades adeudadas tanto a Colon como a mi, que no recibí dinero aparte en perjuicio de Colon y que la firma Martínez & Morgalo llegó a ese extremo de apropiación indebida por estar atravesando su oficina serias dificultades económicas. Las declaraciones de Martínez y Morgalo, ex-representantes de Colón y mío para el concierto Siembra de mayo del 2003, realizado justamente en Puerto Rico, aclaran completamente que no recibí dinero de su parte más allá de lo publicado y que ambos eran los responsables por los dineros sustraídos y no entregados a Colon y a mí como honorario por ese concierto.

El señor Colon alegaba, entre otras inexactitudes, que por ser representado por la firma de Martínez y Morgalo, a mí me correspondía heredar la obligación de pagar por los fondos birlados. Se aclaró que no soy miembro de esa firma, que nunca tuve contrato de exclusividad con ellos, que a mi tampoco me pagaron y que resulté tan perjudicado por su acción dolosa como Colon. ¿Qué va a decir el señor Colon ahora? Imagino que lo sabré el próximo 17 de mayo, que es la fecha para cuando fue programada la audiencia sobre su demanda, en Puerto Rico. Estoy completamente seguro que el jurado fallará con justicia. En cuanto a si trabajaremos juntos otra vez, lo dudo.

Marcas y señas de un activista musical

Con más de veinte títulos discográficos como solista y otro tanto como artista invitado, 8 premios Grammy, Rubén Blades (1948) ha edificado una carrera signada por la pasión musical y la militancia social y política.

"Si piensas y haces lo que sientes, eres feliz", ha dicho en más de una oportunidad. Y ello ha sido una bandera desde su juventud, cuando abrevaba del crisol musical de su familia, resultante de un encuentro de tradiciones colombianas, españolas, estadounidenses, panameñas.

El compromiso político y social de sus discursos y canciones son justamente un resultado de esas mezclas, y especialmente de la influencia de su abuela Emma. Una mujer espiritualista, rosacruciana, vegetariana, artista, feminista, que le enseñó a leer y "me inculcó un sentido de la justicia, que todos podemos servir como parte de la solución".

Además de la abogacía y la militancia, su pasión principal es la música. En ese rubro ha creado una obra fundamental e influyente, que tiene sus principales mojones en "Siembra", "Buscando América", "Caminando", "Mundo" y su reciente "Cantares del subdesarrollo", que está disponible en su página web.

Con esta gira "Todos vuelven", Blades celebra su regreso a la música luego de 5 años al frente del Ministerio de Turismo de Panamá.

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