L. BALDOMIR Y O. VILAS
El Banco Central (BCU) salió a jugar fuerte para contener la inflación y decidió subir la tasa de interés de referencia de su política monetaria de 7,75% a 10%. La inflación es la "preocupación central" del gobierno aseguró Mario Bergara, titular del BCU.
La decisión "refleja la necesidad de dar una señal inequívoca del compromiso en la lucha contra la inflación", aseguró Bergara tras la reunión del Comité de Política Monetaria (Copom) del BCU, la que fue precedida, el viernes, de un encuentro de las cúpulas del Economía y de la autoridad monetaria.
Bergara admitió que el Ministerio de Economía "analiza otras medidas (para contener la suba de precios) que oportunamente irá comunicando".
El año pasado los precios minoristas subieron 9,19%, la mayor alza desde 2003 y dos puntos por encima de la meta oficial anual de entre un 3% y 7%. El propio subsecretario de Economía, Andrés Masoller, admitió a El País días atrás que en la primera mitad de 2009 las presiones inflacionarias se mantendrán.
Por otro lado, el Central decidió mantener el rango objetivo de inflación para los próximos 18 meses en entre 3% y 7%
De esta forma, el Banco Central retoma, después de tres meses, la tasa de interés entre bancos como herramienta para contener los precios.
Bergara dijo que la decisión se tomó porque los factores que llevaron a que ésta fuera dejada de lado se han disipado.
El funcionario sostuvo que "parecen estar pasando los momentos de mayor turbulencia en los mercados internacionales sobre todo en el terreno financiero, y algunos de los procesos que se estaban dando localmente, como las decisiones de cambio de portafolio, también son procesos que en nuestra perspectiva está tendiendo a terminar".
De cualquier forma reconoció que "se siguen viendo señales de una demanda doméstica firme y también señales de un debilitamiento de la demanda internacional".
Por esas razones se retomó el manejo de la tasa de interés "como señal y como meta operativa de la política monetaria" y se la ubicó en 10%", explicó Bergara a periodistas.
Al justificar la magnitud de la suba de la tasa de referencia, Bergara dijo que ésta da la pauta de que el gobierno está dispuesto a aplicar una política "más contractiva", porque los actuales niveles de inflación deben llevar "ser más exigentes" y contribuir a que ésta converja al rango objetivo fijado.
Si bien el BCU ya fijó la fecha del 18 de marzo para la próxima reunión del Copom, Bergara aseguró que la situación será objeto de un monitoreo permanente y subrayó que de ser necesarias más medidas se adoptarán antes de esa fecha.
El funcionario aseguró que el nivel de tasa fijado es compatible con la expectativa de que el consumo interno sea uno de los motores del crecimiento de la economía en 2009.
Consultado sobre si el BCU suavizará los posibles efectos que la tasa de interés tenga sobre el tipo de cambio, Bergara sostuvo que "si a partir de las decisiones como las que anunciamos hoy, los fundamentos del tipo de cambio van en una orientación o en otra, no va a ser el BCU el que impida que eso suceda".
Recordó que "los criterios de participación del BCU en el mercado cambiario se mantienen: se compra o se vende en base a las necesidades del gobierno y se procura evitar volatilidades excesivas, pero respetando las líneas de orientación de los fundamentos" del tipo de cambio. Por otro lado, minimizó el impacto de la suba de la tasa de referencia sobre el costo del crédito, ya que aseguró que la banca ya internalizó la suba de las tasas de interés.
Analistas. Marcelo Sibille de KPMG evaluó la medida como "razonable y coherente con el objetivo de controlar la inflación" que se había trazado el Ministerio de Economía. De todas formas relativizó la eficacia que pueda tener en el control de la inflación.
"No está claro que el canal crediticio en pesos sea tan ancho como para que el aumento de la tasa tenga un impacto en el corto plazo en el nivel de precios minoristas", dijo. Y agregó: "esa teoría se concreta en economías en donde el canal crediticio está mucho más lubricado". Por este mismo motivo es que considera que el fuerte incremento de la tasa "no tendrá un impacto importante en el crecimiento de la economía".
En la vereda de enfrente, el economista Ramiro Almada de Oikos dijo que la medida sí tendrá impacto en el consumo restringiendo la demanda. "Esto es claro que va a retraer el consumo y que alcanzará no sólo al crédito de las empresas sino al de las familias porque los bancos van a convalidar la suba". Esto, según Almada, podría "profundizar la desaceleración" de la economía este año.
Almada dijo que la magnitud de la suba fue sorpresiva, en tanto no tenía previsto "que subiera tanto", pero aclaró que la suba de 2,25 puntos da "una fuerte señal de que la inflación es un objetivo de la política monetaria porque últimamente (en el gobierno) estaban orientados a estabilizar el tipo de cambio".
Toman medidas diferentes ante situaciones de partida diferentes
El presidente del Banco Central, Mario Bergara, justificó la diferencias de política con países centrales en que se parte de realidades diferentes.
Consultado en torno a porqué Uruguay toma decisiones en sentido contrario a las que aplican los países desarrollados bajando las tasas de interés e inyectando liquidez a sus respectivas economías, Bergara respondió que "partimos de puntos bien diferentes".
Dijo que "en general" quienes aplican esas medidas "son naciones que vienen de tasas de crecimiento bajo o que están hoy con tasas de crecimiento muy bajo, en donde les ha explotado la cuestión financiera lo que abrió a una destrucción de liquidez significativa" y recordó que "no es el caso del Uruguay donde la liquidez en el sistema financiero y en el gobierno es más que suficiente para afrontar esta situación".
Bergara explicó que en el gobierno "no creemos que haya que agregar más liquidez a la economía en este momento cuando estamos interactuando con tasas de inflación de 9%" durante 2008.
Además recordó que en Uruguay "tenemos una situación de crecimiento de la economía todavía más que razonable y tanto el gobierno como los analistas privados indican que aún desacelerándose seguirá creciendo".
Para Bergara, "las situaciones son bien diferentes y creemos que lo que estamos haciendo va en la dirección de procurar mantener un contexto de estabilidad macroeconómica imprescindible".
Alza de reservas de un 54%
Los activos de reserva del BCU experimentaron un formidable incremento durante 2008, cuando aumentaron un 54%, de acuerdo al Balance Monetario a diciembre, divulgado ayer.
Al terminar el año pasado los activos cerraron en US$ 6.329 millones, unos US$ 2.208 millones más que en 2007.
Este aumento podría haber sido aún mayor si durante la segunda mitad del año, en momentos en que se registró una brusca suba en la cotización del dólar, la autoridad monetaria no hubiera tenido que efectuar ventas de divisas por montos significativos.
En diciembre, el alza de los activos totalizó US$ 453 millones, aunque en relación a fin de septiembre mostraron un descenso de US$ 15 millones.
Los factores que incidieron más en la expansión anual de los activos de reserva fueron los depósitos del sistema financiero en el BCU.
Estos arrojaron una suba de US$ 1.407 millones, de los cuáles US$ 550 millones fueron colocaciones de la banca pública en el BCU, y US$ 857 millones de la banca privada.
En este último caso tuvo incidencia la modificación del régimen de encajes desde comienzo de junio.