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PABLO MELGAR

El Sindicato Único del INAU decidió ocupar las instalaciones del Centro de Internación Transitoria (CIT) del Hogar Puertas de Búrguez y Espinillo, durante 48 horas. No aceptarán nuevos ingresos salvo algunos casos excepcionales.

"Si viene la Policía con un gurí nuevo que cayó por un delito y viene para ser conducido al Juzgado, lo vamos a recibir. Si es un gurí que se fugó de otro establecimiento, que tiene una sentencia, ese no va a entrar", informó Joselo López, presidente del gremio de INAU.

La función del CIT es recluir momentáneamente a los adolescentes que cometieron delitos que son remitidos por la Policía y luego se los deriva a los distintos juzgados. Se lo conoce como la puerta de entrada de los infractores al INAU.

Si el magistrado resuelve la privación de libertad vuelve al Puertas y desde allí se los remite a los establecimientos de permanencia. En un momento "normal" ese proceso no debería superar las 48 horas.

Sin embargo, según el gremio, desde hace un tiempo los distintos locales del INAU en Montevideo se sobrecargaron de internos y el Puertas comenzó a ser, en los hechos, un centro de permanencia con menores que llevan más de un mes en el lugar.

López denunció que cada día los funcionarios corren nuevos riesgos. "Al abrir la puerta para que vayan al baño hay 16 o 17 gurises detrás de la reja que vienen juntando presión sin parar. Puede pasar cualquier cosa".

El viernes pasado una asamblea del sindicato impuso un plazo al INAU, que venció ayer miércoles, para que bajara esa población a 20 internos, lo que no fue concedido.

En el principio del conflicto los trabajadores reclamaban que no fueran más de 12 los menores internados. En ese marco se desató la ocupación que irá hasta el viernes y que si no hay soluciones volverá a repetirse pero por más días, dijo López.

Anoche se produjo una reunión entre el directorio del INAU y el sindicato, pero no hubo acuerdo. Las autoridades manifestaron estar "jugadas" a la contratación de personal que se concretará dentro de un mes.

Sin embargo, el sindicato decidió mantener la medida hasta que se reduzca el número de internados. Las conversaciones continúan en esta jornada a la hora 11 en el ámbito creado para tal fin en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.

"Nosotros podemos esperar si ellos consiguen bajar a 20 la cantidad de gurises internados, levantamos la ocupación ahora mismo. Dicen que no tienen forma de comprometerse a esto", dijo López.

Consultada la presidenta del INAU, Nora Castro, subrayó su expectativa por la reunión en el MTSS y prefirió no hacer más comentarios.

En la tarde de ayer una delegación del Pit-Cnt visitó la ocupación del CIT del Hogar Puertas y entabló contacto con las autoridades del INAU para formalizar un diálogo que finalmente no arrojó resultados.

Hacinamiento. Ayer por la tarde un equipo de El País visitó el lugar y contabilizó 27 internos repartidos en tres celdas contiguas con cuatro o cinco camas cuchetas en cada una, los funcionarios dicen que hace pocos días llegaron a tener 42 menores infractores.

"Aquí duermen tres gurises en un colchón, se mezclan psiquiátricos con homicidas", explicó un guardián experimentado. Por momentos un olor nauseabundo hace que el aire sea irrespirable, las celdas no tienen ventilación y carecen de luz natural. Tampoco hay lamparillas encendidas, dentro del carcelaje nadie podría leer un libro. Tras las rejas, los menores permanecen sentados sobre las camas y se limitan a fumar y a pedir distintas cosas a los funcionarios. Algunos caminan dando círculos sin parar.

En el patio central algunos menores reciben a la visita frente al resto de sus compañeros de encierro y al personal del INAU. Un televisor empotrado a varios metros del suelo está sintonizado en un canal de aire que emite una telenovela, los funcionarios lo apagan a la hora de los informativos.

Entra al patio una funcionaria con aspecto de venir de la calle, saluda con un beso a todos los presentes. Se encuentra con uno de los menores y le pregunta cómo está su causa. "Mucho mejor, me sacaron la de homicidio", responde aliviado. En la pieza de entrada una funcionaria cose a mano un pantalón de uno de los menores. "Vienen con toda la ropa deshecha", comenta y sigue dando puntadas.

Alguien dice que de un Juzgado reclaman por uno de los menores y aparece un funcionario con un juego de esposas, desde las celdas se escuchan reclamos y preguntas sobre traslados o formas de salir, ya que ninguno de los jóvenes soporta estar en ese lugar.

El compinche del delincuente conocido como "El Garrapata", que asesinó a machetazos a un ciudadano estadounidense que residía en La Paloma (Rocha) es uno de los internos que ayer estaba en las celdas de máxima seguridad del Hogar Puertas, que no fue ocupado por los funcionarios.

El lugar se encuentra en los fondos del CIT y está dispuesto para alojar jóvenes delincuentes de máxima peligrosidad. Cuenta con medidas de seguridad reforzadas con celdas para dos personas y también está repleto.

El menor tiene 16 años, cuenta con varias entradas policiales, y conocía a la perfección los movimientos del hombre ejecutado. Según los propios homicidas, el móvil del crimen fue el hurto que finalmente no pudieron concretar porque no pudieron abrir la caja fuerte.

El ataque de "El Garrapata" (18 años recién cumplidos) fue tan brutal que destrozó el cráneo y cortó varias falanges de la víctima.

"La situación es dantesca y deplorable, vimos en un hacinamiento absoluto de menores que no deberían estar en ese lugar", dijo el diputado colorado Gustavo Espinosa, integrante de la Comisión de Derechos Humanos, quien junto al presidente del cuerpo, Gonzalo Novales, recorrió el Hogar Puerta. Se manifestó preocupado por la salubridad del lugar y por el prolongado encierro de los internos. El diputado señaló que la medida de los funcionarios es "razonable en el contexto en que se desarrolla", aunque aclaró que la ocupación no es lo más aconsejable para un centro de ese tipo.