TEGUCIGALPA | EL PAÍS DE MADRID Y
AGENCIAS
El estancamiento de las negociaciones entre los partidarios del presidente depuesto, Manuel Zelaya, y el gobierno de facto de Roberto Micheletti dio cabida a un nuevo temor: una guerra civil en Honduras.
La posibilidad de enfrentamientos, entre las fuerzas oficiales y grupos favorables a Zelaya, salió a relucir en las declaraciones del mediador, el mandatario costarricense Oscar Arias, y del secretario general de la OEA, José Miguel Insulza.
"Puede haber una guerra civil y un derramamiento de sangre", dijo Arias el domingo al lamentar la imposibilidad de poner de acuerdo a Zelaya y Micheletti, en la segunda ronda de conversaciones en Costa Rica. Arias no logró más que convencer a las partes de comprometerse a no tomar ninguna decisión antes de mañana, pues espera sacar de su sombrero alguna sorpresa que apague la preocupación regional.
"Buena parte del pueblo hondureño tiene armas. ¿Qué pasa si se dispara una de esas armas contra un soldado, o un soldado dispara su arma contra un ciudadano armado?", dijo el mediador, flanqueado por los representantes después de trece horas de reunión el fin de semana. Insulza coincidió: "Yo no creo que sea un buen camino el de la insurrección y el de la confrontación, pero creo que no lo vamos a evitar si no hay de parte del gobierno de facto alguna flexibilidad". Mientras, Honduras vive el aumento de la tensión, con manifestaciones y toque de queda.
"Son protestas pacíficas, pero no se puede descartar que la cuestión llegue a males mayores", dijo en tanto a la agencia Reuters Wilfredo Moncado, líder sindical a favor de Zelaya.
Nadie en Honduras se atreve a negar que las armas abundan. Las cifras oficiales, siempre lejanas a la realidad, indican que hay un arma legal por cada 33 habitantes. A ello se suma el arsenal de las fuerzas oficiales y, quizás tan abundante, el de los grupos criminales.
"Muchas ingresan por conductos legales, pero una vez dentro del territorio es imposible saber en manos de quién quedan", comentó Luis Alberto Cordero, director de la Fundación Arias para la Paz, la entidad que el presidente de Costa Rica fundó tras recibir el premio Nobel de la Paz.
Por su parte, la secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton hizo el domingo una llamada telefónica "muy dura" a Micheletti, reveló ayer el portavoz del departamento de Estado, Philip Crowley. La jefa de la diplomacia estadounidense advirtió que Washington suspendería su ayuda a Honduras si la mediación emprendida por Arias fracasaba.
Desde Uruguay, la cancillería instó ayer a que se restituya "en forma incondicional el poder usurpado a las autoridades democráticamente elegidas". También expresó "su total apoyo" a la mediación llevada adelante por Arias.
Micheletti gobernará hasta 2010
El presidente de facto de Honduras, Roberto Micheletti, declaró ayer que no puede regresar al poder quien "rompió la Constitución", en alusión al depuesto Manuel Zelaya, y anunció que las elecciones no serán adelantadas y que seguirá en el poder hasta enero de 2010. "El 29 de noviembre hay elecciones libres y transparentes en este país", dijo Micheletti, y agregó: "el 27 de enero del 2010, temprano en la mañana, estaré entregando el poder al ciudadano que el pueblo ha escogido". AFP